Japón tiene muchísimos animales en su fauna, muchos de ellos oriundos del archipiélago japonés. Otros incluso se han convertido en una atracción turística tales como la Isla Conejo en Okunoshima, o la Villa de los Zorros en Miyagi. Pero tal vez es la visión de los ciervos pastando libremente en Nara la que deja la impresión más profunda.