El bienestar y el autocuidado son conceptos que últimamente se asocian a spas de lujo y complejos turísticos de alta gama que ofrecen servicios refinados y tratamientos exóticos. Pero la verdad es que no necesitamos tales lujos para curar nuestra mente del estrés diario de la vida cotidiana; simplemente necesitamos lugares a los que escapar, desconectar y relajarnos. Lugares como la isla Ojika de Nagasaki.
Ojika no encabezará los rankings de búsqueda de puntos que visitar en Japón; carece de los sensacionales lugares históricos de Kioto, del ambiente moderno de Tokio o de la interminable variedad gastronómica de Osaka. El hecho de que sea prácticamente desconocida para todos los visitantes de Japón, salvo para los más entendidos, significa que es una joya oculta, un escondite para los que buscan descansar del mundo moderno. Algunos lugareños se refieren a la visita a Ojika como «iyashi-tabi«, un viaje curativo. Y con solo tres días en Ojika entenderás el porqué.
Día 1: Te damos la bienvenida a la isla de la curación de Ojika
La mayoría de barcos que llegan a Ojika provienen del puerto de Sasebo, en la zona continental de la prefectura de Nagasaki, que tardan entre 1 hora y 30 minutos y 3 horas y 15 minutos, dependiendo del barco. Podrás salir del puerto de Sasebo en uno de los tres barcos que zarpan entre las 9:25 y las 12:20. Tomando el último barco llegarás a media tarde.
El viaje de sanación comienza al salir de Sasebo, adentrándose en las azules aguas del Mar de la China Oriental, junto a las escarpadas costas de las islas Hirado y Shinkamigoto. Si vienes en ferry, ve a la cubierta superior para disfrutar de las vistas y la brisa marina.
Tras llegar al puerto de Ojika, te recibirá el personal de la Ojika Island Tourism (la Oficina de Turismo de Ojika). Ellos podrán ayudarte a hacer cualquier reserva que necesites durante tu estancia en la isla: alojamiento, alquiler de bicicletas o coches, restaurantes y excursiones privadas (las reservas de alojamiento deben hacerse antes de llegar, por supuesto).
Alójate en tu propia casa tradicional japonesa
Ojika cuenta con varias kominka (casas tradicionales japonesas) renovadas repartidas por toda la isla. Cada una es obra de Alex Kerr, el conocido experto en Japón apasionado por la restauración de casas tradicionales. La estética de Kerr mantiene la elegancia del edificio original, al mismo tiempo que añade comodidades modernas, como cocinas totalmente equipadas y aromáticos baños de cedro. La decoración interior se mantiene tradicional, utilizando muebles japoneses antiguos y artesanía tradicional.
Sakishoji, escondida en las callejuelas del centro de Ojika, es una opción perfecta para una pareja. Tiene capacidad para alojar tres personas cómodamente, con futones colocados en una sala de tatami de estilo japonés en la planta baja, una cocina completa y zona de estar y comedor en una luminosa habitación del segundo piso. Para grupos más grandes o aquellos que deseen un poco más de intimidad, Hoshu es una antigua mansión cerca de un puerto con un jardín japonés privado y capacidad para seis huéspedes. Hay otras kominka disponibles por la isla, cada uno con sus propias características encantadoras y un diseño moderno-tradicional único.
Haz nuevos amigos pescando con los locales de Ojika
Una de las experiencias que puede organizar la Oficina de Turismo de Ojika es pescar con un pescador local experto. Debido a la gran variedad de peces que viven rodeando la isla, Ojika ha tenido una riqueza histórica gracias a la industria pesquera. Aquí, la pesca es una forma de vida y un pasatiempo para muchos lugareños.
Un pescador local te llevará a uno de los mejores lugares de pesca de la isla y te enseñará lo indispensable para pescar los distintos tipos de peces que hay frente a la costa de Ojika. Podrá pescar uno de los famosos isaki de Ojika, con su carne translúcida y suave sabor que se convierte en un perfecto plato de sashimi. O un aji (jurel), un alimento básico de la cocina japonesa que aquí se encuentra en abundancia. Lo mejor de todo es que, con un poco de ayuda, la pesca del día puede convertirse en parte de la cena.
Conoce a una familia japonesa en su propia casa
La experiencia pesquera suele ir acompañada de una «visita local», en la que una familia japonesa te invita a una comida. Las familias participantes están interesadas en conocer a los visitantes extranjeros y compartir sus vidas en la isla. Allí podrás entablar amistad con la población local de una forma única.
Las amistades suelen forjarse en torno a la comida, así que la familia anfitriona preparará un festín en honor de tu visita, y si llevas pescado capturado durante tu experiencia pesquera, es probable que lo preparen como parte de la comida. Pero incluso si llegas con las manos vacías, puedes tener la certeza de que habrá comida en abundancia: especialidades locales preparadas con ingredientes de las granjas de la isla y del mar circundante.
Día 2: En Ojika, haz como los locales de Ojika
Tras una buena noche de descanso en tu kominka, puedes optar por levantarte temprano para contemplar un hermoso amanecer en Ojika. La playa de Kakinohama es el lugar perfecto para ver la salida del sol, con su playa orientada al este y sus aguas dóciles. Y dependindo de la ubicación de tu kominka, será un tranquilo paseo en bicicleta hasta Kakinohama, de 5 a 20 minutos. Puedes solicitar el alquiler de una bicicleta eléctrica a la Oficina de Turismo de Ojika para tu estancia y las bicicletas te estarán esperando fuera de tu kominka cuando llegues.
Si, por lo contrario, decides dormir hasta tarde, puedes tomar un desayuno ligero y un café en una panadería y una cafetería del centro de Ojika. Koji Koji Pan es una pequeña panadería que elabora productos de panadería para llevar saludables sin utilizar huevos, mantequilla ni leche. El sabor y la textura del pan son tan sorprendentes que te preguntarás cómo lo hacen, y la respuesta es: boniatos, un producto básico de la isla de Ojika. Tómate un café unos metros más abajo, en el Café Turtle, donde el propietario local, Yosuke Taguchi, tuesta sus propios granos y sirve cafés con leche y otras bebidas deliciosas.
Para familiarizarte con la isla, empieza con un recorrido a pie por el centro. El laberinto de callejuelas de esta zona es como un museo viviente de la historia de Ojika, con muchos edificios de madera que datan de hace más de un siglo. Añade a tu paseo un divertido «rally de sellos» a la antigua usanza y visita varios lugares y monumentos de la zona para recoger sellos de caucho que demostarán que has estado allí. Al finalizar el rally, ¡puedes recoger un pequeño premio en la Oficina de Turismo de Ojika!
Un almuerzo sencillo y relajante en la playa
Tras explorar la ciudad, es posible que te entre un poco de hambre. Afortunadamente, al pasear por los alrededores, te cruzarás con KONNE Lunch & Cafe, un lugar estupendo para hacer una pausa para comer. Los dueños, formado por una pareja, preparan una deliciosa y completa comida japonesa-occidental servida con la hospitalidad de una sonrisa de la isla de Ojika.
Después de comer, vuelve a tu kominka, recoge tu bañador y pedalea hasta la playa de Kakinohama. Si no la has visitado durante el amanecer, enseguida te darás cuenta de por qué es la playa favorita de Ojika para practicar deportes acuáticos. El mar, protegido por la bahía, está tranquilo casi todo el año; las aguas cristalinas están repletas de una gran variedad de peces de colores, y encontrarás duchas y aseos para más comodidad. La Oficina de Turismo de Ojika también puede ayudarte a organizar una experiencia de SUP (Standup Paddle) u otras actividades en Kakinohama.
Cocina con locales de Ojika
Cuando las cálidas aguas azules de Kakinohama hayan derretido tu estrés, regresa a tu kominka para vivir otra experiencia única de Ojika: cocinar con los locales. Varios lugareños están disponibles para ir a tu kominka y cocinar una gran cena local para ti, donde también podrás participar. La persona que vendrá a cocinarte te enseñará a preparar algunos platos sencillos y a hacer tempura fresca y otros platos allí mismo, mientras traen otros alimentos preparados. La experiencia culinaria es otra oportunidad de conocer a los residentes locales a un nivel más profundo y aprender simultáneamente algunos secretos de la preparación de la cocina local japonesa.
Día 3: experiencias únicas en la isla de Ojika
Si no te importa madrugar, la Oficina de Turismo de Ojika puede hacerte una reserva para desayunar en el Café Totona, que sirve desayunos hasta las 9 de la mañana. Este coqueto restaurante, escondido entre los edificios históricos del centro de la ciudad, sirve un desayuno de estilo tradicional japonés con los ingredientes más frescos, preparados por la propietaria, una residente de Ojika que abandonó la isla durante más de 40 años antes de volver para abrir su cafetería.
Experiencia de jardinería zen con un monje budista
Tras el desayuno, disfruta de otra actividad que puede coordinar el personal de turismo: una experiencia de jardinería zen en el templo Choju-ji. Aunque mucha gente está familiarizada con los jardines zen que utilizan rocas y guijarros en lugar de elementos acuáticos, el monje de Choju-ji explica la historia del jardín zen antes de guiar a los participantes en la experiencia de crear bellos patrones en las rocas utilizando diversas herramientas de jardinería. Se dice que esta experiencia es meditativa e instructiva, pero si se desea practicar más meditación, el templo está abierto a los visitantes que lo deseen.
Por la tarde, pedalea hasta la playa de Shirahama, un tramo largo y poco profundo que da la sensación de poder adentrarse en las profundidades del océano. Shirahama es la playa perfecta para sentarse y dejar que las cálidas olas acaricien tus pies. Aquí también hay duchas y baños, así que podrás asearse antes de volver a tu kominka antes de cenar.
El atardecer de Ojika: uno de los mejores del mundo
Ninguna visita a Ojika estaría completa sin presenciar una de sus espectaculares puestas de sol en el oeste antes de cenar. La Oficina de Turismo de Ojika puede organizarte una excursión al atardecer a la isla occidental de Madara, donde podrás contemplar una espectacular puesta de sol desde un lugar secreto al que sólo el personal de turismo puede guiarte.
Cena kaiseki de marisco en uno de los mejores restaurante de Ojika
Tras experimentar el poder curativo de la puesta de sol, el personal te podrá llevar a tu cena reservada en el incomparable Fujimatsu. Otra de las renovaciones kominka de Alex Kerr, Fujimatsu es un restaurante situado en la antigua residencia de una de las familias más ricas y poderosas de Ojika. Hoy es uno de los mejores establecimientos gastronómicos de Ojika, mencionado en la Guía Michelin de la región de Nagasaki. El chef del Fujimatsu selecciona personalmente los ingredientes que utilizará ese día de entre los productos más frescos disponibles, por lo que el menú cambia a diario. Aunque no sepas exactamente qué servirá Fujimatsu, puedes tener certeza de que será una increíble comida de estilo kaiseki con los mejores mariscos y productos de Ojika.
Día 4: De vuelta a la realidad, completamente curado
El barco que te devolverá a Sasebo sale a las 11 de la mañana, así que tómate la mañana con calma para disfrutar de tus lugares favoritos en Ojika antes de partir. Como alternativa, hay un ferry que sale de sale de Ojika a primera hora de la mañana a las islas Gotoantes del amanecer si deseas continuar sus aventuras por las islas de Nagasaki. En cualquier caso, el personal de la Oficina de Turismo de Ojika estará encantado de ayudarte a llegar a tiempo al puerto.
Después de tres días completos en Ojika, disfrutando de su belleza natural, la amabilidad de los lugareños y la frescura de su cocina local, volverás a la vida normal sintiéndote curado del peso del mundo moderno.
Traducido por Maria Peñascal Felís
Patrocinado por Ojika Town