{"id":86076,"date":"2024-11-11T19:00:00","date_gmt":"2024-11-11T10:00:00","guid":{"rendered":"https:\/\/voyapon.com\/es\/?p=86076"},"modified":"2024-12-12T11:14:55","modified_gmt":"2024-12-12T02:14:55","slug":"isla-de-ojika-con-locales","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/voyapon.com\/es\/isla-de-ojika-con-locales\/","title":{"rendered":"C\u00f3mo la isla de Ojika sana a sus visitantes a trav\u00e9s de la amistad"},"content":{"rendered":"\n
En el nuevo mundo del turismo propulsado por las redes sociales, estamos tentados a apresurarnos de un lugar Instagrameable a otro, dejando a nuestro paso la evidencia de que hemos estado f\u00edsicamente en alg\u00fan a pesar de que nuestras mentes estuvieran a miles de kil\u00f3metros de distancia. No es de extra\u00f1ar que cuando bajamos del subid\u00f3n temporal de nuestros logros vacacionales, nos sintamos a\u00fan m\u00e1s agotados que antes.<\/p>\n\n\n
Durante siglos, una diminuta isla de Nagasaki ha abierto sus brazos a los agotados viajeros: antiguamente a los que hac\u00edan el enrevesado viaje a trav\u00e9s del mar entre Jap\u00f3n, China y Corea, y ahora a los viajeros modernos desilusionados por haber creado sus itinerarios vacacionales a partir de los posts de las redes sociales. Para aquellos necesitados de un destino que les proporcione curaci\u00f3n y rejuvenecimiento, la isla de Ojika<\/a> podr\u00eda ser su respuesta.<\/p>\n\n\n\n Podr\u00edamos atribuir el encanto de Ojika a su belleza natural o a la cultura tradicional que se conserva en la isla. Pero el atractivo duradero de un destino viene dado por la conexi\u00f3n humana, las interacciones con la gente local que generan sonrisas y, a veces, amistades duraderas. Yasuyo Udo, una mujer que lleva 50 a\u00f1os viviendo en Ojika, est\u00e1 de acuerdo. Lleg\u00f3 a la isla de Ojika a los 20 a\u00f1os y se enamor\u00f3, no solamente de la tierra, sino tambi\u00e9n de su gente.<\/strong> Regres\u00f3 cuatro o cinco veces, una cada a\u00f1o, antes de casarse con un lugare\u00f1o y establecerse.<\/p>\n\n\n Udo nos cuenta su historia en la cocina de nuestra kominka<\/em><\/a>, una casa tradicional japonesa bellamente restaurada que fue nuestro hogar durante nuestra estancia en la isla. Vino a preparar una comida con nosotros (y no para <\/em>nosotros). No vino como chef para trabajar en silencio y escabullirse de la casa sin hacer ruido; vino como residente local con ganas de compartir sobre su vida y aprender algo sobre la nuestra. Mientras cocin\u00e1bamos juntos, codo con codo, nos habl\u00f3 de sus aventuras, de su viaje a la India en ferry en los a\u00f1os setenta (y de que casi acaba qued\u00e1ndose all\u00ed de por vida), de c\u00f3mo cri\u00f3 a su familia en la isla de Ojika. Antes de irse, llen\u00f3 nuestra mesa con un fest\u00edn de delicias locales y ayud\u00f3 con los platos. Y el d\u00eda que subimos al barco para regresar a tierra firme, estaba en el puerto para despedirse, salud\u00e1ndonos con la mano mientras nos alej\u00e1bamos de su isla.<\/p>\n\n\n\n Durante nuestros tres d\u00edas, disfrutando de la tranquilidad y la calma de la isla de Ojika<\/a>, conocimos a muchos lugare\u00f1os que regentaban restaurantes, caf\u00e9s y tiendas. Si no estaban ocupados con los clientes, entabl\u00e1bamos conversaci\u00f3n con ellos, y estaban encantados de compartir un poco sobre sus vidas con nosotros y darnos una idea del atractivo magn\u00e9tico de esta peque\u00f1a isla de Nagasaki.<\/p>\n\n\n\nLa alegr\u00eda de hacer nuevos amigos en la isla de Ojika<\/h2>\n\n\n\n
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\u00abRetornados\u00bb: por qu\u00e9 muchos residentes nacidos en Ojika regresan a la isla<\/h2>\n\n\n\n