{"id":19242,"date":"2017-02-17T08:00:06","date_gmt":"2017-02-16T23:00:06","guid":{"rendered":"https:\/\/voyapon.com\/es\/?p=19242"},"modified":"2020-10-28T00:05:39","modified_gmt":"2020-10-27T15:05:39","slug":"shizuoka-shuzenji","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/voyapon.com\/es\/shizuoka-shuzenji\/","title":{"rendered":"Shuzenji: el peque\u00f1o Kioto de Izu"},"content":{"rendered":"
Patrocinado por la Asociaci\u00f3n Tur\u00edstica de la Prefectura de Shizuoka.<\/em><\/span><\/p>\n <\/p>\n Resguardado entre peque\u00f1as monta\u00f1as, el templo budista de Shuzenji da nombre a una peque\u00f1a localidad balnearia. Hostales tradicionales, peque\u00f1os bosques de bamb\u00fa y puentes de fantas\u00eda aderezan el enclave. Por si la belleza del entorno no fuese suficiente reclamo, profundas capas de historia enriquecen el atractivo del lugar. Si en \u00e9pocas posteriores la ciudad shogunal<\/em> de Edo, hoy Tokio, ejerc\u00eda de referente y se llamaba Koedo (peque\u00f1o Edo), a las localidades cuya arquitectura y belleza emulaba la de la capital, en el Jap\u00f3n de hace 1000 a\u00f1os, se nombraba como Shokyoto (peque\u00f1o Kioto). Eran lugares cuyo atractivo rivalizaba con el de la corte imperial.<\/p>\n Seguimos nuestro recorrido por la provincia de Shizuoka<\/a> y nos adentramos en la pen\u00ednsula de Izu. Hoy viajaremos a un peque\u00f1o Kioto del que brotan aguas calientes. Subid con nosotros al tren, que os llevamos a Shuzenji Onsen<\/a>.<\/p>\n En La bailarina de Izu<\/em>, el premio Nobel Kawabata Yasunari nos narraba un viaje desde Tokio hasta Izu. La compa\u00f1\u00eda ferroviaria JR no pudo obviar tan popular novela cuando inici\u00f3 el servicio tur\u00edstico hasta la pen\u00ednsula, por lo que los trenes con destino a Izu fueron bautizados como Odoriko: ‘bailarina’.<\/p>\n En nuestro caso, no partimos desde Tokio, sino que abordamos el tren en Atami<\/a>, donde hab\u00edamos comenzado nuestro descubrimiento de Shizuoka. Hay que tener cuidado de no confundirse de vag\u00f3n, ya que los convoyes Odoriko-go tienen composici\u00f3n doble y se dividen en la estaci\u00f3n de Mishima, a continuaci\u00f3n de la de Atami. A partir de ah\u00ed, una parte del tren va hacia Shimoda, en el extremo de la pen\u00ednsula, mientras que la otra nos lleva directos a Shuzenji. Hay que tener en cuenta que las v\u00edas del trayecto entre Mishima y Shuzenji no pertenecen a JR. Por eso, los que viaj\u00e9is con Rail Pass<\/a> deb\u00e9is tener previsto que la compa\u00f1\u00eda operadora os cobrar\u00e1 500 yenes m\u00e1s por ese tramo.<\/p>\n Deb\u00edamos subir en los vagones del final, desde el n\u00famero 11. Pero ya sab\u00e9is que en las estaciones japonesas no se deja nada a la improvisaci\u00f3n. En el suelo ten\u00e9is las marcas que indican d\u00f3nde se abrir\u00e1n las puertas del Odoriko, indicando el n\u00famero de cada vag\u00f3n.<\/p>\n <\/p>\n Ya vemos llegar el tren y comprobamos su maciza apariencia, que remite a otros tiempos y otras ideas de dise\u00f1o. Aunque hay trenes m\u00e1s modernos con formato de visi\u00f3n panor\u00e1mica en sus vagones, al que se denomina Superview-Odoriko<\/em>, se mantienen algunas unidades de las que iniciaron este servicio, all\u00e1 por 1981.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n El interior del vag\u00f3n nos transporta, en un arrebato nost\u00e1lgico, a los a\u00f1os 80. Pero pronto nos vamos a ver envueltos en un viaje a\u00fan m\u00e1s largo en el tiempo. S\u00f3lo tenemos que salir de la estaci\u00f3n ferroviaria de Shuzenji y encontrarnos la de autobuses. De all\u00ed parten l\u00edneas con destinos diversos, pero hemos de tomar un autob\u00fas en el and\u00e9n n\u00famero 1, adjudicado a los que nos llevan a Shuzenji Onsen.<\/p>\n <\/p>\n En apenas 15 minutos desandaremos varios siglos para pisar los mismos caminos donde se ense\u00f1orearon los miembros del hist\u00f3rico clan Minamoto, quienes establecieron el primer gobierno shogunal<\/em> en Kamakura, trasladando, por vez primera, el centro del poder pol\u00edtico a las regiones orientales de Jap\u00f3n.<\/p>\n <\/p>\n Ponemos pie en Shuzenji Osen y no tardaremos en toparnos con un torii<\/em> de piedra. No hay lugar hist\u00f3rico sin sus templos, y aqu\u00ed tenemos el de Hie, de culto sinto\u00edsta.<\/p>\n <\/p>\n Pero s\u00f3lo unos pasos m\u00e1s nos separan del sagrado recinto budista que da nombre al lugar. Se dice que Kukai, el monje cuya influencia le vali\u00f3, tras su muerte, el apelativo honor\u00edfico de Kobo Daishi, empez\u00f3 sus pr\u00e9dicas aqu\u00ed. Eran los inicios del siglo IX, y las ense\u00f1anzas b\u00fadicas, ya asentadas en la zona circundante a Kioto, empezaban, as\u00ed, a abrirse paso en esta regi\u00f3n oriental del Jap\u00f3n.<\/p>\n <\/p>\n El nombre de Kukai no se quedar\u00e1 s\u00f3lo en el recinto religioso. En cuanto dejemos el templo atr\u00e1s seguiremos conociendo algunas de sus haza\u00f1as. Pero no tengamos prisa en salir; contemplemos, un poco m\u00e1s, su patrimonio arquitect\u00f3nico y escult\u00f3rico.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Abandonamos el templo, dispuestos a callejear por Shuzenji Onsen, para encontrarnos, a los primeros pasos, con una grata sorpresa. La carteler\u00eda de informaci\u00f3n tur\u00edstica tiene un dise\u00f1o elegante. Buen gusto, acorde con el entorno. Pero lo que m\u00e1s nos llama la atenci\u00f3n es que los textos, entre otros varios idiomas \u00a1est\u00e1n escritos en espa\u00f1ol!<\/p>\n <\/p>\n A lo largo del pa\u00eds no es dif\u00edcil toparse con informaci\u00f3n en diversos idiomas. Pero el ingl\u00e9s, como lengua franca internacional, m\u00e1s el chino y el coreano, por ser pa\u00edses cercanos que aportan buena parte de la tasa tur\u00edstica, son los que predominan de manera abrumadora. En el norte\u00f1o Hokkaido se pueden ver carteles en ruso, por la proximidad al mercado tur\u00edstico de ese pa\u00eds. Tambi\u00e9n hay zonas con concentraci\u00f3n inmigrante brasile\u00f1a en que se pueden leer anuncios en portugu\u00e9s. Pero es la primera vez que me encuentro un uso tan destacado de mi lengua materna, m\u00e1s all\u00e1 de los folletos de alg\u00fan lugar muy concurrido. Es una peque\u00f1a alegr\u00eda, especialmente pensando en esos familiares y amigos que no conocen m\u00e1s que nuestro idioma. Sin duda, se sentir\u00edan aliviados con esta comodidad al visitar el lugar.<\/p>\n Lo que m\u00e1s abunda en Shuzenji son los establecimientos de aguas termales. L\u00e1stima que la premura del viaje me impidi\u00f3 alojarme all\u00ed para disfrutarlos con calma. Pero algunos de ellos se presentan con una arquitectura singular que convierte en un placer simplemente pasear junto a los edificios. Es el caso de la llamativa torre del Hakoyu Onsen.<\/p>\n <\/p>\n Se trata de una construcci\u00f3n reciente, pero que evoca una antigua casa de ba\u00f1os ubicada en el mismo lugar. En ella tuvo lugar un destacado episodio hist\u00f3rico. En 1204 se ba\u00f1aba en sus aguas el shogun<\/em> Minamoto no Yoriie cuando fue objeto de un ataque enemigo que result\u00f3 en su muerte.<\/p>\n No es el \u00fanico edifico destacable, pero nos resulta m\u00e1s atractivo hablar aqu\u00ed de un onsen<\/em> al aire libre: el Tokko no yu. Se trata de una peque\u00f1a piscina junto al r\u00edo, en el lugar en que hay una surgencia de aguas calientes. Apenas una p\u00e9rgola, adornada con coloridas telas, y una valla de madera resguardan el onsen<\/em> primigenio que dio origen a este pueblo.<\/p>\n <\/p>\n Es aqu\u00ed donde reaparece Kobo Daishi, pues el legendario origen de este onsen<\/em> tiene que ver con el monje. Se hallaba meditando en el lugar, una ma\u00f1ana de invierno, cuando presenci\u00f3 la escena de un muchacho ba\u00f1ando en las fr\u00edas aguas del r\u00edo el cuerpo de su padre enfermo. Conmovido, el compasivo Kukai golpe\u00f3 una roca con su dokkosho<\/em>, el b\u00e1culo budista de metal. La roca se quebr\u00f3, dando salida a un agradable caudal de aguas calientes.<\/p>\n<\/h3>\n
Rumbo a Shuzenji<\/h2>\n
El templo de Shuzenji<\/h2>\n
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Una peque\u00f1a y agradable sorpresa<\/h2>\n
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Un paseo entre aguas c\u00e1lidas<\/h2>\n