“¿Tenneiji? Pero si está apenas a 15 minutos a pie, ¡ve andando!”.
Y así de ancho se me queda el taxista a la salida de la estación de Onomichi. Ya sabía a qué distancia estaba, pero no tenía ganas de discutir y explicar que solo quería escabullirme del inclemente sol de mediodía de agosto ni que fuera por unos minutos. En el fondo, me ha hecho gracia el desparpajo de la interacción. Se compara a menudo el carácter desenfadado de Osaka con la rigidez de Tokio, pero se repara más bien poco en el hecho de que las diferencias se acentúan todavía más conforme vas tirando millas hacia el oeste. Y es así como he acabado riéndome sola de la autenticidad del taxista que me acaba de convencer de que no valía la pena subirme para tan poca distancia. Y porque seguramente prefiere seguir esperando a otra carrera más larga y lucrativa, para qué nos vamos a engañar.
Ya que me toca andar, opto por refugiarme en la estación unos minutos más para buscar algo de beber antes de seguir. Y allí estaba una maravillosa tienda de zumos y frutos cítricos llamada Citrus Stand Orange, donde puedes elegir sabores en función de la acidez o dulzura de tu preferencia.
Citrus Stand Orange
food- Japan, 〒722-0036 Hiroshima, Onomichi, Higashigoshocho, 1−1 JR尾道駅ビル 1F
- ★★★★☆
No en balde, los cítricos regionales son un poderoso reclamo gastronómico. Cada dos por tres me encuentro en Tokio zumos o postres que destacan por estar hechos con limones de Setouchi, pero hay todo un mundo de cítricos más allá de los limones, y no solo en esta región; ya hablé de mi feliz descubrimiento con la shikuwasa en Okinawa. La enorme variedad de cítricos que tiene Japón es una de las cosas de las que no voy a cansarme en la vida, y en un día así de caluroso, un toque de acidez refrescante era justo lo que necesitaba para seguir con la agenda del día.
El encanto atemporal de un shotengai japonés
De nuevo en la calle, agradezco contar con la sombra del shotengai o galería comercial cubierta de Onomichi Hondori, ese corredor vecinal donde el tiempo va a otro ritmo entre tiendas locales de toda la vida, pequeños restaurantes y saludos que cruzan de lado a lado.
Numerosos establecimientos recuerdan a los visitantes que Onomichi cuenta con su propio ramen, variante que vale la pena probar. Ese pulso cotidiano no aparece de la nada: Onomichi creció como puerto encajado entre el canal y las laderas, y esa mezcla de mar y pendiente todavía dicta cómo se camina y cómo se mira. Los templos en altura funcionan como peldaños de barrio: una trama de escaleras y descansos que ordena la ciudad.
Calle comercial Onomichi Hondori
tourist attraction- 2 Chome-10-3 Tsuchido, Onomichi, Hiroshima 722-0035, Japan
- ★★★★☆
Onomichi en contexto
La ciudad de Onomichi creció pegada al canal del Mar Interior de Seto, un puerto de escala donde durante siglos circularon mercancías y oficios entre islas y tierra firme. Ese eje marítimo sigue ordenando la vida cotidiana: el corredor cubierto de comercios abajo, los barrios encaramados en la ladera arriba, y entre ambos una red de escaleras y callejones que hace que todo se recorra a pie y a otro ritmo. La ciudad se entiende así, mirando cómo el mar y la pendiente se responden.
Esa pendiente está punteada por una ruta histórica de templos que conecta 25 recintos en unos pocos kilómetros y explica por qué la subida se hace en peldaños, con pausas y miradores naturales. A esta geografía se le suma una tradición cultural potente: Onomichi es también considerada “ciudad de cine”, como escenario y hogar del director Nobuhiko Obayashi, pionero del cine experimental japonés, quien retrató su ciudad natal en títulos clave que fijaron su silueta de tejados y cuestas en el imaginario japonés. También es un pequeño referente para fans de Yasujiro Ozu, ya que esta pequeña y encantadora ciudad es uno de los escenarios de su célebre Tokyo monogatari.
Templos en las laderas y en las alturas de la ciudad de Onomichi
Dejo atrás el shotengai y enfilo cuesta arriba al cabo de un rato. Finalmente llego a la entrada de Tenneiji, un templo de la escuela Soto del Budismo Zen con más de 650 años desde su fundación. Su pagoda destaca a lo lejos, pero lo más sorprendente del recinto son sus más de 500 estatuas de arhats, cada uno hecho con su propia expresión.
La ciudad, vista desde aquí, se ordena por terrazas; el puerto queda en un plano bajo y el trazo de las escaleras explica mejor que cualquier mapa cómo se han cosido estos barrios. Pero nada como ir cambiando el plano poco a poco desde el teleférico de Senkoji, justo al lado del templo, que funciona como una bisagra entre el barrio alto y la línea del cielo.
En pocos minutos los tejados se convierten en mosaico, los barcos parecen alfileres y la ladera muestra sus recovecos como si de una maqueta se tratara.
Tennei Temple
tourist attraction- 17-29 Higashitsuchidocho, Onomichi, Hiroshima 722-0033, Japan
- ★★★★☆
El valor de lo intangible
En la cima, llego a Senkoji, fundado en 806 por Kobo Daishi y hoy integrado en el parque del mismo nombre. El color bermellón de su pabellón principal y su campanario destacan sobre el frondoso verde de la ladera y el azul del mar y el firmamento. Como nota curiosa, el sonido de la campana está oficialmente designado entre los 100 paisajes sonoros de Japón.
Templo Senkou
tourist attraction- 15-1 Higashitsuchidocho, Onomichi, Hiroshima 722-0033, Japan
- ★★★★☆
A unos pasos, el mirador Senkoji (Senkoji Peak Observatory), renovado y reabierto en marzo de 2022, convierte la escena en mapa: el canal de Onomichi como eje, los barrios trepando por terrazas y, al fondo, las islas del Shimanami Kaido y los perfiles montañosos que se pierden en el horizonte. El diseño del mirador es deliberadamente mínimo para preservar las vistas del cercano templo.
Observatorio Senkoji
tourist attraction- 20-2 Higashitsuchidocho, Onomichi, Hiroshima 722-0033, Japan
- ★★★★☆
Descenso entre felinos
Entre muros encalados y pasamanos que guardan el calor del día aparece Miharashi-tei, una casa histórica rehabilitada que actualmente funciona como café y casa de huéspedes. Entro para una pausa y tomar algo, y desde sus ventanales sigo disfrutando del paisaje: cómo la ciudad se desdobla en capas hasta el mar, y al fondo un verde que cierra el plano. Los interiores de madera son cálidos y mantienen el balance entre diseño ecléctico y estilo tradicional.
Guesthouse Hostel Miharashi-tei
cafe- 15-7 Higashitsuchidocho, Onomichi, Hiroshima 722-0033, Japan
- ★★★★☆
Sigo el descenso por una calle estrecha en la que empiezan a aparecer gatos cada pocos metros, y caigo en que ya he venido a parar a Neko no Hosomichi o el callejón de los gatos. Es un tramo breve pero encantador, aunque los pobres mininos también acusan los efectos del calor, aletargados y aplastados bajo el mismo sol que llevamos aguantando todo el día. Ya falta menos para el atardecer.
Calle de los gatos
tourist attraction- 19-26 Higashitsuchidocho, Onomichi, Hiroshima 722-0033, Japan
- ★★★☆☆
Introspección gastronómica a luz de velas
Mi última parada del día es en LOG, uno de los espacios más interesantes de los alrededores. Las apariencias engañan: un antiguo bloque de apartamentos que no parece nada del otro mundo desde lejos, revela un hotel tras una reciente renovación, que mantiene las estructuras originales, vistiéndolas de un refinamiento sencillo y cálido. Me hubiera gustado quedarme, pero sólo vengo a cenar.
La ambientación del restaurante se siente como un agradable susurro: iluminación tenue, madera cálida, líneas limpias, una calma que recoge todo lo andado. La cocina propone sabores del Seto con un toque creativo, y el silencio se mantiene aún estando el resto de las mesas ocupadas. Ninguno de los presentes queremos romper la magia. No podría haber pedido una mejor forma de terminar mi día.
Log
cafe- 11-12 Higashitsuchidocho, Onomichi, Hiroshima 722-0033, Japan
- ★★★★☆
Cómo llegar a Onomichi
Desde Hiroshima, hay dos opciones posibles en función de la conveniencia de horarios de tren:
- Vía Mihara: toma la JR Sanyo Shinkansen desde Hiroshima hasta Mihara (unos 25–35 min) para luego hacer transbordo a la JR Sanyo Main Line hasta Onomichi (unos 20–25 min).
- Vía Shin-Onomichi: toma la JR Sanyo Shinkansen hasta Shin-Onomichi (paran sobre todo Kodama; algunas franjas con Hikari), y desde ahí es posible tomar un bus urbano o taxi hasta el centro de Onomichi.
En caso de venir directamente desde Osaka o Kioto:
- Vía Fukuyama: toma la JR Sanyo Shinkansen desde Shin-Osaka/Kyoto hasta Fukuyama (en torno a 1 h – 1 h 30 min según servicio) y transbordo a la JR Sanyō Main Line hasta Onomichi (≈20–30 min). Es la ruta más directa al centro de Onomichi.
Onomichi vuela bajo el radar de la mayoría de guías de la prefectura de Hiroshima. El visitante promedio solo se detiene en la ciudad de Hiroshima y quizá Miyajima, como mucho. Pero vale la pena dedicar ni que sea una tarde a esta tranquila y encantadora ciudad, cuyos lugares más destacados se pueden recorrer fácilmente a pie en unas pocas horas. Es una estupenda oportunidad para descubrir un Japón auténtico, alejado de las muchedumbres habituales.
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