El tren “one man car” es una atracción en sí misma. Estilo retro, como una locomotora de color amarillo o rojo, es la mejor opción -aunque no la más veloz- para acercarse hasta Yufuin, ya sintiendo algo especial.
Paraíso oculto en Oita
El trayecto desde Oita tarda unos 50 minutos y el tren para en todas las estaciones. Pero el paisaje es tan pintoresco que le aseguro que le dará la sensación de que el viaje duró solamente unos pocos minutos.
La estación de Yufuin es tan retro y tan bonita como el tren mismo, y con ese ambiente de bienvenida. Cuando uno sale a la calle principal se siente regocijado al observar como el monte Yufu se eleva más de 1500 metros al final de la carretera.
Yufuin: ciudad de onsen
Yufuin es una ciudad repleta de onsen, pero, a diferencia de la otra gran ciudad de aguas termales (Beppu), Yufuin está rodeada de montañas con un aire mucho más fresco, debido a que está ubicada en una cuenca. Esto hace, a su vez, que el clima sea un poco más inestable. Aunque también las colinas con nubes a su alrededor le dan un toque místico, por decirlo de algún modo.
Qué ver y qué hacer en Yufuin
Por las calles principales se podrá observar a los hombres (¡y mujeres!) cargando esas famosas carretillas que transportan pasajeros denominadas rickshaw, término cuyo origen proviene justamente del japonés 人力車 (jinrikisha) y significa “vehículo a fuerza humana”. Estos les ofrecerán un paseo, pero, en realidad, las calles son perfectas para caminar todo al día. Por eso mismo se recomienda llevar buen calzado.
La avenida principal (Yufumidori) está repleta de tiendas de todos los gustos, aunque -como ocurre en cada pequeño pueblo de Japón-, los negocios cierran muy temprano (a las 17 o 18 horas), y abren bastante tarde (a las 9 o 10 horas).
Pasando la calle principal y, cuando parece que ya se acaba todo, en realidad ahí es cuando comienza la parte más bella de Yufuin. Vaya para el lado de la montaña y, al bifurcarse la calle, gire hacia su derecha, y va a sentir que entra en otro ambiente. Pequeñas construcciones de madera con tiendas originales que se entremezclan con el verde del bosque y el sonido de los arroyos. Algo así como un pequeño pueblo medieval europeo al estilo japonés.
Siguiendo por esta calle (Takemotodori) encontrará la “Floral Village”; esta es especial para niños y niñas. Luego verá algunas cafeterías donde puede sentarse y descansar (¡siempre y cuando no sean ya las 18:00!). Pero, aunque sienta cansancio, no deje de avanzar hasta llegar a la Kinrinkodori para doblar a su derecha en esta calle.
La recompensa valdrá la pena: un lago hermoso con peces carpa que será, quizás, el momento de paz más grande de su día.
A no ser que, al igual que yo, usted también se hospede en un ryokan con aguas termales propias.
El ryokan es un alojamiento tradicional japonés que, generalmente, tiene suelos de tatami, onsen, y comida típica japonesa. En la mayoría de los casos, los onsen están divididos para hombres y mujeres, pero si uno busca, puede encontrar lugares donde las aguas termales son privadas y permiten disfrutar en soledad o con la familia un momento de relajación único.
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