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Los matsuri japoneses: la magia del verano en Japón

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El verano en Japón puede ser difícil. Las temperaturas son altas y la humedad, insoportable. Es, sin duda, una de las épocas del año que menos disfruto. Pero no todo son malas noticias: el calor del verano se ve compensado por los matsuri 祭り, los festivales tradicionales japoneses. En esta temporada, muchas ciudades se visten de gala, los altares portátiles desfilan por las calles, el cielo se ilumina con fuegos artificiales y la gente, vestida con yukata, sale a pasear y disfrutar de las noches estivales.

Los matsuri forman parte de la esencia cultural japonesa. Si visitas uno, probablemente sientas que has entrado en un anime. ¿Cuántas veces has querido formar parte de esas escenas llenas de farolillos, puestos de comida y protagonistas declarando su amor bajo los fuegos artificiales? 

¿Qué es un matsuri?

La palabra matsuri significa literalmente “festival”. Son eventos que reúnen a miles de personas por todo el país, y su temática puede tener orígenes religiosos, históricos o estacionales. Dada la gran cantidad y variedad de festivales, es casi imposible enumerarlos todos o establecer una lista definitiva de fechas y lugares.

Aunque el verano es la época más popular para los matsuri, existen festivales durante todo el año, como el Festival de la Nieve de Sapporo en febrero, el Santera Mairi Festival en Hida Furukawa en enero o el Festival de Kawagoe en octubre.

Santera Mairi Festival en Hida Furukawa

Hay matsuri enormes en grandes ciudades, pero también muchos locales en pueblos pequeños. Mientras que en los más conocidos, las calles se llenan de multitudes y la zona se abarrota de turistas y locales, en las zonas rurales el ambiente es más íntimo, pero igual de festivo.

Cada festival tiene sus propias características, pero comparten ciertos elementos comunes: el desfile del mikoshi 神輿 (santuario portátil), espectaculares fuegos artificiales, puestos de comida callejera, bailes y vestimenta tradicional.

Orígenes de los matsuri: entre lo sagrado y lo festivo

Muchos matsuri están estrechamente vinculados al sintoísmo, la religión nativa de Japón. Antiguamente, se celebraban como ofrendas a los kami (deidades) para pedir protección, buenas cosechas o alejar enfermedades. Por eso, muchos festivales tienen lugar cerca de santuarios y templos.

Un ejemplo especialmente espiritual es el Bon Odori (y uno de mis favoritos). A simple vista, parece un festival alegre donde la gente baila alrededor de una torre iluminada. Pero en realidad, es una forma de dar la bienvenida a los espíritus de los difuntos durante la época del Obon, cuando se cree que el mundo de los vivos y el de los muertos están más cerca que nunca.

Con el tiempo, los matsuri también se han convertido en eventos sociales y comunitarios. Si asistes a uno, verás cómo los portadores del mikoshi o los grupos de baile se organizan por barrios, profesiones o asociaciones, luciendo con orgullo sus trajes y estandartes.

Cada región ha desarrollado su propio estilo. Existen festivales de baile como el Awa Odori de Tokushima, el Sansa Odori en Iwate o el Owara Kaze no Bon en Toyama. Algunos, como el Tanabata, integran elementos contemporáneos en sus decoraciones, incluyendo personajes populares. También están los festivales de Yosakoi de la prefectura de Kochi, que combinan bailes tradicionales con música moderna y movimientos enérgicos.

Chicas bailando en el Awa Odori

Hoy en día, también puedes encontrar matsuri curiosos como el Akita Inukko Matsuri, dedicado a agradecer la lealtad de los perros Akita, o el Kanamara Matsuri, el famoso festival de la fertilidad en Kawasaki. Aunque estos temas pueden arrancar una sonrisa por su especificidad o simbolismo visual, todos ellos tienen un trasfondo cultural y religioso que no debe pasarse por alto.

¿Qué se come en un festival japonés?

La comida es una parte esencial de cualquier matsuri. Las calles se llenan de yatai 屋台(puestos de comida), con luces llamativas y olores irresistibles. Cada festival tiene sus especialidades, pero hay clásicos que no te puedes perder:

  • Takoyaki たこ焼き: bolitas rellenas de pulpo
  • Yakisoba 焼きそば: fideos salteados con verduras
  • Okonomiyaki お好み焼き: tortilla japonesa con col, carne, pescado y salsa
  • Yakitori 焼き鳥: brochetas de carne a la parrilla con salsa dulce-salada
Puestecitos de comida en un matsuri japonés
Foto: HANVIN CHEONG

También hay dulces tradicionales como:

  • Kakigori かき氷: hielo raspado con sirope
  • Watagashi 綿菓子: algodón de azúcar
  • Choco banana: plátano recubierto de chocolate
  • Ringo ame りんご飴: manzanas caramelizadas

Todo sabe mejor rodeado de luces, música y el ambiente festivo del verano japonés, ¿no?

Actividades para niños (y no tan niños)

Los niños tienen un lugar muy especial en los matsuri, ya que suelen estar repletos de juegos tradicionales pensados especialmente para ellos. Uno de los más emblemáticos es el Kingyo Sukui 金魚すくい, un juego en el que los niños intentan atrapar pequeños peces dorados con una red hecha de papel, que se rompe con facilidad, añadiendo emoción y delicadeza al reto. Otro favorito es el Yoyo Tsuri ヨーヨーつり, donde hay que sacar globos de agua decorados que flotan en una piscina, utilizando un gancho de papel y mucha paciencia.

Niños jugando a juegos de festivales japoneses
Foto: Kelvin Zyteng

Además de estos, también suelen encontrarse puestos con tiro al blanco, lanzamiento de aros o sorteos donde se pueden ganar juguetes, dulces o pequeños premios sorpresa. Todas estas actividades cuestan poco dinero, y más allá del premio en sí, ofrecen momentos de diversión compartida. Los niños las disfrutan enormemente, pero también es común ver a adultos dejándose llevar por la nostalgia y participando con la misma ilusión. 

Festivales famosos en Japón: ¿cuáles no deberías perderte?

Si visitas Japón en verano y quieres vivir un matsuri en toda su intensidad, estos son algunos de los más conocidos del país. Pero atención: es fundamental reservar alojamiento y transporte con antelación, ya que estos eventos atraen a miles de personas.

  • Takayama Matsuri (Gifu, primavera y otoño): Carrozas elaboradas con marionetas mecánicas llamadas karakuri ningyo.
  • Kanda Matsuri (Tokio, mayo, cada dos años): Celebración del santuario Kanda Myojin, uno de los tres grandes matsuri de Tokio.
  • Sanja Matsuri (Tokio, mayo): En Asakusa, con participación masiva y mikoshi cargados por los fieles.
  • Gion Matsuri (Kioto, julio): El más famoso y antiguo. Desfile de carrozas yamaboko 山鉾 y ambiente tradicional.
  • Tenjin Matsuri (Osaka, julio): Combina desfiles terrestres y fluviales, con fuegos artificiales sobre el río.
  • Nebuta Matsuri (Aomori, agosto): Carrozas gigantes iluminadas de figuras del folklore japonés.
  • Kanto Matsuri (Akita, agosto): Artistas sostienen postes gigantes de bambú (kanto) con linternas encendidas.
  • Awa Odori (Tokushima, agosto): Danza tradicional abierta a la participación del público.
  • Tanabata Matsuri (Sendai, agosto): Celebración de la leyenda de Orihime y Hikoboshi, con decoraciones de papel multicolor.
Una imagen del Tanabata Matsuri
Foto: Elena Tokyographic

No sé si es la euforia de la multitud, las luces de los farolillos o los sonidos tradicionales, pero estar en un matsuri japonés genera una sensación cálida en el pecho. En esos momentos, las barreras del idioma desaparecen: todo se comunica con bailes, música y sonrisas.

Si vas a Japón en verano, prepárate para el calor y la humedad, pero también para vivir una experiencia cultural irrepetible. Los matsuri no solo son festivales: son una ventana al alma del país.

Este artículo fue escrito originalmente en julio de 2016
Foto de portada: Ramon Buçard

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