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Los que aún no conocen el servicio que brinda la web de Couchsurfing se sorprenderán por la simpleza y la buena voluntad que generalmente reina entre sus usuarios.

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¿Qué es el Couchsurfing?

Básicamente, Couchsurfing es una plataforma que conecta a viajeros que desean alojarse en ciertos destinos con personas que están dispuestas a recibir visitantes de cualquier lugar del mundo, sin pagar dinero alguno (han expulsado a algunas personas del sistema por realizar esta práctica). En los perfiles de cada usuario se puede y se deben leer las especificaciones de cada persona que aloja, ya que, si no nos informamos correctamente, podemos estar perdiendo el tiempo y haciendo perder el tiempo al anfitrión. Si no prestas atención a las preferencias sobre género, número de visitantes, ubicación, mascotas y superficie donde dormir, entre otros parámetros, Couchsurfing se puede convertir en una mala experiencia. Por ello, mi específica recomendación es la de prepararse adecuadamente. Ahora bien, si has tenido la suerte de que en tu viaje a Japón un local haya aceptado tu petición de alojamiento (sinceramente, la mejor manera de tener una idea aproximada de cómo es la vida diaria en el país del sol naciente), es bueno saber, además de las cosas que te cuenta el usuario, algunas otras, generales para casi cualquier visita a una casa japonesa, con el objeto de ser un buen visitante y hacer pasar un momento grato a tu anfitrión.

Cocina de un apartamento en la plataforma Couchsurfing

 

Antes de llegar, no olvides traer un omiyage

Antes de llegar al lugar en cuestión te cuento que es tradición llevar un pequeño obsequio (omiyage) representativo de donde vienes. Puede ser cualquier cosa: alimentos, una artesanía, bebidas espirituosas… Pero si realmente quieres quedar bien con tu anfitrión, en el intercambio de mails preparatorios de tu visita puedes deslizar preguntas sobre si tiene algún tipo de hobby, o si le gusta algún tipo de música o cine particular, y que tu regalo sea más específico y considerado.

 

Presentaciones y primeras impresiones

A la hora de la presentación, estrechar las manos como se usa en Occidente no es algo extraño cuando se saludan un japonés y un extranjero. Si por alguna razón la persona que te aloja te entrega su tarjeta personal o de su negocio, es muy cortés mirarla de los dos lados y tomarte tu tiempo para analizarla, aunque en ocasiones no entiendas qué dice. Bajo ningún concepto te la guardes automáticamente en el bolsillo, y menos en los bolsillos posteriores del pantalón.

Estación de tren en Japón

 

Conviviendo con tu anfitrión

La cultura del trabajo es muy fuerte en Japón, por lo que es casi seguro que te encuentres con tu anfitrión en alguna esquina o estación de metro o tren urbano alrededor de las 10 u 11 de la noche (si se trata de un día de semana, con mayor flexibilidad en los fines de semana).

Al llegar al hogar notarás que los zapatos son depositados en un área especial de la casa, en una pequeña depresión, junto a la puerta (genkan). El calzado ha estado en contacto con la anti-higiénica acera todo el día, por lo que es una medida muy práctica y limpia. Fíjate también que los zapatos se colocan con la punta mirando hacia el exterior. Es decir, que cuando tengas que volver a salir no tendrás que estar acomodando los mismos y perdiendo tiempo (otro factor importantísimo en la cultura nipona, por lo que te recomiendo llegar un poco temprano siempre que te vayas a encontrar con alguien).

Entrada a un hogar japonés

Dependiendo de la ciudad que visites, si se trata de una gran metrópoli y tu intención es quedarte en zonas lo más céntricas posibles, es muy probable que el apartamento de tu anfitrión sea bastante pequeño. El metro cuadrado de alquiler en Japón es bastante caro, por lo que los alquileres de apartamentos de 35 metros cuadrados es algo habitual. Teniendo en cuenta estas dimensiones, cabe la posibilidad de que tengas que compartir la habitación (quizás sea la única de la casa, donde también se cene) y probablemente no haya camas tradicionales, sino futones (colchones plegables sobre los que se acuestan).

En casi todos los hogares que he visitado mediante Couchsurfing, tras cenar es el momento adecuado para ducharse. Más allá de esto consulta con tu anfitrión el momento más propicio. Al entrar notarás que todo el baño es impermeable, con paredes de plástico pensadas específicamente para esto. Hay dos áreas: la ducha, que parecerá demasiado baja, pero la cual se toma sentado en un pequeño banquito, y la tina (ofuro) en la cual solo entrarás si te has duchado adecuadamente y si fue preparada por tu anfitrión. La segunda parte suele tomar varios minutos, ya que es un momento de relax, pero si es muy tarde te recomiendo que no extiendas demasiado tu baño.

Con respecto a la charla de sobremesa o durante la cena, puedes ir probando los temas de los que se hablen. Quizás la persona que te reciba tenga algunas preguntas para realizarte, aunque recomiendo cautela con las preguntas que realizas o los temas que selecciones para conversar (por ejemplo, en muchos países la política es un tema normal, pero nunca me he encontrado hablando sobre ello con un japonés). Que no te sorprenda sobremanera que te pregunten qué tipo de sangre tienes (A+, 00, etc.) ¡¡No se tratan de vampiros (jaja)!! Si no que, como en algunos países se habla del horóscopo y de qué signo eres, en Japón, según tu tipo de sangre, suelen decir que pueden conocer qué tipo de personalidad tienes.

Amigos hablando de manera distendidadentro de casa

Durante las mañanas, la rutina del japonés es bastante expeditiva. Levantarse, un desayuno rápido y a la calle, por lo que es una buena idea poner la alarma con el tiempo suficiente que te requiere prepararte para salir. Puedes organizar lo que utilices al día siguiente (mapas, direcciones, tickets, etc.) la noche anterior para evitar demoras. Y, como probablemente no te entreguen llave de la casa, recuerda definir horarios y lugares de encuentro (si tu estancia es de más de un día).

Estación de tren en Japón

Como recomendación final, buscaría usuarios de Couchsurfing que vivan en pareja o familias que alojen viajeros, ya que la experiencia es mucho más intensa y satisfactoria al final de tu visita. Recuerda que el objetivo del Couchsurfing es hacer amigos alrededor del mundo para volver en alguna otra oportunidad, o, si está dentro de tus posibilidades, recibirlos cuando ellos lo necesiten. ¡Espero que tengas un buen viaje!

 

Jose Espindola

Jose Espindola

Nacido en Buenos Aires (Argentina) y residente en Shanghái desde 2012, José I. Espindola ha visitado Japón varias veces en estos años. Ha publicado dos obras de ficción: "Canton Orwell. Catalog." (Augenblick Editors, 2010) y "Canton Orwell. Chromosomes." (idem., 2015). Últimamente se encuentra trabajando en su tercer libro (Canton Orwell. The book of the tears) que se publicará a finales de 2016. Estudió Derecho durante varios años, pero después decidió pasarse a algo más artístico (Dirección de Cine y Producción Musical). Pronto visitará Nagoya, Fukuoka, Sapporo y Okinawa, por lo que pronto podrán leer nuevos artículos.

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