Durante más de mil años, los japoneses han realizado peregrinaciones simbólicas por los senderos montañosos del Kumano Kodo (熊野古道). Realizar esta peregrinación es embarcarse en uno de los viajes espirituales más antiguos de Japón. A través de una naturaleza primitiva impregnada de niebla, misterio, folclore y leyendas, conocerás la verdadera tierra de los dioses.
El nombre de Kumano Kodo está compuesto por dos palabras. La primera proviene de la región de Kumano (prefectura de Wakayama), que cubre la parte sur de la península de Kii en el centro de Japón. La otra palabra, kodo, significa «costumbres antiguas». El Kumano Kodo es también la única ruta a pie, además del Camino de Santiago en España, designada por la UNESCO Patrimonio Mundial. Sus principales atracciones son el Kumano Sanzan, un grupo de tres grandes santuarios Kumano y un templo:
- El Gran Santuario Kumano Hongu Taisha.
- El Gran Santuario Kumano Nachi Taisha y su adyacente Templo Nachisan Seiganto-ji.
- El lugar donde viven los kami (dioses japoneses): el Gran Santuario Kumano Hayatama Taisha.
Como alguien con una inclinación por el senderismo, un interés en la historia japonesa y una debilidad por los antiguos sistemas de creencias politeístas, me sentí emocionado ante la perspectiva de caminar por el Kumano Kodo.
Mi camino empezaba a finales de diciembre, dentro de un automóvil que serpenteaba a lo largo del río Kumano-gawa de camino al sendero de peregrinación.
Entrada al Kumano Kodo: la tierra de los dioses
Bajé del coche en Takijiri-Oji, la entrada del paso de montaña Kumano Kodo. Allí me reuní con mi guía nacido en Colorado, Mike, que ha vivido en la ciudad de Tanabe de Wakayama durante más de 20 años. Era un local totalmente adoptado y con un conocimiento enciclopédico de la ruta. Además, caminaba con un bastón, y suelo confiar en las personas que caminan decididamente con bastones.
Yo tenía la esperanza de que pudiéramos cubrir una parte significativa del sendero en un día, pero Mike me informó que era un poco complicado. Lejos de lo que yo pensaba, el Kumano Kodo cubre cientos de kilómetros y hay varias rutas alrededor de las montañas de Kii. No suelo ser muy ambicioso, así que acepté hacer el trozo del Kodo que fuese posible en un día.
Hay seis rutas principales que son transitables (Kiiji, Kohechi, Nakahechi, Ohechi, Iseji y Omine Okugake-michi) y que forman la peregrinación de Kumano Kodo. Estas conectan los tres grandes santuarios y el templo, además de proporcionar rutas hasta Koyasan (el hogar del budismo Shingon, ubicado en la cima de la montaña), Yoshino (un importante lugar de culto en la montaña en la prefectura de Nara) e Ise Jingu en la prefectura de Mie (el santuario sintoísta más importante de Japón).
Los senderos de Kodo tienen diferentes niveles de dificultad y de conservación. La ruta Nakahechi es la más popular, cubre unos 30 km que empiezan en las afueras de Tanabe y termina en el Gran Santuario Kumano Hongu Taisha. Kohechi y Omine Okugake-michi son caminatas complejas y tortuosas a través de bosques escarpados, flanqueados por pocas paradas de descanso; no se recomienda hacerlas sin guías capacitados y una preparación escrupulosa. Los dos senderos costeros de Ohechi e Iseji han sucumbido en gran medida a la construcción dada su proximidad a la civilización, pero han conservado algunos restos de su antigua gloria.
Los grandes diaristas y la historia del Kumano Kodo
La ruta Nakahechi fue nuestro punto de entrada al Kumano Kodo. Comenzamos en el centro de información Kumano Kodokan, una cabaña de madera dodecagonal ubicada a orillas de un río que fluye y rodeada de frondosos bosques verdes. Aquí me enteré del contexto histórico de los senderos, quién comenzó a recorrerlos y por qué.
Desde los inicios de la historia, las montañas de Japón se han considerado tanto la morada de los dioses como un espacio de reunión para los espíritus de los muertos. Por esta razón la región montañosa de Kumano siempre fue venerada por los seguidores de los sistemas de creencias politeístas de Japón conocidos, en conjunto, como sintoísmo.
Después de que los chinos llevasen el budismo a Japón entre los siglos IV y VI, la religión autóctona fue estructurada y organizada. Las dos religiones se sincretizaron para formar una escuela de pensamiento más amplia, donde el budismo y el sintoísmo trabajaban en conjunto. Los kami sintoístas locales eran ahora, en esencia, manifestaciones de entidades budistas.
En el Período Heian (794-1185), el acto de peregrinación estaba reservado en gran parte para la élite religiosa y política. Y fue la conexión de la élite con las filosofías entrelazadas del sintoísmo y el budismo lo que llevó a la constitución del Kumano Kodo como una peregrinación.
El sur siempre ha sido una dirección favorable y el Kodo estaba directamente al sur de Kioto (la antigua capital y hogar de la corte Heian). Por si no fuera poco, la región de Kumano también alberga la mitología de la creación de Japón: el primer emperador Jimmu, un supuesto descendiente de la diosa del sol Amaterasu, pasó un tiempo navegando por el terreno de Kumano durante su camino hacia la fundación de Japón. Las deidades budistas adoradas en Kumano también estaban vinculadas a sus propios paraísos cósmicos; subir los senderos para honrarlos en Kumano, un paraíso literalmente en la tierra, también se consideró un camino para lograr el paraíso interno. Además, el Kodo era una salida ideal para las prácticas ascéticas, así como para la purificación de la mente, el cuerpo y el alma.
Gracias a los poetas, escribas y eruditos que caminaron por el Kumano Kodo junto a la aristocracia, hay relatos en primera persona de peregrinaciones del período Heian: réplicas de sus diarios se encuentran en vitrinas de vidrio dentro del centro de información.
Es a partir de estos diarios de peregrinación como Chuyuki (中右記), escrito por el noble Heian Fujiwara-no-Munetada (1062-1141), que podemos aprender sobre estos viajes. Después de visitar el Gran Santuario Kumano Hongu Taisha junto con un séquito de viajeros, Munetada llegó a Yunomine Onsen, que todavía se cree que alberga una de las fuentes termales más antiguas de Japón. “Me bañé en un pequeño barranco donde afloran aguas termales junto al flujo de un arroyo frío, un panorama un tanto extraño”, escribió. «Los que se bañan en estas aguas se curarán de todas las enfermedades».
Caminar por el Kumano Kodo teniendo en cuenta su historia, cada piedra a lo largo del sendero, cada cedro imponente y santuario cubierto de musgo, cada río y arroyo murmurante… se vuelve infinitamente más interesante. Si las colinas hablasen, no me imagino cuantas historias podrían contar.
Recorriendo el camino de la ruta Nakahechi
Mi primera vez en el Kumano Kodo empezó justo afuera de la entrada del Kodokan, donde nos unimos a la ruta Nakahechi. Una gran piedra grabada señalaba que estábamos entrando en un área designada como Patrimonio de la Humanidad. Detrás de esto había una puerta torii que indicaba la entrada a Takijiri-Oji, la entrada sagrada del sendero. Un poco más adelante, un poste de madera erigido junto a un árbol decía con orgullo dos palabras: «Kumano Kodo».
La caminata en esta sección particular del Kumano Kodo fue mi prueba de fuego. Anduvimos por un conocido camino empinado durante unos 500 metros. Aunque en ese momento estábamos solos, Mike me informó que está más congestionado en otras épocas como el sakura (flor de cerezo) y el koyo (follaje de otoño). A medida que nos adentramos en el bosque, el entorno se volvía más tranquilo. Los sonidos de los automóviles de una carretera cercana se desvanecían, reemplazados por el chasquido de las ramitas bajo los pies y el gorjeo de los pájaros en lo alto de los árboles.
Nuestro breve ascenso culminó en una pequeña estatua de jizo con un babero rojo, un bodhisattva que protege a los viajeros y las almas de los no nacidos, rodeado por una roca sagrada. Esta «piedra madre» fue mitificada hace siglos, después de que se difundieran historias sobre la protección de un bebé que quedó a su cuidado durante varios días. Junto a estos había un túnel natural que conducía a un pequeño espacio entre dos rocas, lo suficientemente ancho como para que un humano de tamaño medio pudiera pasar. El paso a través de este túnel, conocido como «la matriz», simboliza la purificación de tu alma, parte de un antiguo ritual budista de renacimiento.
No soy un hombre particularmente corpulento, así que pensé tener posibilidades de desafiar la matriz sin resultar herido. Con algunos gruñidos ahogados y un empujón desgarbado, logré salir por el otro lado: renací. No puedo decir que me sintiera completamente purificado, pero fue un gran ejemplo de cómo funcionaba el entorno natural del Kumano Kodo para simbolizar las creencias religiosas que durante mucho tiempo habían atraído a los peregrinos a la región.
Hacia el gran santuario Kumano Hongu Taisha
Descendimos por el sendero y nos reagrupamos en el automóvil para seguir nuestro camino por Nakahechi. Nos unimos otra vez a la ruta desde un punto de partida popular en Hosshinmon-oji, uno de los cientos de santuarios pequeños que salpican el Kodo. Hosshinmon-oji marca la entrada más externa al recinto divino del Gran Santuario Kumano Hongu Taisha, a unos ocho kilómetros de distancia.
Desde aquí, la ruta Nakahechi nos llevó a través de granjas, huertos y la casa de un viejo tallador de madera que había hecho espantapájaros para los granjeros vecinos. Después, nos adentramos en un bosque de cedros, cipreses, pinos, castaños, coníferas, helechos de aspecto exótico e innumerables otras especies botánicas.
Más profundo en el bosque, pasamos por una escuela abandonada, congelada en un estado de belleza y melancolía permanente. Las aulas privadas de vida y cubiertas de escombros miraban hacia una vieja piscina, cubierta de un follaje dorado caído de árboles de hoja caduca que se aferraban a la agonía del otoño. El sol se reflejaba, como un espejo, en la superficie mortalmente inmóvil de la piscina, mientras el musgo se deslizaba por los lados. Podría haberme sentado durante horas absorbiendo todo a mi alrededor. Desafortunadamente, el tiempo no estaba de mi lado, así que hice una ofrenda rápida al jizo de la escuela, que se dice que curaba el tipo de dolor de espalda que yo tenía en ese momento y seguí adelante.
“Ahora estamos volviendo a entrar en la zona designada como Patrimonio de la Humanidad”, me dijo Mike cuando llegamos a un camino de piedra envejecida. Gran parte del tramo sobre el que estábamos a punto de pasar se había conservado desde el Período Heian, una reliquia de la antigua peregrinación de Kumano Kodo sin desaparecer por la modernización que se ha producido a su alrededor.
El antiguo camino lleno de baches serpenteaba a través de un bosque de árboles altísimos. Lentamente empecé a sentirme otra vez en esa tierra legendaria de los dioses sintoístas. Parecía que la realidad en el mundo moderno estaba a años luz mientras marchábamos al ritmo de nuestros pasos y nuestro entorno. Solamente nuestras conversaciones rompían el perfecto paisaje sonoro ambiental.
Varios santuarios pequeños se alzaban a ambos lados del camino, muchos de los cuales honraban a aquellos que habían caminado por el Kodo pero no regresaron con vida. Esto me hizo reflexionar sobre lo que era caminar por estos senderos hace mil años, sin mochilas llenas de agua y bocadillos, sin GPS en el bolsillo y sin guía liderando la caminata que conociera estos bosques como su palma de la mano.
Continuamos hasta medio camino entre Hosshinmon-oji y el Gran Santuario Kumano Hongu Taisha, donde había una pequeña cabaña de descanso con vista a una granja de té que servía café onsen (hecho con agua termal). Nos dispusimos a comer nuestro Kumano Kodo Bento (fiambrera) que compramos en Omuraya y disfrutamos de nuestras bebidas calientes con cafeína que nos dieron energía y calor. Ten en cuenta que no hay paradas para almorzar a lo largo de esta parte de la ruta, así que prepara con antelación tu comida y bebida.
Al lado había un mirador que brindaba vistas sin obstáculos de los Montes de Kii hacia el horizonte. En un día claro de diciembre como ese uno puede ver más de 30 kilómetros en la distancia. Esto correspondería a una caminata de varios días a lo largo del Kumano Kodo desde donde estábamos parados.
Adentrándonos en el mundo del Gran Santuario Kumano Hongu Taisha
Tras caminar un par de kilómetros más a través de un paisaje sereno y boscoso llegamos al primer gran santuario del Kodo, el Gran Santuario Kumano Hongu Taisha (熊野本宮大社). Así como todos los caminos conducen a Roma, todos los senderos de Kumano Kodo conducen a este gran santuario, situado en el corazón de la región.
El Gran Santuario Kumano Hongu Taisha consagra una serie de deidades, incluida Amaterasu, y es uno de los tres santuarios más importantes de adoración de entre 3.000 santuarios Kumano repartidos por todo el archipiélago japonés. El santuario Hongu existe desde hace más de dos mil años. Sin embargo, el edificio actual, una estructura austera asentada en un bosque, se construyó hace al menos 900 años, según el diario de un peregrino viajero, aunque se ha movido y reconstruido varias veces debido a incendios, inundaciones y desastres naturales.
Al llegar al complejo, me sorprendieron dos cosas. En primer lugar, el entorno boscoso que oculta del santuario junto con su estilo relativamente simplista, lo mantiene envuelto en un ambiente místico. Los grandes adornos arquitectónicos, como las aspas cruzadas en su techo inclinado y la enorme entrada cerrada, se encuentran entre los letreros limitados que sugieren que el Gran Santuario Kumano Hongu Taisha tiene más importancia que un santuario sintoísta promedio.
En segundo lugar, la iconografía del cuervo de tres patas estaba en todas partes. Lo reconocí como el símbolo del equipo de fútbol japonés, pero nunca había considerado su importancia. Durante el viaje del primer emperador Jimmu para fundar Japón, un yatagarasu (cuervo de tres patas) fue enviado como mensajero del cielo para guiar a la legión imperial a través de la potencialmente peligrosa región de Kumano. Como tal, es a esta extraña criatura mítica a la que Japón debe su existencia.
Caminamos hasta el santuario principal y expresamos nuestros respetos. Estaba parcialmente oculto por barreras colocadas para acomodar la afluencia esperada de visitantes durante el próximo shougatsu (Año Nuevo), la cual cosa le restó ese valor al encanto místico del santuario.
Antes de que terminara el día, teníamos que hacer una última parada, el cercano torii de piedra en Oyunohara. Con 33 metros de altura, es la puerta torii más grande del mundo e incluso me mareé cuando la miré boquiabierto directamente desde la base. La puerta marca la ubicación original del Gran Santuario Kumano Hongu Taisha, que se trasladó a su ubicación actual en el siglo XIX debido a preocupaciones por las inundaciones.
Me despedí de Mike y juré volver al Kumano Kodo tan pronto como se presentara la oportunidad. Puede que haya visto algunas de sus mejores vistas ese día, pero en realidad, apenas había arañado la superficie.
El resto de la peregrinación de Kumano Kodo y más
Debido a limitaciones de tiempo, lamentablemente no pude continuar caminando por la ruta durante mi viaje alrededor de la prefectura de Wakayama. Sin embargo, en los días siguientes pude visitar los otros dos grandes santuarios y templos que conforman Kumano Sanzan, junto con varios otros sitios históricos de la región. Detallaré algunos de los aspectos más destacados a continuación:
El gran santuario Kumano Nachi Taisha
Elevado en una colina con vistas a la catarata Nachi, la cascada vertical de 133 metros más alta de Japón, se encuentra el Gran Santuario Kumano Nachi Taisha. Durante mi visita, la pagoda del templo Nachisan Seiganto-ji resplandecía con su rojo bermellón bajo el brillante sol invernal. A su lado, las catarata estaba pintada por rayos caleidoscópicos mientras la luz del sol se refractaba a través de las gotas de agua que caían, algo común en los días despejados de invierno.
También puedes acceder al Gran Santuario Kumano Nachi Taisha y al Templo Nachisan Seiganto-ji a través de la cuesta Daimon-zaka, un sendero en pendiente rodeado por unos cedros imponentes que dividen la luz del sol como un vitral de una iglesia. No hay ninguna duda: los bosques de los dioses cobran vida.
El gran santuario Kumano Hayatama Taisha
Situado en la desembocadura del río Kumano-gawa, desde donde fluyen las aguas sagradas de las montañas de Kii, el Gran Santuario Kumano Hayatama Taisha es el más fácil de acceder de los grandes santuarios. Dentro del recinto hay un podocarpus, un árbol de aspecto sabio de más de 1.000 años que encarna una fuerte conexión espiritual entre la naturaleza de la región de Kumano y sus habitantes.
El santuario Kamikura-jinja
Ubicado a medio camino del Monte Kamikura y no muy lejos del Gran Santuario Kumano Hayatama Taisha, es uno de los sitios espirituales menos conocidos pero más importantes de Japón. Se cree que el santuario Kamikura-jinja, una humilde estructura de madera lacada en rojo que se encuentra bajo una roca sagrada (llamada gotobiki-iwa), es el lugar donde las deidades Kumano descendieron por primera vez a la tierra. Tendrás que subir unos escalones muy empinados para llegar, pero para ver el origen de los dioses, vale totalmente la pena.
Onsen Yunomine y onsen Kawayu
El mencionado Yunomine Onsen es un pequeño y pintoresco pueblo onsen que se cree que alberga las aguas termales más antiguas de Japón aún activas, donde también se pueden hervir huevos o verduras frescas en sus burbujeantes aguas. Kawayu Onsen, otra pequeña ciudad en la región de Kumano, tiene una gran cantidad de aguas termales naturales conectadas al afluente del río central. En invierno, no hay mejor manera de entrar en calor allí que con una remojada humeante.
Kawayu Onsen
Prefectura de Mie
La prefectura vecina de Wakayama es Mie, donde se encuentran algunos de los santuarios más antiguos e importantes del país (incluido Ise Jingu) y rocas naturales impresionantes.
Santuario Hana-no-Iwaya
El Santuario Hana-no-Iwaya es, según dicen, el santuario sintoísta más antiguo de Japón, probablemente con más de 2.000 años de antigüedad. La construcción real del santuario es muy básica: un simple adorno de metal dentro de una valla de madera. Sin embargo, éste se encuentra frente a una imponente roca de 45 metros de altura que simboliza a la madre de los dioses japoneses, Izanami-no-mikoto.
La formación rocosa de Oniga-jo
Con un nombre procedente de la palabra japonesa oni (un de demonio yokai mitológico), la formación rocosa de Oniga-jo cubre un tramo de casi 1 kilómetro y medio a lo largo del mar de Kumano-nada. Hay un sendero esculpido en la pared del acantilado donde puedes pasear entre las dentadas y quebradas rocas que se asemejan a estos demonios míticos.
Shishi-iwa
Esta roca llamada Shishi-iwa proviene de la palabra shishi. Estas son unas figuras de piedra en forma de león que protegen los templos y santuarios de los espíritus malignos. La roca Shishi-iwa se eleva sobre la playa Shichiri-mihama de la prefectura de Mie. Para mí, la roca se parecía más a un águila graznando, pero de cualquier manera, es innegablemente impresionante.
Hoteles recomendados en Kumano y Mie
Kawayu Onsen Midoriya (Kumano Kodo) – Kawayu Onsen Midoriya es un bonito ryokan (posada tradicional) junto al río en el área de Hongu con aguas termales al aire libre conectadas al río. Está incluida una elegante cena kaiseki (cocina de temporada de varios platos) y un desayuno buffet para la estancia de cada noche.
Iruka Onsen Seiryuso (Prefectura de Mie): este ryokan tranquilo, ubicado a orillas del río Kitayama, es una fusión de los estilos de diseño japonés y occidental. Se incluye una cena kaiseki y un desayuno japonés para la estadía de cada noche, mientras que el hermoso Yumoto Sanso Yunokuchi Onsen está a solo diez minutos en un viejo tranvía que antes usaban los mineros locales.
Acceso a Takijiri-Oji y la ruta Nakahechi
Takijiri-Oji es el lugar más sencillo para comenzar tu ruta del Kumano Kodo a lo largo del sendero Nakahechi. La estación Kii-Tanabe es la más cercana a Takijiri-Oji. Desde Osaka puedes tomar el tren Kuroshio Limited Express desde la estación Tennoji (天王寺 駅) hacia Shingu. Luego bájate en la estación Kii-Tanabe para tomar un autobús local de 40 minutos para llegar a Takijiri-Oji.
Patrocinado por Chubu District Transport Bureau, Wakayama Tourism Federation and Mie Prefecture
Traducido por Maria Peñascal