{"id":19267,"date":"2017-02-18T08:00:40","date_gmt":"2017-02-17T23:00:40","guid":{"rendered":"https:\/\/voyapon.com\/es\/?p=19267"},"modified":"2020-11-27T00:51:52","modified_gmt":"2020-11-26T15:51:52","slug":"shizuoka-fujinomiya","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/voyapon.com\/es\/shizuoka-fujinomiya\/","title":{"rendered":"Fujinomiya: a los pies de la monta\u00f1a sagrada"},"content":{"rendered":"
Patrocinado por la Asociaci\u00f3n Tur\u00edstica de la Prefectura de Shizuoka.<\/em><\/span><\/p>\n <\/p>\n Nuestro periplo por Shizuoka<\/a> contin\u00faa en el punto en el que lo dejamos, con una parada intermedia para hacer transbordo en Mishima. \u00bfNuestro pr\u00f3ximo destino? Fujinomiya<\/strong>. La estaci\u00f3n de JR Mishima es un lugar muy atractivo para los fan\u00e1ticos del mundo ferroviario. La cubierta de los andenes mantiene gran parte de su antigua estructura de madera.<\/p>\n <\/p>\n Se trata de una curiosidad digna de ver que se suma a la alegr\u00eda por el repentino cambio en las temperaturas. Tras una ma\u00f1ana desapacible y nubosa en Shuzenji Onsen<\/a>, la aparici\u00f3n de un sol radiante era una buena noticia muy bien recibida. Abordar un tren de la l\u00ednea Tokaido en la prefectura de Shizuoka tiene premio en d\u00edas despejados. Y, si no, echad un vistazo a la siguiente foto. Creo que no hace falta comentar m\u00e1s. La vista que ten\u00e9is en la imagen no necesita presentaci\u00f3n.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Nos desplazamos hasta la estaci\u00f3n de Fuji \u2014elocuente nombre\u2014, donde vamos a hacer transbordo para cambiar a la l\u00ednea Minobu, tambi\u00e9n de JR. En unos veinte minutos, el tren har\u00e1 su entrada en la estaci\u00f3n de Fujinomiya, donde vamos a pasar la noche. Llegamos temprano, y el alojamiento no est\u00e1 m\u00e1s que a unos minutos a pie de la estaci\u00f3n. Todo se da para poder callejear un poco por el entorno.<\/p>\n <\/p>\n Enseguida nos encontramos con lo que veis arriba: el arco de entrada a un vetusto shotengai<\/em>. Las cl\u00e1sicas calles comerciales niponas est\u00e1n en franco declive. Los centros comerciales de gran superficie les comen el terreno de forma acuciante. Entre la precariedad y la obsolescencia, estos lugares conservan un encanto que apreciar\u00e1n los que, como yo, nos criamos en los a\u00f1os 80. Como si descendi\u00e9ramos de nuestro particular Delorean para volver a la \u00e9poca de la infancia, incluso en un entorno tan alejado del que nos vio crecer, los recuerdos se agolpan como los productos a la venta en los escaparates. Es el tipo de decadencia kitsch<\/em> del que no pocos viajeros se enamoran al recorrer los barrios c\u00e9ntricos de Osaka.<\/p>\n <\/p>\n En el paseo encontraremos otro shotengai<\/em>; este con algunas tiendas renovadas y orientadas a la artesan\u00eda m\u00e1s contempor\u00e1nea. Se localiza justo al lado izquierdo de las enormes linternas con que se llama la atenci\u00f3n de la entrada a un recinto monumental. Sin dudar un segundo, nos adentramos en \u00e9l.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Sengen Taisha<\/a> es el templo sinto\u00edsta dedicado al culto de, c\u00f3mo no, el monte Fuji. Insoslayable, el Fujisan centra todas las miradas en esta comarca. Dado el car\u00e1cter de la religi\u00f3n aut\u00f3ctona nipona, orientada a la veneraci\u00f3n de las manifestaciones naturales, era tambi\u00e9n inevitable que el volc\u00e1n, de imponente presencia, fuese deificado. El recinto es enorme y lleno de detalles<\/a>, de los que os mostramos apenas una selecci\u00f3n.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n La estatua del jinete arquero nos recuerda que el yabusame<\/em>, la pr\u00e1ctica ritual del tiro con arco ecuestre, tiene en este santuario una concurrida cita anual. Unos metros m\u00e1s all\u00e1 encontraremos el pabell\u00f3n principal. A juzgar por la viveza de su colorido, ha debido de ser recientemente renovado. Algunos detalles de sus pol\u00edcromos elementos decorativos resultan realmente atractivos.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n A continuaci\u00f3n, caminaremos hacia un costado del recinto, atra\u00eddos por un peque\u00f1o estanque que reclama que lo visitemos.<\/p>\n <\/p>\n Los ge\u00f3logos explican que una lengua de lava emergida del Fuji, endurecida al solidificarse, llega hasta el lugar de nuestra visita. Cubierta, a posteriori, de cenizas y otros materiales volc\u00e1nicos porosos, este estrato impermeable conforma un cauce subterr\u00e1neo que recoge las aguas de la lluvia y el deshielo de la ladera sur. El peque\u00f1o estanque Wakutama se forma en el lugar en el que este cauce oculto aflora a la superficie. El estanque desagua hacia el sur, conformando el r\u00edo Kanda, cuyo curso vertebra la localidad de Fujinomiya.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Cae la noche y es el momento de reparar fuerzas. Para la cena, estaba pensando en disfrutar un buen plato de la especialidad local: el yakisoba <\/em>de Fujinomiya. Como sabemos ya desde Shuzenji, el soba<\/em> es uno de los productos estrella aqu\u00ed en Shizuoka. Si embargo, el Fujinomiya Yakisoba<\/em> es un plato muy particular, con sus propias peculiaridades. Se trata de fideos de textura consistente a los que se a\u00f1aden trozos crujientes de carne magra, d\u00e1ndole un caracter\u00edstico sabor intenso. Todo ello se saltea en aceite y en su salsa, para servirlo finalmente espolvoreado con un furikake<\/em> a base de caballa o sardina seca rallada.<\/p>\n <\/p>\n Pero no iba a ser necesario buscar un restaurante; la oficina de promoci\u00f3n tur\u00edstica del gobierno municipal de Fujinomiya se encargar\u00eda de ello en mi lugar. En este sentido, tengo que agradecer enormemente al se\u00f1or Inagaki y a la se\u00f1ora Ando por sus atenciones en todo momento. \u7a32\u57a3\u3055\u3093\u3001\u5b89\u85e4\u3055\u3093\u3001\u5fc3\u304b\u3089\u611f\u8b1d\u3044\u305f\u3057\u307e\u3059\u3002Y, sobre todo, lo que les agradezco es que me descubrieran el restaurante de soba<\/em> Toshian<\/a>.<\/p>\n Se trata de un lugar de gran encanto. No se trata solo de las delicias que ofrece el men\u00fa; el comedor est\u00e1 decorado con interesantes obras de artesanos locales. La vajilla y utensilios son tambi\u00e9n peque\u00f1os tesoros. El lugar no es de los que queden al paso de los turistas. Para acceder, hay que adentrarse en una rec\u00f3ndita zona residencial en una empinada ladera. Por eso, no es un restaurante que se pueda descubrir de forma casual. Es necesario tener referencias para encontrar el sitio<\/a>.<\/p>\n Pero lo mejor en Toshian es, sin duda, la simpat\u00eda de su due\u00f1o y cocinero jefe, el se\u00f1or Saito. Para empezar, debo mencionar que era el d\u00eda de descanso semanal en el restaurante. Sin embargo, el se\u00f1or Saito vino a recibirme para que pudiera disfrutar, de forma privada y personalizada, su buen hacer en los fogones. As\u00ed que no puedo por menos que cantar aqu\u00ed las excelencias de su cocina y compartir la experiencia con los lectores. Y lo hago con mucho gusto. Claro que, para gusto, el de sus sabrosos platos.<\/p>\n <\/p>\n Yo fui el primer sorprendido al comprobar las infinitas posibilidades del trigo sarraceno; el cereal que en japon\u00e9s llaman soba<\/em>. Lejos de limitarse a los fideos que todos conocemos, el se\u00f1or Saito elabora sorprendentes platos como los que veis aqu\u00ed:<\/p>\n <\/p>\n Masa esponjosa de soba<\/em> con wasabi; <\/em>fideos de soba<\/em> integral y de soba<\/em> pulido; tonjiru <\/em>(sopa de carne de cerdo) con esencia de soba<\/em>; matcha<\/em> (t\u00e9 verde en polvo) en infusi\u00f3n de agua de hervir soba; kushidango <\/em>(bolas glutinosas) de soba<\/em> con salsa dulce de s\u00e9samo. Estas son solo algunas de las variedades que pudimos degustar.<\/p>\n Pero la velada no se qued\u00f3 s\u00f3lo en mover el bigote. Fue una aut\u00e9ntica master class<\/em> en la que el se\u00f1or Saito nos coment\u00f3, en un amable japon\u00e9s muy f\u00e1cil de comprender (incluso para los menos duchos en el idioma), las particularidades de cada receta. Tambi\u00e9n nos invit\u00f3 a conocer su lugar de trabajo; o, podr\u00edamos, decir de culto. La cocina del Toshian no es diferente a la de cualquier otro restaurante, pero s\u00ed lo es el taller de elaboraci\u00f3n de soba<\/em>.<\/p>\n El taller es casi un peque\u00f1o santuario, pero de condiciones de trabajo algo duras. Para evitar la p\u00e9rdida de humedad, el soba<\/em> se debe amasar a bajas temperaturas… una labor no apta para frioleros. Aunque no pude fotografiarlos, impresionaban el macizo cuenco de madera lacada para el amasado y el enorme cuchillo para cortar los fideos. Porque, en efecto, los finos hilos de soba<\/em> se trocean con una alucinante t\u00e9cnica manual.<\/p>\nDestino: Fujinomiya<\/h2>\n
<\/h3>\n
El santuario Fujisan Hong\u016b Sengen Taisha<\/h2>\n
Wakutama-ike<\/h2>\n
\u00a1Hora de cenar!<\/strong><\/h2>\n
Una cena muy especial<\/h2>\n