Kanji (漢字). Esa bestia negra de los estudiantes de japonés, de ciertos alegres diseñadores de camisetas y tatuadores víctimas de clientes que no dominan el idioma. La fascinación estética por los ideogramas de origen chino está en el origen de un sinfín de historias de malentendidos, dramas de estudio e incontables debates a la hora de definir las mejores técnicas de aprendizaje. Hoy en día más de uno se pregunta por qué se siguen usando en lugar de optar por escritura fonética como el alfabeto romano. La respuesta obedece a diversos factores culturales e históricos.
¿Son lo mismo los kanji que los caracteres chinos?
Sí y no. El idioma japonés no se parece en nada al chino en cuanto al habla. Pero su escritura emplea los kanji que se crearon en China ya que originalmente en Japón no había lenguaje escrito. Esencialmente, son los mismos caracteres pero con matices. Desde su introducción en Japón, ambos países llevaron a cabo reformas y simplificaciones por separado y por distintos motivos. Como resultado, hay divergencias en el significado o la escritura de algunos caracteres. También hay casos en los que hay kanji de uso común en Japón que en China están en desuso ya que en este último caso, la reforma fue más profunda.
Por lo tanto, si bien es cierto que el nivel de inteligibilidad entre ambos idiomas sigue siendo elevado en cuanto a lectura, esto sólo significa que chinos y japoneses pueden entender a grandes rasgos el sentido de un texto, pero no de forma exacta.
¿Es realmente tan difícil el kanji?
A continuación, explicaremos algunos de los conceptos erróneos más habituales:
Hay demasiados
Para quienes empiezan a estudiar, pensar en que existen miles de kanji puede ser abrumador. Realmente, los 500 kanjis más frecuentes ya cubren el 80% de los caracteres que aparecen en uno de los principales periódicos japoneses. Cuidado, esto no equivale a decir que basta con aprender 500 “palabras” para manejar con solvencia el idioma. Buena parte del vocabulario japonés consiste de combinaciones de dos o más kanji cuyo significado no necesariamente es obvio a partir del significado individual de cada kanji. Pero es un dato a tomar en cuenta para desmitificar un poco el asunto. Como referencia, la lista oficial de kanji de uso cotidiano cuenta con 2136 caracteres en su última actualización de 2010.
Aumentan la dificultad para leer
Al contrario. Leer en kanji es más rápido. El elevado número de homónimos existentes en japonés, hace que en realidad una escritura puramente fonética (hiragana/katakana/alfabeto) dificulte la comprensión de un texto. En cambio, el componente visual de un ideograma hace que su reconocimiento sea inmediato.
El significado de un kanji desconocido puede deducirse fácilmente si se conocen sus componentes
Esto es una pequeña trampa en la que pueden caer algunos. A veces puede funcionar pero no siempre el significado es obvio. Por ejemplo, el kanji 力 (fuerza) aparece a menudo en conceptos relacionados con acción o esfuerzo físico: ayudar, 助 (目 ojo + 力); moverse, 動 (重 peso +力) o efecto/resultado 効 (交 mezcla + 力). El concepto individual puede ayudar a su memorización posterior pero a priori, el significado no tiene que ser intuitivamente evidente.
Escribir repetidamente es la única forma de aprender
Aunque la efectividad de escribir una y otra vez está comprobada, eso no significa que no haya otras estrategias de aprendizaje. Muchas escuelas tradicionales son responsables de mantener esta idea, en parte porque es un concepto relativamente fácil de seguir y porque es el método que normalmente siguen los niños japoneses en la escuela. Pero por lo general, los estudiantes de japonés suelen ser adultos que pueden beneficiarse de la combinación de diversas técnicas como el análisis morfológico, lectura en contexto o el uso de mnemónicos. La tecnología hoy en día también proporciona múltiples medios adicionales para el estudio del idioma.
Cuando los kanji estuvieron a punto de ser erradicados
Por sorprendente que parezca, en realidad el kanji estuvo muy cerca de ser eliminado de forma similar que en Corea del Sur o Vietnam. Desde la Era Meiji, no eran pocas las voces de intelectuales reformistas que insistían en que el uso del kanji no era favorecedor para la modernización del país o la integración con Occidente. Uno de los principales problemas tenía que ver con la dificultad para aprovechar con eficiencia la tecnología de la imprenta. Los telegramas y el código morse eran igual de problemáticos por la cantidad de homónimos en el idioma. Por este motivo, tras el final de la II Guerra Mundial, el gobierno de ocupación planificó una serie de medidas dirigidas a la reforma del idioma, pasando por la eliminación de los caracteres japoneses y la implementación del alfabeto romano.
Existía la creencia de que el kanji era un problema educativo y se llevó a cabo una encuesta a lo largo del país para comprobar los niveles de alfabetización de la población. Contra todo pronóstico, los resultados no dejaron lugar a dudas: el 98% de los encuestados estaba alfabetizado. Podemos establecer este momento clave en la historia para responder por qué el kanji se sigue usando hoy en día.
¿Desaparecerá el kanji algún día?
Es muy poco probable. En las últimas décadas, la tecnología actual ha sido la mayor aliada del uso de los kanji. Los problemas técnicos relacionados con el uso del kanji desaparecieron con la llegada de los procesadores de texto modernos. Incluso algunos kanji menos habituales han pasado a engrosar la lista de kanji de uso común gracias a esto. En esta línea, el uso habitual de mensajería instantánea ha reforzado la misma tendencia, pero cobrándose el peaje de que a muchos japoneses les cuesta ahora escribir a mano los kanji más complejos por la falta de costumbre. En cualquier caso, las esperanzas de los estudiantes más rezagados están muy lejos de cumplirse. El uso del kanji goza de muy buena salud en la actualidad y no hay riesgo a la vista de lo contrario.