<\/figure>\n<\/figure>\n\n\n\nAdentr\u00e1ndose en los callejones hacia el interior de la isla, uno pronto se encuentra inmerso en un laberinto de estrechas y sinuosas callejuelas<\/strong> bordeadas de casas -en su mayor\u00eda abandonadas- y huertos<\/strong>. Aqu\u00ed, cada habitante parece cultivar su propio jard\u00edn. Es f\u00e1cil entender por qu\u00e9 cuando se sabe que s\u00f3lo hay peque\u00f1as tiendas en la isla, y que hay que tomar el barco para ir a una tienda grande. Pero los habitantes tienen lo mejor: f\u00e9rtiles huertos y un mar lleno de peces.<\/p>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\nLas pintorescas callejuelas del pueblo de Hon-ura, en Manabeshima.<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\nAqu\u00ed, casi todo el mundo cultiva sus propias verduras.<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\nLos edificios abandonados son numerosos, en el centro: un antiguo bar de karaoke.<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\nAunque es divertido pasear al azar, ser\u00eda una pena perderse la Secundaria Manabeshima<\/strong> (\u7b20\u5ca1\u5e02\u7acb\u771f\u934b\u4e2d\u5b66\u6821, Kasaoka Shiritsu Manabe Chugakko<\/em>). El edificio de madera, construido en 1947, es bastante representativo de la arquitectura escolar japonesa de la \u00e9poca, con un gran pasillo repleto de ventanas a un lado y aulas al otro (los edificios modernos han mantenido una disposici\u00f3n similar, por cierto). El ambiente es completamente nost\u00e1lgico, y me encontr\u00e9 envidiando a los ni\u00f1os que contin\u00faan su escolarizaci\u00f3n all\u00ed, con vistas al mar y peque\u00f1os cangrejos – omnipresentes alrededor del edificio, como en toda la isla – para observar durante el recreo.<\/p>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\nLa Secundaria de Manabeshima, un edificio hist\u00f3rico con vistas a la isla.<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\nEl otro edificio notable de Hon-ura es el templo budista Enpukuji<\/strong> (\u5186\u798f\u5bfa), fundado por el monje Kobo Daishi en el a\u00f1o 795. Est\u00e1 situado con vistas al pueblo pesquero, ofreciendo una vista impresionante de sus tejados. Sus dimensiones son modestas, pero tras recorrer las estrechas calles del pueblo, su recinto parece invitar al visitante a tomar una profunda bocanada de aire.<\/p>\n\n\n\n\nSONY DSC<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\nmanabeshima<\/figcaption><\/figure>\nEl templo de Enpukuji, en las alturas de la isla de Manabe.<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\nIwatsubo: el puerto con calles empinadas<\/h4>\n\n\n\n Situado a s\u00f3lo diez minutos a pie de Hon-ura, por la \u00fanica carretera de la isla, Iwatsubo <\/strong>debe su particular encanto al hecho de estar construido en una ladera<\/strong>. Sus callejones no s\u00f3lo son estrechos, sino tambi\u00e9n empinados, lo que los hace a\u00fan m\u00e1s fotog\u00e9nicos.<\/p>\n\n\n\n
Vista del puerto de Iwatsubo en la isla de Manabe<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\nAlgunas laderas son tan empinadas que, bajo el calor del verano, su ascenso no era f\u00e1cil, y mi paso no era muy seguro en los descensos. A pesar de las numerosas barandillas instaladas, me pregunt\u00e9 c\u00f3mo se las arreglaban los ancianos habitantes para desplazarse sin demasiada dificultad.<\/strong> Hay dos respuestas a esto.<\/p>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n<\/figure>\n\n\n\nEn primer lugar, el h\u00e1bito, para aquellos que se mantienen en una forma incre\u00edble gracias a este ejercicio diario. Pero el segundo se me apareci\u00f3 en el fondo de un callej\u00f3n, antes de venir hacia m\u00ed a una velocidad impresionante -aunque bastante relativa, estoy de acuerdo-: una especie de carro para un \u00fanico pasajero, lo suficientemente estrecho para colarse en los callejones, pero sorprendentemente potente en las subidas teniendo en cuenta su tama\u00f1o. La anciana que lo conduc\u00eda pod\u00eda, efectivamente, llegar a casa sin problemas. No tengo estad\u00edsticas oficiales, pero es probablemente el veh\u00edculo m\u00e1s com\u00fan en Manabeshima, y un invento imprescindible para la autonom\u00eda de los abuelos isle\u00f1os.<\/p>\n\n\n
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Callej\u00f3n en el pueblo de Iwatsubo en Manabeshima<\/figcaption><\/figure><\/div>\n\n\nSi Hon-ura tiene su templo budista, Iwatsubo tiene su santuario sinto\u00edsta: Hachiman-jinja<\/strong> (\u516b\u5e61\u795e\u793e). Tambi\u00e9n est\u00e1 situada en lo alto, pero su vista dista mucho de ser despejada: en cambio, parece estar envuelta por un bosque<\/strong>. Se puede acceder a \u00e9l a trav\u00e9s de dos entradas, situadas a pocos metros de distancia a lo largo de la carretera principal, y cada una de ellas consiste en una larga avenida de escalones marcados por puertas torii <\/em>y faroles de piedra.<\/p>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\nEl Santuario Hachiman de Manabeshima, enclavado en la densa naturaleza.<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\nSubir estos pelda\u00f1os irregulares en los que la vegetaci\u00f3n parece imponerse y en los que uno espera que aparezcan serpientes o insectos gigantes en cualquier momento se convierte r\u00e1pidamente en una aventura. Volv\u00ed a la infancia y no tard\u00e9 en imaginarme como una exploradora que descubr\u00eda un santuario secreto en lo profundo de un bosque hostil. Al final, s\u00f3lo se tarda unos minutos en llegar a los edificios y el pueblo est\u00e1 cerca, pero no se puede negar que este santuario est\u00e1 envuelto en un aura poderosa.<\/strong> Finalmente me incorpor\u00e9 desorientada a la carretera, como si volviera de un mundo paralelo.<\/p>\n\n\n\nLos acontecimientos tradicionales que definen el ritmo de la vida de Manabeshima<\/h3>\n\n\n\n La vida local en la isla de Manabe est\u00e1 salpicada de diversos eventos tradicionales y religiosos. Los principales son el Hashiri Mikoshi matsuri (\u8d70\u308a\u795e\u8f3f) en mayo, y las representaciones de Kagura (\u795e\u697d) en julio.<\/p>\n\n\n\n
Hashiri Mikoshi Matsuri<\/h4>\n\n\n\n El evento m\u00e1s esperado del a\u00f1o en Manabeshima se celebra durante la \u00abGolden Week<\/em>\u00ab, a principios de mayo, en el Santuario de Hachiman. El Hashiri Mikoshi Masturi (\u8d70\u308a\u795e\u8f3f) es un festival sinto\u00edsta en el que tres santuarios port\u00e1tiles se desplazan por la isla a la carrera.<\/strong><\/p>\n\n\n\n