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Un inesperado viaje por Morioka

Comida y bebida Festivales Flores de cerezo Iwate Jardines y Parques

“¿Por qué Morioka?” Esa fue la pregunta que más escuché durante mi viaje por Tohoku, al norte de la isla de Honshu. A los lugareños les sorprendía que hubiera elegido Morioka como base para explorar esta región poco turística de Japón. La elección fue un tanto casual, pero no pudo haber sido más acertada.

Sin saberlo, había llegado a una ciudad que el New York Times incluyó entre los “52 destinos para visitar en 2023”, destacando su hospitalidad, su gastronomía local, su historia y lo fácil que es recorrerla a pie. Y tras mi visita, todas estas palabras cobraron sentido.

Las vistas del Monte Iwate desde el río Kitakami en Morioka

A tan solo dos horas en Shinkansen desde Tokio, Morioka ofrece una atmósfera tranquila con cierto aire nostálgico de la era Taisho. Sin multitudes ni pretensiones, esta ciudad de 290.000 habitantes, ubicada en el corazón de la prefectura de Iwate, representa a la perfección el encanto sencillo de la vida local en Japón.

Yo estuve un día y medio en Morioka, pero tan solo con pasear por la orilla del río Kitakami, con el imponente Monte Iwate al fondo (nada que envidiar al Monte Fuji), entenderás su esencia. En este artículo, quiero compartir algunos de sus lugares más conocidos, junto a recomendaciones personales, por si te animas a salir fuera de lo común y descubrir este rincón especial de Tohoku.

Sakurayama: el espíritu Showa de Morioka

Junto a las ruinas del antiguo castillo de Morioka se encuentra Sakurayama, una pintoresca zona de callejones estrechos nacida tras la Segunda Guerra Mundial. Este laberinto de pequeñas calles está lleno de izakayas, bares y cafeterías con sabor retro. Los tres toriis que cruzan esta animada área te dirigen frente al santuario Sakurayama 櫻山神社.

La zona de sakurayama, con varios locales y toriis

Este santuario fue fundado en 1749 y está dedicado a la deidad protectora del antiguo dominio Nanbu. Flanqueado por cerezos llorones, tiene un curioso secreto: sobre una colina detrás del recinto se alza una enorme roca sagrada, que según la tradición protege tanto al santuario como a la ciudad de Morioka.

  • Sakurayama Shrine


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  • Japan, 〒020-0023 Iwate, Morioka, Uchimaru, 1−42 桜山神社
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A pocos pasos, hay un monumento que no pasa desapercibido: el antiguo Bank of Iwate Red Brick Building (Edificio de ladrillo rojo del Banco de Iwate) 岩手銀行赤レンガ館, construído al estilo occidental durante la era Meiji. Su diseño te recordará a la Estación de Tokio, y no es coincidencia: ambos fueron obra del arquitecto Tatsuno Kingo.

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Un paseo junto al río Kitakami

Tras un intento fallido de compras de segunda mano, volvimos al centro caminando junto al río Kitakami. Los cerezos estaban en plena floración y el Monte Iwate se recortaba imponente en el horizonte, creando una escena de postal. Sin embargo, también llamaba la atención varias casas abandonadas, una imagen cada vez más común en las zonas rurales de Japón.

Iwate no es ajena al problema de la despoblación, pero se están poniendo en marcha iniciativas para atraer a las nuevas generaciones de vuelta a la región. Ojalá que en mi próxima visita, estas viviendas estén llenas de vida nuevamente.

  • Yugaose Bridge


    route
  • Yugaose Bridge, Morioka, Iwate, Japan
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Sakura pasado por agua en Morioka

El segundo día estaba reservado para disfrutar de la floración del sakura en su máximo esplendor, pero una persistente lluvia nos acompañó toda la mañana. Con paraguas en mano, comenzamos nuestro recorrido para seguir descubriendo la belleza y la historia de Morioka.

El templo Ryukokuji con su especial cerezo

Primero visitamos el templo Ryukokuji 竜谷寺, hogar del moriokashidare モリオカシダレ, una variedad local de cerezo llorón única en el país, declarada Monumento Natural Nacional. A solo diez minutos, se encuentra el enigmático Santuario Mitsuishi 三ツ石神社, famoso por tres enormes rocas de granito donde, según la leyenda, quedaron marcadas las huellas de un demonio. De ahí provendría el nombre de la prefectura: iwa 岩 (roca) y te 手 (mano). Aunque no encontré las huellas, el misterio sigue siendo parte de su encanto.

  • Ryukokuji Temple


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  • 7-2 Nasukawachō, Morioka, Iwate 020-0016, Japan
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  • Mitsuishi Shrine


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  • 2-160 Nasukawachō, Morioka, Iwate 020-0016, Japan
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El cerezo ishiwarizakura que crece de una roca

La siguiente parada fue el ishiwarizakura 石割桜, un cerezo de más de 400 años que crece literalmente desde una grieta en una roca. Con sus 11 metros de altura, también está reconocido como Monumento Natural Nacional. Como ya ves, en Iwate todo parece girar en torno a las piedras… ¡Incluso el Pokémon de sus alcantarillas especiales es Geodude!

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Cerramos la jornada de búsqueda del sakura en el parque de las ruinas del castillo de Morioka, el lugar por excelencia para hacer hanami. Aunque la intensa lluvia ahuyentó a los locales que querían hacer su pícnic, los más de 200 cerezos en flor ofrecieron un espectáculo inolvidable. No te pierdas tampoco el jardín Tsurugaike justo a uno de los lados del parque. En esas fechas estaba increíblemente bello, pero parece ser que en otoño es espectacular.

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Despedida por la zona de Konyacho

Como punto y final, paseamos por la encantadora zona de Konyacho, junto al río Nakatsu. Con un aire retro, encontramos tiendas tradicionales y cafés acogedores como Gozaku Moriku Shoten, especializada en productos del hogar, la nostálgica cafetería Fukakusa, y Konyacho Banya, una antigua estación de bomberos convertida en tienda. Un cierre perfecto para una visita breve, pero intensa por Morioka.

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  • Fukakusa


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  • 1-2 Konyachō, Morioka, Iwate 020-0885, Japan
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La zona de Konyacho al lado del río Nakatsu

Probando dos de los tres fideos famosos de Morioka 

Morioka es conocida por sus tres tipos de fideos (Morioka san dai men 盛岡三大麺), una especialidad local difícil de encontrar fuera de Iwate. Como amante de la gastronomía, no podía dejar pasar la oportunidad de probarlos. Durante mi viaje me quedé con dos de los tres, dejando el wanko soba わんこそば para otra ocasión.

Jajamen: mi favorito

Este plato llegó a Morioka de la mano de Takashina Kanshou, un japonés que visitó China antes de la Segunda Guerra Mundial y adaptó el zhajiangmian a los gustos locales. Así nació el jajamen 盛岡じゃじゃ麺, con una espesa salsa de miso, carne, setas y jengibre sobre fideos tipo udon. Aunque su aspecto, una mezcla oscura con pepino y, a veces, chashu (la típica carne de cerdo que lleva el ramen) puede sorprender, créeme: el sabor es riquísimo.

Pero la degustación del jajamen no termina aquí. Una de sus curiosidades es que, al terminar el plato, puedes evolucionarlo, como si de un Pokémon fuera, en una sopa llamada chitantan チータンタン: simplemente tendrás que añadir un huevo crudo y agua caliente para convertirlo en una sopa caliente. 

Aunque el lugar más famoso para probarlo es Pairon, yo preferí evitar su cola y lo probé en Kozukata Jajamen 不来方じゃじゃめん, un local subterráneo atendido por gente muy amable. Allí, entre explicaciones sobre el plato y conversaciones relajadas entre clientes y personal, noté una vez más la tranquilidad que caracteriza a Morioka frente al bullicio de Tokio.

  • Pairon Main Store


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  • 5-15 Uchimaru, Morioka, Iwate 020-0023, Japan
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  • Kozukata Jajamen


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  • Japan, 〒020-0022 Iwate, Morioka, Ōdōri, 3-chōme−1−23 クリエイトビル B1F
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Reimen: fideos fríos con sabor coreano

Para el almuerzo del segundo día, tocaba probar otro clásico: el reimen 盛岡冷麺, unos fideos fríos, elásticos y algo chiclosos, acompañados de carne, huevo, pepino y kimchi. Esta receta tiene raíces coreanas y fue introducida en la ciudad por Yang Yongcheol. Lo curioso es que estos fideos suelen servirse en restaurantes de yakiniku, como acompañamiento para la carne a la parrilla.

Yo lo probé en Reimen Shokudoen 元祖 平壌冷麺 食道園, un restaurante tradicional donde, aunque hubo algo de espera, valió la pena. El reimen estaba delicioso, con distintos niveles de picante, y la carne fue un auténtico manjar.

  • Shokudoen


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  • 1-chōme-8-2 Ōdōri, Morioka, Iwate 020-0022, Japan
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Cómo llegar a Morioka

Llegar a Morioka desde Tokio es muy sencillo. Solo necesitas tomar el Shinkansen Tohoku o Akita, y en unas dos horas llegarás a la estación central de la ciudad. Desde allí, puedes explorar los principales puntos de interés a pie o utilizando los autobuses locales.

Si estás planeando un viaje más amplio por la región de Tohoku, te recomiendo adquirir el JR East Tohoku Area Pass. Por 30.000 yenes, tendrás acceso ilimitado durante cinco días a trenes locales y trenes bala de la compañía JR en prefecturas como Iwate, Fukushima, Yamagata, Akita y Aomori. Es una opción ideal para descubrir esta zona menos explorada de Japón.

Me quedaron muchos lugares por descubrir: museos, acogedoras cafeterías kissaten, o el animado mercado matutino de Mikoda. Pero en una ciudad como Morioka, dejar cosas pendientes no es un problema: siempre es una buena excusa para volver.

Sin embargo, te voy a confesar una cosa. Lo mejor de Morioka no son solo sus paisajes o su gastronomía, sino su gente: curiosa, amable y siempre dispuesta a compartir su ciudad con quienes llegan desde lejos. En una región como Tohoku, donde el turismo internacional aún es escaso, estas interacciones hicieron que, sin duda, esta aventura fuera verdaderamente especial.