Mientras que el florecimiento de los cerezos tiene mundialmente un gran renombre, el follaje otoñal es igual de impresionante. Los bosques de Japón están teñidos de naranja, amarillo y rojo desde finales del otoño hasta principios de invierno. Hay un abanico de colores expuesto en muchos de los destinos naturales: jardines tradicionales, templos y santuarios. La ciudad de Okayama no es una excepción. Hey un montón de lugares turísticos disponibles para los turistas y hacer una captura de todos aquellos escenarios otoñales.
Templo Sogenji, una destinación poco conocida para el follaje otoñal
Los jardines del castillo de Okayama Korakuen, uno de los “tres grandes jardines” japoneses, son quizás uno de los lugares más conocidos para ver las hojas otoñales en Okayama. Mientras estas atracciones van ganando reputación, también se llenan de visitantes en esta estación.
Si estás buscando un lugar más tranquilo para tener la experiencia estacional del follaje, te recomendamos visitar el templo Sogenji a las afueras de la ciudad de Okayama. A 20 minutos en autobús del centro de la ciudad, los jardines del templo tienen una explosión de colores en los árboles, incluyendo el famoso arce rojo japonés.
La entrada al templo nos la da una calle larga y rodeada por pinos. Después de cruzar las rejas de la entrada, te encontraras con una impresionante puerta de madera oscura «sanmon» y unos jardines muy cuidados mantenidos por los muchos monjes del monasterio budista.
Durante mi visita a mediados de noviembre, los lirios del estanque estaban caídos, pero al mirar las copas de los árboles,… ¡encontré en acción una vibrante paleta de otoño! Era un día tranquilo, así que tuve mucha suerte de ver los árboles con una luz de atardecer cálida. Incluso había momentos que el sol se asomaba por los troncos de los árboles, destacando la forma uniforme y los diversos colores de las hojas de arce.
Mientras continuaba explorando los terrenos, encontré una entrada a un área separada que alberga paisajes más naturales, así como un cementerio histórico. Hay una caja de madera al lado de la entrada que pide a los visitantes que contribuyan con 100 yenes antes de entrar a esta porción adicional del templo.
No hay una ruta designada en este jardín, por lo que aconsejo darte el tiempo que quieras para pasear por sus caminos sinuosos hasta la ladera detrás del templo. Uno de mis hallazgos más emocionantes durante este paseo por el ala oriental del templo fue una zona grande de árboles de bambú. Parecía que tuviesen muchos años, creando una cubierta verde que llegaba muy por encima de los terrenos del templo.
También bay una colección de troncos de árboles cortados, cada uno de un metro de largo, apoyándose uno encima el otro. A ojos de un inexperto puede parecer un simple almacén de madera, pero estos troncos se usan para que crezcan las reputadas setas shiitake japonesas. Se cultivan en los bajos de los árboles ricos de nutrientes antes de que sean cosechados.
Además de la fábrica artesanal de setas en este monasterio, descubrí otras perlas como una linterna de porcelana, que limitaba con el cementerio de uno de los nobles de la ciudad de Okayama.
Mi curiosidad sacó lo mejor de mí cuando descubrí otro pequeño sendero que parecía que me dirigía a un turón. Después de 15 minutos de escalada entre arbustos densos, llegué a una pagoda de madera. Cerca de la cima de la colina, se premió mi esfuerzo con una impresionante vista de los alrededores de la ciudad. Fui capaz de recuperar mi aliento mientras tomaba estas fotos.
Los monjes budistas zen internacionales de Sogenji
Aunque hay muchísimas perlas ocultas y el follaje precioso en Sogenji, el templo es conocido por sus monjes. Este monasterio activo, invitan tanto a hombres como mujeres de todo el mundo a estudiar las practicas de su particular escuela de budismo zen. El sacerdote principal del templo llevó sus prácticas al extranjero, haciendo que se generase un flujo de extranjeros en el Sogenji.
Es un tanto peculiar, pero durante tu estancia en los alrededores del templo, seguramente te vas a encontrar monjes americanos o europeos con las cabezas rapadas, vistiendo el traje tradicional de los monjes budistas. Estos han dejado sus países de origen y sus bienes materiales del mundo moderno para practicar el budismo zen. La mayoría de ellos son amigables con los visitantes e incluso pueden iniciar una conversación si no están ocupados con sus tareas de mantenimiento del templo o meditando.
Sea visitando el templo para la experiencia de las hojas de otoño o para ver de primera mano la fascinación de los monjes internacionales, el templo Sogenji merece una visita durante tu estancia en la ciudad de Okayama. Se puede llegar a parada de bus de Sogenji via la estación de Tenmaya en el centro de Okayama o a la estación de Saidaiji. La entrada al templo, con la calle larga rodeada por pinos, está en la esquina de la parada de autobús. Para saber más de la ciudad y sus atracciones visita la Okayama City Travel Guide.
Nombre | Templo Sogenji |
Categoría | Templo |
Dirección | 1069 Maruyama, Naka-ku, Okayama, Okayama |
Horas de apertura | 8:00- 17:00 |
Precio | Gratuito |
Traducido por Maria Peñascal
Escrito por Andrew Deck
Artículo patrocinado por la ciudad de Okayama