Hayatama es, junto con Seigento-ji y Hongu Taisha, uno de los tres grandes santuarios de Kumano, y uno de los principales atractivos de la prefectura de Wakayama.
Hayatama: el santuario más visitado de Kumano
Hayatama se encuentra en la ciudad de Shingu, a unos 15 minutos a pie de la estación de tren, en la desembocadura del río Kumano. Es el santuario de más fácil acceso de toda la región de Kumano, puesto que Shingu está muy bien conectado con Osaka y con otras importantes ciudades de Wayakama.
El santuario es un ejemplo claro de la veneración que existe en Japón por la naturaleza. Hayatama fue construido en honor a Gotobiki-iwa, una curiosa roca en lo alto de una montaña localizada a escasos metros detrás del santuario. De hecho, originariamente solo existía un templo en Shingu, el de Kamikura (en lo alto del monte, del que hablaremos a continuación). Varios siglos después se decidió erigir este nuevo edificio en una zona más accesible, y la población comenzó a asentarse a su alrededor. Fue así como se fundó la ciudad de Shingu. A día de hoy, Hayatama es el santuario más visitado de todo Kumano.
El salón principal del santuario custodia una docena de tesoros de gran valor histórico y cultural, incluidas numerosas ofrendas que los peregrinos han ido dejando a lo largo de los siglos. Destaca, también, un árbol sagrado de más de ocho siglos de antigüedad que se encuentra dentro del recinto; Nagi-no-Ki.
Para ser sinceros, el exterior del templo no impresiona tanto como el de otros monumentos cercanos (Seiganto-ji principalmente, con su imponente pagoda frente a la cascada Nachi), pero, al ser un edificio de una importancia mitológica vital en todo Japón, una visita a la península de Kii no podría estar completa sin pasarse por aquí. El santuario cuenta con su propia tienda de regalos, donde podrás adquirir toda clase de amuletos de la buena suerte, tablas ema con diversas ilustraciones para pedir deseos y demás.
Kamikura: en honor a la roca sagrada
Aún más interesante que Hayatama (al menos para los aficionados al senderismo y la naturaleza) es Kamikura. Este diminuto y singular edificio, localizado en lo alto del monte Gongen, fue construido específicamente para venerar a la roca anteriormente mencionada que, se cree, fue creada por los dioses. El acceso a Kamikura no es tan sencillo; para llegar hasta el monumento es necesario escalar un tramo de casi 600 escalones de piedra muy empinados y desiguales. Además del esfuerzo físico que se requiere para llegar arriba, hay que andarse con ojo al pisar, porque muchas de las rocas están rotas, sueltas o resbalan.
En la base de la montaña hay un recipiente con palos de madera que se pueden utilizar libremente para que el ascenso nos resulte más llevadero. Es importante dejar los palos en el mismo sitio una vez concluido el recorrido para que el resto de turistas venideros puedan disfrutar de los mismos. En mi viaje, en pleno mes de julio, me crucé con varias personas, la mayoría de avanzada edad, que parecían no tener problema alguno en recorrer la ruta a pesar de las altísimas temperaturas. Según me contaron ellos mismos, todos vecinos de la localidad, tienen como costumbre caminar por aquí a diario, haga el tiempo que haga. Incluso a veces reparten fotografías del santuario a los turistas como recuerdo del lugar. Yo fui una de las afortunadas que pudo llevarse una instantánea a casa.
En total, si no te detienes mucho a hacer fotos, se tarda una media hora en llegar al santuario. El edificio, que da la sensación de estar flotando, está construido al lado de la enorme roca milenaria (que, por momentos, parece que se vaya a desprender y rodar ladera abajo). Desde el exterior se aprecian unas vistas espectaculares de Shingu y del Océano Pacífico. Merece la pena completar el recorrido, después de todo.
La bajada es bastante más soportable, pero también más peligrosa y aparatosa. En días lluviosos conviene evitar la ruta para no correr riesgos innecesarios. Tanto Hayatama como Kamikura se pueden visitar en el mismo día. En total, no se necesitan más de tres horas para ver ambos monumentos, por lo que es una actividad perfecta para una mañana de turismo en Wakayama.
Hayatama y Kamikura están abiertos al público de manera gratuita y, debido a su óptima localización en plena ciudad, son los dos mejores monumentos para los que quieran descubrir los grandes santuarios de Wakayama sin adentrarse demasiado en la naturaleza salvaje de Kumano.
[cft format=0]