Patrocinado por la ciudad de Setouchi
Espadas samurái en una ciudad de la época Edo
Hace mil años, durante el periodo Edo, Bizen Osufane era la mayor escuela para la elaboración de espadas de todo Japón. Se trataba de una época en la que las ciudades tendían a formarse cerca de grandes fuentes de agua, puesto que el barco era el principal medio de transporte de mercancía en el país. Osafune no es ninguna excepción.
La más importante de las rutas del periodo Edo (1603-1868), que conectaba la isla de Kyushu con Kioto, pasaba por Osafune. Por ende, esta pequeña ciudad se convirtió un importante núcleo comercial y un gran fabricante de diversos productos. Los artesanos de Osafune entendían perfectamente cómo funcionaba el mercado, y no tenían ninguna dificultad a la hora de complacer las demandas de los consumidores.
Legado samurái en el Bizen Osafune Japanese Sword Museum
El Bizen Osafune Japanese Sword Museum es un centro único en el mundo que cuenta con una generosa colección de espadas samurái. El aspecto de estas espadas fue variando enormemente a lo largo de los siglos, por lo que cada periodo histórico tiene su propio estilo armamentístico. La elaboración de esta arma blanca japonesa es de lo más interesante. Su fabricación es tan compleja que se precisan alrededor de once artesanos para poder crear una sola espada.
El museo cuenta, como es normal, con su propia tienda de regalos, donde encontrarás espadas de imitación, puñales de papel y otros objetos por el estilo. Si las armas te vuelven loco, también podrás adquirir una verdadera espada samurái. Una katana omamori de imitación cuesta unos 20 000 yenes, pero también hay objetos más pequeños, tales como cuchillos japoneses y demás. Un wakizashi (sable de pequeño tamaño) se vende por 350 000 yenes. Recuerda que, si decides comprar una espada, deberás hacérselo saber a las autoridades japonesas. Y si quieres traértela contigo de vuelta a casa, deberás rellenar la documentación de aduanas correspondiente.
Horario de apertura del museo
El museo abre todos los días del año, excepto lunes y días posteriores a fiestas nacionales.
Cómo llegar al museo
Coge el tren bala (Shinkansen) hasta Okayama: desde Tokio son unas 3 horas de viaje/desde Osaka, unos 50 minutos. Después, pásate al tren local (JR Ako Line) hasta Osafune Station (15 minutos/410 yenes). Por último, deberás coger un taxi (7 minutos/unos 1200 yenes) o darte un paseo de unos 35 minutos para llegar al museo. Osafune Station cuenta con una oficina de alquiler de bicicletas (300 yenes al día) abierta de 7:00 a 18:00 (cierra los miércoles. Teléfono: 0869-26-4301).
Así se fabrica una espada samurái
Más tarde, se corta el acero en varios rectángulos, que se apilan uniformemente sobre la base hasta que se fusionan todos. El acero blando queda rodeado por el más duro, otorgándole una forma de ‘U’. A continuación, se vuelve a golpear hasta dejarlo completamente liso, y se vuelve a doblar varias veces. Entre doblez y doblez, se unta la hoja de la espada en barro. Esto se hace para protegerlo de la oxidación y la carburización.
¡Ahora es cuando viene el momento de darle forma a la espada! Para ello se introduce el acero de nuevo en el fuego, y se alarga el mismo a base de martillazos. Después se le otorga la singular forma de la espada samurái (llamada kiseki) utilizando un martillo más pequeño. Ya solo queda afilarlo y enfriarlo en agua, momento crucial en el que la hoja adquirirá el sori; la característica curvatura de la espada samurái. El último proceso es el del pulido, que se desarrolla en dos fases: un primer pulido muy básico y tosco, y otro más elaborado.
Las espadas samurái son sorprendentemente ligeras; ¡unos 800 gramos!
La fase del pulido y últimos toques
Una vez el herrero ha concluido su trabajo, la espada aún debe pasar por varias manos antes de poder ponerse a la venta. Empezamos afilando el filo de la espada, para después pasar al pulido, que consta de 14 pasos. Finalmente, un artesano especializado procederá al grabado de imágenes o caracteres kanji en el metal.
Las espadas japonesas tradicionales tienen muchos pequeños detalles que las convierten en verdaderas obras de arte. Por ejemplo, todas cuentan con un pequeño cuello llamado habaki que previene que la hoja toque la funda. Hay maestros artesanos que se especializan en la elaboración del habaki.
La funda se confecciona utilizando madera de magnolia como base. El artesano fabricará dos mitades que se juntarán con un pegamento creado a base de arroz. Se trata de un trabajo muy laborioso, puesto que la espada debe encajar en la vaina con total precisión. Una vez fabricada la funda, se decorará la misma con barniz proveniente de productos naturales (principalmente, diversos minerales).
Finalmente, un último artesano será el encargado de la elaboración de las empuñaduras, que se fabrican a partir de madera posteriormente cubierta con piel de raya marina (con la intención de aumentar el poder de sujeción de las mismas). A esta curiosa mezcla se le añade una cuerda de seda que lo fortalecerá aún más; el toque final.
Hay muchos más profesionales que juegan un papel fundamental en la elaboración de las espadas samurái. Estas espadas eran (y son) de una importancia vital tanto para los artesanos que la elaboraban como para los guerreros que las utilizaban. Más allá de la durabilidad que ofrecen, estos artilugios son de una belleza estética indiscutible.
:
Traducción de Virginia González
¿Te ha gustado? Échale un vistazo a este otro artículo sobre Setouchi: