<\/figure><\/div>\n\n\nTras graduarse en el instituto, Yokoyama dej\u00f3 la isla para estudiar dise\u00f1o en una universidad de Tokio. All\u00ed se aficion\u00f3 al arte de la tipograf\u00eda, un negocio en el que su familia hab\u00eda trabajado durante tres generaciones en Ojika. Cuando inform\u00f3 a su padre de que se convertir\u00eda en la cuarta generaci\u00f3n, \u00e9l se opuso rotundamente, dici\u00e9ndole que no hab\u00eda futuro para la tipograf\u00eda en la isla despu\u00e9s de que \u00e9l se jubilara. Pero Yokoyama no se dej\u00f3 intimidar y regres\u00f3 en contra de su voluntad, instal\u00e1ndose en el mismo edificio que su padre. Mientras \u00e9l manten\u00eda a los clientes de toda la vida de su taller de tipograf\u00eda, Yokoyama consegu\u00eda nuevos clientes combinando sus conocimientos de dise\u00f1o y tipograf\u00eda. Hoy, ambos negocios coexisten, y su padre ha cedido en su oposici\u00f3n. Yokoyama tambi\u00e9n tiene una hija, quiz\u00e1 la futura quinta generaci\u00f3n de artistas tipogr\u00e1ficos de Ojika.<\/p>\n\n\n\n
Tambi\u00e9n colabora activamente en el futuro de Ojika a trav\u00e9s de las artes. Al igual que su abuelo, participa en grupos comunitarios que fomentan el arte en la isla, organizan exposiciones e invitan a artistas de otras partes de Jap\u00f3n y del extranjero a exponer sus obras.<\/p>\n\n\n\n
A\u00f1os o d\u00e9cadas despu\u00e9s, la llamada de Ojika sigue siendo irresistible<\/h2>\n\n\n\n El Caf\u00e9 Totona es un peque\u00f1o y encantador restaurante escondido en las calles del centro de Ojika. Su propietaria, Misuzu Tamura, es otra Retornada de Ojika, pero sus circunstancias fueron muy diferentes a las de Yokoyama.<\/p>\n\n\n\n
Tamura tambi\u00e9n dej\u00f3 Ojika tras el instituto y trabaj\u00f3 en la pol\u00edtica nacional en Tokio, como asistente de un pol\u00edtico nacional durante cuatro d\u00e9cadas. Hace unos seis a\u00f1os, \u00e9l falleci\u00f3 al mismo tiempo que su madre. Ese mismo a\u00f1o, regres\u00f3 a Ojika para una reuni\u00f3n escolar y se dio cuenta de que echaba de menos el estilo de vida de aqu\u00ed. Decidi\u00f3 abrir un restaurante centrado en su amor por la cocina, y uno de sus familiares le ofreci\u00f3 el edificio donde actualmente se encuentra Totona. Ella misma se ocup\u00f3 del dise\u00f1o de interiores, y el restaurante se ha convertido en un lugar popular para disfrutar de un delicioso desayuno o un set de almuerzo al estilo japon\u00e9s. Dice que nunca se arrepiente de su decisi\u00f3n de volver a su ciudad natal y disfruta de esta nueva etapa de la vida guiada por el destino.<\/strong><\/p>\n\n\n\n
<\/figure><\/div>\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n<\/figure>\n\n\n\nEs f\u00e1cil fijarse en la tienda Yokoyama en una de las calles principales de Ojika, con su enorme letrero \u00abYOKOYAMA\u00bb que se extiende por todo el escaparate. La tienda vende principalmente art\u00edculos de papeler\u00eda, pero tambi\u00e9n ofrece otros valiosos servicios a los residentes locales. Se ha ganado su lugar a pulso, ya que lleva m\u00e1s de 100 a\u00f1os en el negocio, y ahora est\u00e1 en manos de Eiji Yokoyama, que tom\u00f3 el relevo de su madre. <\/p>\n\n\n\n
\u00c9l era otro Retornado que no ten\u00eda intenci\u00f3n de volver a la isla despu\u00e9s de terminar el bachillerato, pero tras unos a\u00f1os fuera sin perspectivas concretas, volvi\u00f3 para ayudar a su hermana en el negocio. Su madre tambi\u00e9n llevaba sola la papeler\u00eda, as\u00ed que empez\u00f3 a echarle una mano. Su deseo de quedarse en Ojika lleg\u00f3 finalmente cuando se uni\u00f3 a un grupo de teatro y encontr\u00f3 una verdadera comunidad aqu\u00ed, en su ciudad natal. Desde entonces, se ha convertido en un miembro activo de la comunidad, conocido y respetado por sus servicios.<\/p>\n\n\n
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<\/figure><\/div>\n\n\nLos habitantes de Ojika invierten en el futuro de la isla<\/h2>\n\n\n\n No se puede pasar por alto a Harutomo Egawa, con su melena rubia recogida en una apretada coleta, conduciendo su camioneta que proclama simult\u00e1neamente \u00abLove Beer\u00bb y \u00abLove Ojika\u00bb (Amo la cerveza y amo a Ojika). Egawa regenta una de las peque\u00f1as tiendas de comestibles de Ojika, parte esencial de la vida cotidiana de los residentes locales. Egawa es otro U-Turnee de Ojika, pero se march\u00f3 de la isla solo dos a\u00f1os para estudiar un oficio. Recuerda que fue una \u00e9poca solitaria, y cuando por fin volvi\u00f3 a casa, la sensaci\u00f3n fue, en sus palabras, \u201cliberadora\u201d.<\/p>\n\n\n\n\n <\/figure>\n\n\n\n <\/figure>\n<\/figure>\n\n\n\nHace m\u00e1s de cinco a\u00f1os, Egawa se cans\u00f3 de la interminable marea de basura vertida por los barcos pesqueros comerciales en aguas internacionales que llegaba a su playa favorita de Ojika. Un d\u00eda se levant\u00f3 al amanecer, condujo hasta la playa y recogi\u00f3 basura durante una hora antes de empezar a trabajar. Al d\u00eda siguiente, volvi\u00f3 a hacerlo. Y otra vez. Durante cinco a\u00f1os, lloviera o hiciera sol, limpi\u00f3 la playa hasta que volvi\u00f3 a ser utilizable y atractiva. Se empe\u00f1aba tanto en limpiar la playa que su mujer empez\u00f3 a llamarla su amante: \u00abera mi playa favorita de ni\u00f1o\u00bb, recuerda, \u00aby quer\u00eda que la gente pudiera volver a disfrutarla\u00bb. Cerca de su tienda de comestibles, ha creado una escultura moderna y divertida, ir\u00f3nicamente hecha de basura recogida en la playa, que recuerda a los visitantes el da\u00f1o que la humanidad puede causar a la naturaleza y c\u00f3mo una persona puede trabajar para superar ese da\u00f1o.<\/p>\n\n\n
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<\/figure><\/div>\n\n\nNo es de extra\u00f1ar que Egawa se haya convertido en una figura popular en Ojika. Cuando el a\u00f1o pasado se present\u00f3 como candidato a un cargo p\u00fablico, gan\u00f3 un esca\u00f1o en el consejo local. Ahora, est\u00e1 decidido a una nueva causa: hacer de Ojika un lugar donde haya igualdad y tolerancia para todos, un lugar donde la gente de todo Jap\u00f3n quiera venir a vivir, no solo los Retornados.<\/p>\n\n\n\n
Hablamos con los locales en casi todos los puntos que visitamos en Ojika, y aprendimos m\u00e1s sobre sus vidas de lo que se puede compartir en un breve art\u00edculo como este. Con cada historia, nuestras vidas se entretej\u00edan en el tejido de Ojika, conectadas con las vidas de nuevos conocidos y amigos. Mucho despu\u00e9s de que desaparezcan las redes sociales, estas personas y sus historias permanecer\u00e1n en nuestros corazones y nos llevar\u00e1n directamente de vuelta a la tranquila isla paradis\u00edaca de Ojika.<\/strong><\/p>\n\n\n\n
<\/figure><\/div>\n\n\n\n\u00abViajar te cambia. Mientras te mueves por esta vida y este mundo, puedes cambiar las cosas aunque sea un poco, dejas marcas, aunque sean peque\u00f1as. Y a cambio, la vida y los viajes dejan marcas en ti\u00bb. – Anthony Bourdain<\/p>\n\n\n\n
La isla de Ojika Island: d\u00f3nde es y c\u00f3mo llegar all\u00ed<\/h2>\n\n\n\n Este ha sido mi diario de viaje sobre la isla de Ojika, donde pas\u00e9 tres d\u00edas maravillosos haciendo\u2026 pr\u00e1cticamente nada. Ojika es una isla de la prefectura de Nagasaki, de f\u00e1cil acceso en lancha motora o ferry desde el puerto de Sasebo.<\/strong> Tambi\u00e9n hay un ferry nocturno que sale del puerto de Hakata, en Fukuoka, y llega a Ojika sobre las 5 de la ma\u00f1ana.<\/strong><\/p>\n\n\n\n