{"id":28394,"date":"2020-07-15T05:00:00","date_gmt":"2020-07-14T20:00:00","guid":{"rendered":"https:\/\/voyapon.com\/es\/?p=28394"},"modified":"2025-02-25T16:36:18","modified_gmt":"2025-02-25T07:36:18","slug":"barrio-oji-tokio","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/voyapon.com\/es\/barrio-oji-tokio\/","title":{"rendered":"El barrio de Oji, oasis natural e hist\u00f3rico de Tokio"},"content":{"rendered":"\n
No puedo evitar que me invada la nostalgia cuando pienso en Oji<\/strong> (\u738b\u5b50). Fue en este barrio donde transcurrieron los primeros cinco meses tras mi mudanza a Tokio<\/a><\/strong> y mi primera oportunidad de zambullirme de lleno en la exploraci\u00f3n de las \u00e1reas locales de esta megal\u00f3polis que no suelen salir en las gu\u00edas tur\u00edsticas. Durante los a\u00f1os anteriores, mis visitas a Tokio, aunque divertidas, consistieron principalmente en fren\u00e9ticas maratones entre los m\u00e1s famosos distritos comerciales y las zonas m\u00e1s tur\u00edsticas.<\/p>\n\n\n\n Fue precisamente mi deseo de experimentar la ciudad y el pa\u00eds como residente, entre otras cosas, lo que me trajo aqu\u00ed. Oji fue entonces mi puerta de entrada a ese lado cotidiano de la ciudad entre tiendas de barrio, mercadillos de artesan\u00eda, restaurantes escondidos y paseos en bicicleta sin mirar el reloj<\/strong>. Cuando hasta ese momento parec\u00eda que no hab\u00eda vida al norte de Ikebukuro (\u6c60\u888b) seg\u00fan la turistofera internetera,<\/em> Oji fue el lugar donde aprend\u00ed a empezar a tomarle el pulso a esta vibrante ciudad.<\/p>\n\n\n\n Tras adquirir la mamachari<\/em> <\/strong>(\u30de\u30de\u30c1\u30e3\u30ea, apodo japon\u00e9s para las econ\u00f3micas y populares bicicletas que la mayor\u00eda usa para desplazarse por la ciudad) de rigor, una de mis primeras incursiones fue a los bellos jardines Kyu-Furukawa <\/strong>(\u65e7\u53e4\u6cb3\u5ead\u5712). Pueden visitarse por s\u00f3lo 150 yenes (o 400 yenes si se elige la opci\u00f3n de entrada combinada con los jardines Rikugien<\/a>), otrora residencia de los Furukawa, una de las m\u00e1s prominentes familias desde la era Meiji y fundadores de uno de los principales grupos industriales de la actualidad.<\/p>\n\n\n\n Lo primero que llama la atenci\u00f3n es la imponente mansi\u00f3n de estilo ingl\u00e9s del a\u00f1o 1917 junto al jard\u00edn de rosas de estilo franc\u00e9s<\/strong>, que por instantes te transportan al Jap\u00f3n de principios de siglo. <\/p>\n\n\n\n Me siento en el peque\u00f1o pabell\u00f3n de observaci\u00f3n para relajarme y contemplar el paisaje mientras me imagino en los zapatos del arquitecto ingl\u00e9s Josiah Conder<\/strong><\/a>, art\u00edfice del complejo y padre de la arquitectura moderna japonesa. Ah\u00ed intento hacerme a la idea de qu\u00e9 debe sentirse el estar haciendo historia al otro lado del mundo, en medio de la efervescencia cultural del proceso japon\u00e9s de modernizaci\u00f3n e incorporaci\u00f3n de aspectos culturales occidentales. <\/p>\n\n\n\n Cuando bajo las escaleras de la ladera y me adentro en un mundo radicalmente distinto, se hace patente el delicado balance de ambos ambientes. La precisi\u00f3n geom\u00e9trica del jard\u00edn de rosas contrasta con los sinuosos y asim\u00e9tricos trazos del jard\u00edn japon\u00e9s, obra de Niwashi-Ueji, maestro dise\u00f1ador de jardines de Kioto<\/strong>, destilando armon\u00eda a partir de la (im)perfecci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n Saliendo de los jardines y caminando en direcci\u00f3n noroeste a lo largo de la avenida Hongo Dori<\/strong> (\u672c\u90f7\u901a\u308a), aprovecho para hablar de Hiratsuka Tei<\/strong> (\u5e73\u585a\u4ead). Esta peque\u00f1a y sencilla tienda de dulces tradicionales, fundada en 1933<\/strong>, goza de bastante popularidad en la zona por su nost\u00e1lgico aspecto y su aparici\u00f3n frecuente en \u201cMitsuhiko Asami Series\u201d, una serie de novelas (posteriormente adaptadas a dramas televisivos) en las que su protagonista es un residente del barrio y cliente habitual. Es una parada perfecta para comprar dulces y seguir el camino hacia el parque Asukayama<\/strong>, donde podemos aprovechar para hacer un peque\u00f1o picnic.<\/p>\n\n\n\n El parque Asukayama <\/strong>(\u98db\u9ce5\u5c71\u516c\u5712, Asukayama Kouen<\/em>) es uno de los puntos m\u00e1s ic\u00f3nicos de Oji, hist\u00f3rica y est\u00e9ticamente hablando. Ya desde el periodo Edo contaba con el honor de aparecer entre las \u201c100 vistas m\u00e1s famosas de Edo\u201d<\/em> debido a que en 1720 el Shogun Yoshimune Tokugawa (\u5c06\u8ecd\u5fb3\u5ddd\u5409\u5b97) orden\u00f3 la plantaci\u00f3n de 1270 cerezos, convirtiendo al parque en una de las visitas de rigor durante la temporada de Hanami<\/a> entre los habitantes de Edo.<\/strong> <\/p>\n\n\n\n Hoy en d\u00eda, a pesar de mantener apenas la mitad del n\u00famero original de cerezos, sigue siendo una de las ubicaciones favoritas entre los tokiotas<\/strong> y no s\u00f3lo en primavera. En verano tambi\u00e9n es un punto de referencia para los amantes de las hortensias<\/strong> que acuden en masa a inmortalizar las famosas flores de verano ubicadas a lo largo del estrecho paseo entre el parque y las v\u00edas del tren. <\/p>\n\n\n\n Como peque\u00f1a curiosidad, entre los a\u00f1os 1970 y 1993, sol\u00eda operar en este parque el llamado Sky Lounge<\/strong> (conocido popularmente como la Torre Asukayama), una plataforma giratoria de 40 metros de altura <\/strong>cuyo mayor atractivo era poder disfrutar de un caf\u00e9 y las vistas panor\u00e1micas mientras la plataforma iba girando lentamente hasta completar una vuelta entera en aproximadamente unos 30 minutos. No es de extra\u00f1ar que en ese entonces fuera uno de los principales puntos de referencia de la zona. Lamentablemente, el deterioro de la infraestructura, unido a la construcci\u00f3n de edificios m\u00e1s altos en el \u00e1rea, restaron valor a la experiencia hasta ser definitivamente demolido en 1993.<\/p>\n\n\n\n El extremo noroeste del parque cuenta con un conveniente mini-monorail gratuito<\/strong>, para quien no quiera (o no pueda) ir por las escaleras, a fin de salvar la marcada pendiente entre el acceso al parque y la calle. Es muy \u00fatil por ser el punto m\u00e1s cercano a la l\u00ednea de tranv\u00eda Toden-Arakawa y las entradas a las estaciones de Oji de la l\u00ednea Namboku de Tokio Metro o la l\u00ednea Fukutoshin de JR. <\/strong>Y a escasos metros, cruzando Hongo Dori, mi rinc\u00f3n favorito de todos.<\/p>\n\n\n\n No estoy segura de c\u00f3mo empezar a explicar las sensaciones que me producen este peque\u00f1o trozo de singular y melanc\u00f3lica belleza donde el conjunto es m\u00e1s que la suma de las partes. <\/strong>Aqu\u00ed, el cauce fluvial del r\u00edo Shakujii<\/strong> (\u77f3\u795e\u4e95\u5ddd, Shakujii-Gawa<\/em>) que desembocaba en el r\u00edo Sumida <\/strong>(\u9685\u7530\u5ddd, Sumida-Gawa<\/em>) pag\u00f3 el precio del desarrollo urbano de posguerra. Sufri\u00f3 tal contaminaci\u00f3n que a las autoridades no les qued\u00f3 m\u00e1s remedio que echar, literalmente, tierra al asunto y hacer pasar el caudal por unas tuber\u00edas bajo Asukayama. <\/p>\n\n\n\n Bajo los puentes no quedan m\u00e1s que piedras en un caos organizado que me hacen pensar en un paisaje de un surrealismo altamente est\u00e9tico<\/strong> y un testimonio triste y fantasmag\u00f3rico acerca del agua que s\u00f3lo volver\u00e1 de forma breve en los d\u00edas de lluvia. Agua en cuyo honor bautizaron a este espacio como Parque Acu\u00e1tico Otonashi<\/strong> (\u97f3\u7121\u89aa\u6c34\u516c\u5712 Otonashi Shinsui Kouen<\/em>).<\/p>\n\n\n\n Pienso en el contraste con el grandioso ginkgo<\/em><\/strong> (\u9280\u674f, icho<\/em>) que le acompa\u00f1a al costado, que a lo largo de m\u00e1s de 600 primaveras<\/strong> ha vivido el inicio y el fin del periodo de guerras civiles y dos guerras mundiales. A pesar de todo, ah\u00ed sigue, imp\u00e1vido frente al murmullo diario de trabajadores y estudiantes que van y vienen de forma m\u00e1s o menos apresurada cada d\u00eda. <\/p>\n\n\n\n Pienso en los m\u00e1s de 300 a\u00f1os de historia<\/strong> de Ougiya<\/a> <\/strong>(\u6247\u5c4b), un aparentemente humilde y casi escondido puesto de tamagoyaki<\/em> (\u5375\u713c\u304d, tortilla dulce de huevo). Todo el encanto de lo perenne y lo transitorio se entrelaza en mi cabeza mientras estoy sentada, saboreando la deliciosa tortilla y observando las piedras y la gente que pasa.<\/p>\n\n\n\n La c\u00e9lebre tortilla de este puesto, fundado en 1648, inspir\u00f3 un conocido relato de rakugo<\/em><\/strong> (\u843d\u8a9e, forma de teatro cl\u00e1sico consistente en mon\u00f3logos humor\u00edsticos) llamado \u00abEl zorro de Oji\u00bb<\/strong> (\u738b\u5b50\u306e\u72d0, Ouji no kitsune<\/em>) en el cual un hombre enga\u00f1a a un zorro atray\u00e9ndolo al restaurante. En sus buenos tiempos ocupaba varias plantas en la misma ubicaci\u00f3n actual pero lamentablemente en 2008 decidieron cerrar sus puertas y mantener en su lugar el recuerdo vivo con el peque\u00f1o puesto.<\/strong><\/p>\n\n\n\n Continuando las escaleras que llevan al ginkgo<\/em>, nos encontraremos en Oji Jinja<\/strong> (\u738b\u5b50\u795e\u793e), el santuario de Oji, uno de los 10 principales templos de Tokio as\u00ed como uno de los m\u00e1s antiguos.<\/strong> Se desconoce el a\u00f1o exacto de fundaci\u00f3n pero se estima que en torno a los a\u00f1os 1053-1065. Sus devotos rezan aqu\u00ed para pedir protecci\u00f3n contra los desastres naturales y asegurar que los embarazos lleguen a buen puerto. <\/p>\n\n\n\n Siguiendo un poco m\u00e1s hacia el noroeste, tenemos la otra cara del t\u00e1ndem sagrado del \u00e1rea, su lado m\u00e1s m\u00e1gico y principal s\u00edmbolo de identidad del barrio. El santuario Oji Inari Jinja <\/strong>(\u738b\u5b50\u7a32\u8377\u795e\u793e) est\u00e1 dedicado a Inari, la popular deidad con forma de zorro y protectora de la buena fortuna, los cultivos, el comercio y la industria. Su a\u00f1o de fundaci\u00f3n tampoco se conoce con exactitud pero desde el periodo Edo ha sido considerado como uno de los templos m\u00e1s importantes de la zona de Kanto.<\/p>\n\n\n\n Durante los \u00faltimos a\u00f1os, su popularidad se ha visto renovada gracias a <\/strong>la celebraci\u00f3n de la Procesi\u00f3n del Zorro<\/strong> (<\/em>\u72d0\u306e\u884c\u5217, Kitsune no Gy\u014dretsu)<\/em><\/a>. Esta tradici\u00f3n, relativamente reciente, fue creada a partir de leyendas populares que relataban que todos los zorros del \u00e1rea de Kanto <\/a>se reun\u00edan aqu\u00ed en la v\u00edspera de A\u00f1o Nuevo para ofrecer sus respetos al templo.<\/p>\n\n\n\n Al lado de la guarida ancestral de los zorros locales, est\u00e1 el Parque Nanushinotaki<\/strong> (\u540d\u4e3b\u306e\u6edd\u516c\u5712 Nanushinotaki Koen<\/em>), un <\/strong>lugar que obra la magia de convencerme que estoy en un remoto paraje natural.<\/p>\n\n\n\n Con el relajante sonido de su cascada de fondo, a veces me permit\u00eda fantasear con que estaba en el bosque sagrado de La Princesa Mononoke<\/strong> (c\u00e9lebre pel\u00edcula del Estudio Ghibli) y que en cualquier momento pod\u00eda encontrarme un kodama<\/em>, peque\u00f1os esp\u00edritus que habitan en los \u00e1rboles del folklore japon\u00e9s.<\/p>\n\n\n\n Muy cerca de este parque, otro de mis establecimientos predilectos de la zona es Ishinabe Kuzumochi<\/strong> (\u77f3\u934b\u4e45\u5bff\u9905), que lleva m\u00e1s de 130 a\u00f1os elaborando dulces con las mismas t\u00e9cnicas empleadas desde la era Meiji.<\/p>\n\n\n\n Un encantador detalle de esta tienda es el dise\u00f1o de su bolsa de papel: \u00a1es un mapa de estilo antiguo del barrio!<\/strong> Una ingeniosa forma de promoci\u00f3n que a la vez rinde homenaje a la zona y su rica historia. <\/p>\n\n\n\n Y ya que hasta ahora s\u00f3lo he hablado de dulces, es el momento de recomendar mi lugar predilecto para un buen almuerzo o cena. Muy cerca de la estaci\u00f3n de JR de Oji, est\u00e1 el edificio Hokutopia<\/a><\/strong> (\u5317\u3068\u3074\u3042), un importante centro para la vida cultural del barrio. Adem\u00e1s, cuenta con un mirador gratuito en su planta 17<\/strong> desde el que se pueden disfrutar de vistas panor\u00e1micas, especialmente del ya mencionado parque Asukayama.<\/p>\n\n\n\n Es en esa planta donde se encuentra Sankaitei<\/a><\/strong> (\u5c71\u6d77\u4ead)<\/small>, un restaurante de comida japonesa tradicional que aunque no tiene el pedigr\u00ed de una historia centenaria, su privilegiada ubicaci\u00f3n y buena relaci\u00f3n calidad-precio compensan de sobra para ser de visita obligada.<\/strong> <\/p>\n\n\n\n Para terminar de redondear el d\u00eda en Oji, a un par de calles de distancia est\u00e1 la tienda en cuyo microcosmos se puede resumir toda la atm\u00f3sfera del barrio<\/strong>. Yamawa<\/a><\/strong> (\u30e4\u30de\u30ef\u9676\u5668). Es una tienda de cer\u00e1mica y utensilios del hogar que adem\u00e1s exhibe una enorme colecci\u00f3n de m\u00e1scaras de zorro<\/strong>, as\u00ed como multitud de art\u00edculos de diversa \u00edndole que comparten afinidad con las m\u00e1s variadas representaciones de la venerada deidad Inari. Hasta las peque\u00f1as m\u00e1quinas de gashapon <\/em><\/strong>(peque\u00f1os juguetes coleccionables de m\u00e1quinas expendedoras cuyo precio ronda los 300-500 yen por unidad) consisten en art\u00edculos relacionados con el folklore local. <\/p>\n\n\n\n<\/figure><\/li>
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El jard\u00edn donde Oriente se encuentra con Occidente<\/h2>\n\n\n\n
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Uno de los primeros parques de Tokio<\/h2>\n\n\n\n
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El parque acu\u00e1tico sin agua, el ginkgo<\/em> superviviente <\/h2>\n\n\n\n
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Templos de historia milenaria<\/h2>\n\n\n\n
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Un exuberante oasis urbano<\/h2>\n\n\n\n
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Manjares de altura<\/h2>\n\n\n\n
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