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Tengo una confesión que hacer. Hace muchos años, después de visitar el Palacio de Versalles por primera vez con un amigo, nos tocaba buscar un sitio adecuado para comer. Ya se nos había pasado el horario habitual francés para almorzar, así que una brasserie o bistró tradicional ya se nos quedaba fuera de las opciones. Pero nada más salir del recinto palaciego, nos encontramos con que al lado había uno de esos locales engalanados con la consabida M gigante amarilla. Uno de esos lugares que representaba lo último que nos interesaba durante nuestros viajes. Al fin y al cabo, ¿qué sentido tiene viajar para luego meterse en una cadena global de comida rápida en lugar de explorar y experimentar la cocina local? ¿Para qué ibas a renunciar a lo novedoso en favor de una fotocopia barata de lo que ya tienes al lado de casa?

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Sin embargo, curiosamente por un instante la idea empezó a parecernos un poco más aceptable. Lo mismo estábamos racionalizando los efectos del cansancio, pero acabábamos de pasar la mayor parte del día paseando por lo que podría considerarse el cenit histórico de la opulencia y la decadencia en Francia y, de alguna manera, acabamos encontrando extrañamente adecuado terminar comiendo en lo que para nosotros también podía ser considerado como el súmmum de la decadencia y a la vez, un contrapunto lleno de anti-postureo.

Así que, por una vez, decidimos transgredir una de nuestras reglas de oro y disfrutar al máximo de la chatarra culinaria entre las risas de quien está cometiendo una pequeña travesura. Lo último que hubiera imaginado en aquel momento es que años después estaría contando esta pequeña anécdota para animarte a ti, estimado lector, a cometer esta misma fechoría en Japón. ¡Espera, espera! ¡No me cierres la pestaña! Déjame que me explique, que estoy hablando en serio. Verás, resulta que Japón es el único país de todos los que he pisado hasta ahora, que no son pocos, donde me atrevo a dar este consejo aparentemente contra intuitivo.

La «japonificación» de las marcas globales

La facilidad de Japón para transformar todo lo que adopta, como hemos visto con fenómenos culturales como Halloween, Navidad o San Valentín, se extiende naturalmente también a las cadenas occidentales de restaurantes de comida rápida o marcas de alimentos que se pueden encontrar aquí. Por este motivo, no hay que desperdiciar la oportunidad de meterse también en algunos locales de comida rápida por mucho aspecto occidental que tengan.

El vertiginoso mercado de consumo japonés y la potente cultura alimentaria en torno al cambio estacional fomentan la necesidad constante de lanzar novedades para mantener y fomentar la demanda. En este contexto, incluso las marcas internacionales se devanan los sesos para ofrecer un flujo incesante de productos variados dirigidos a satisfacer el paladar japonés, los cuales, a pesar de pertenecer a marcas globales, son exclusivos de Japón. Así que, tanto si te apetece descansar un poco del sushi como si simplemente te entra curiosidad por ese lugar de aspecto familiar, aquí también te deparan sorpresas llenas de sabores japoneses únicos.

La gran M amarilla, y otras hamburgueserías por el estilo

Ya que empecé el artículo con mi pequeña anécdota turística en torno a la madre de las cadenas de comida rápida mundial por excelencia, qué menos que citar a McDonald’s en primer lugar para ilustrar este fenómeno. Las hamburguesas que sustituyen el pan por arroz son el ejemplo más obvio, pero muchos otros elementos del menú también están salpicados de sabores japoneses. Hamburguesas con salsa de soja, patatas fritas sazonadas con wasabi, o el típico pastel frito de manzana con rellenos diferentes como crema de adzuki o pastel de mochi con sakura son algunos de los ítems que podemos ir encontrando a lo largo del año.

En una línea similar, no faltan cadenas de hamburguesas fundadas en Japón, como Mos Burger o Lotteria, entre otras, que también aplican una filosofía similar, cada una de ellas con sus propias vueltas de tuerca.

Una cadena de café global, tan japonesa como la que más

Probablemente, la sirena del logotipo redondo en blanco y verde sea uno de los símbolos que mejor podría competir en popularidad mundial con la otra cadena anteriormente mencionada. Y es en Japón donde además se ha dado el proceso paralelo de ser una cadena extranjera que se ha convertido en toda una institución local, hasta el punto de que la celebridad del Sakura Frappuccino ha trascendido las fronteras del archipiélago. El inicio de sus ventas prácticamente señala el comienzo de la primavera y su temporada de sakura. Pero las novedades aquí no se limitan al mes de marzo. Prácticamente, cada mes hay un latte y un frappuccino distintos, acompañados de otras bebidas o dulces que van variando según la temporada.

comida occidental en Japón: Productos de sakura en Starbucks
La temporada de sakura en Starbucks viene cargada de todo lo que se te ocurra, además del afamado frappuccino. En la foto: sakura latte, sakura donut y sakura chiffon cake.

El compromiso de Starbucks con la elaboración de sabores exclusivos japoneses alcanzó cotas inéditas cuando el verano pasado decidió celebrar sus 25 años por estas tierras, sacando no uno, sino 47 sabores diferentes, cada uno en venta exclusiva en su correspondiente prefectura. Parte de la gracia estaba en que cada sabor estaba elaborado, tomando en cuenta elementos identitarios de cada región, como las uvas de Yamanashi, el maíz de Hokkaido o los melocotones de Okayama. Y de manera similar que con las cadenas de hamburguesas, otras cadenas de cafeterías también ofrecen sabores como matcha u hojicha, entre otros.

Donuts, a la japonesa

Las cadenas multinacionales de donuts, como Krispy Kreme y Mister Donuts, también son muy populares en el panorama comercial japonés. Esta última es también un interesante ejemplo de marcas comerciales que prácticamente han desaparecido de su país de origen, pero que en el país del sol naciente siguen gozando de una salud de hierro. Mejor conocida en tierras niponas con el nombre abreviado de Misdo, esta cadena desde sus inicios supo posicionarse en el mercado local adaptando su oferta y en la actualidad, también fomenta la sinergia con otras marcas locales para sus productos de temporada. Por ejemplo, con la popular cadena de té y dulces de té matcha Gion Tsujiri a través de la cual ofrecen donuts de matcha u hojicha, entre otros sabores tradicionalmente japoneses.  

De esta forma, los sabores locales, las variedades regionales y las colaboraciones ocasionales con otros nombres conocidos son algunas de las razones para seguir visitando estas tiendas. Otro ejemplo memorable de los últimos años es la colaboración anual con Pokémon, que no necesita presentación. Mención aparte la primera vez que se llevó a cabo esta colaboración, ya que lo que debían ser las primeras hornadas de los adorables donuts de Pikachu, acabaron saliendo con escaso parecido al célebre roedor eléctrico. Estas golosinas accidentalmente feas causaron furor en las redes sociales japonesas por unos días, en lo que probablemente fue una de las más hilarantes y mejores estrategias de marketing no intencionadas jamás llevadas a cabo por esta empresa.

Los barquillos de chocolate que salieron del Reino Unido para instalarse en las tiendas de recuerdos japonesas

Con total seguridad, cuando se creó el KitKat en el Reino Unido allá 1935, ni siquiera en los sueños más locos de su creador existía la idea de que este snack inmensamente popular tendría tanto éxito en Japón. Ni que incluso podría llegar a transformarse en un producto típico japonés y en uno de los más cotizados de las tiendas de recuerdos, incluso llegando a originar variantes regionales. A diferencia del resto del mundo, donde solo existen los habituales de chocolate con leche, chocolate negro y chocolate blanco, en Japón la estrategia pasó por ofrecer una explosiva variedad que ha pasado a ser marca de la casa por estas tierras.

Me he divertido infinitamente llevando a mis amigos de España muchas muestras de sabores exclusivos de Japón, hasta el punto de que ahora se espera que siga haciéndolo, ya que ahora le han pillado el gusto a esos sabores que solo se pueden encontrar aquí como el melón, el yuzu, el melocotón o el matcha. Desgraciadamente, el sabor wasabi no fue un éxito entre ellos, pero yo lo seguiré intentando.

Una vez conquistadas las tiendas de recuerdos, el siguiente paso natural era el de tener sus propias tiendas o boutiques exclusivas, todavía con más sabores. En el año 2017 el lujoso barrio tokiota de Ginza vio abrir la primera boutique de KitKat y varias otras siguieron la estela en algunos de los más destacados centros comerciales japoneses.

La puerta de entrada al extraño mundo de las pizzas japonesas

Si eres de los que se escandalizan al pensar en la piña en la pizza, quizá la terapia de choque japonesa sea lo que necesitabas para aprender a apreciar el maravilloso mundo de los ingredientes que nunca pensaste que podían ir en una pizza. Domino’s Pizza es la cadena de pizzas más famosa que se ha adaptado con éxito a los gustos japoneses, ofreciendo ingredientes como el mentaiko, alga, shirasu, pollo teriyaki, ternera de barbacoa coreana, solo por mencionar algunos. El desafío de la ortodoxia pizzera no se limita a los ingredientes hechos en Japón, con lo que en ocasiones también hemos podido deleitarnos con inventos de inspiración más cosmopolita como la pizza de fish and chips o la pizza de patatas con pesto genovés. No digas que no está bueno hasta que no lo hayas probado.

Helados americanos con nombre pseudo-germánico y sabores 100% japoneses

Aunque lamentablemente la aventura japonesa de las heladerías Häagen-Dazs acabó en fracaso con el cierre total de sus locales en 2013, la marca sigue viva y coleando en todos los supermercados, la mayoría de tiendas de conveniencia y numerosas máquinas expendedoras de helados a lo largo y ancho del país. Los sabores tradicionales comparten espacio con los helados de mochi, matcha, hojicha.

Una cadena de restaurantes americana con opciones gastronómicas no tan americanas

A juzgar por la mayoría de comentarios online de residentes estadounidenses que han visitado un Denny’s japonés, la experiencia puede suponer una sorpresa mayúscula o una gran decepción. El popular dinner americano no es una excepción a la hora de adaptarse a los gustos locales para poder sobrevivir, lo cual significa que muchos de los ítems que le hacen famoso en su lugar de origen, no se van a encontrar aquí.

Menú de Denny's en Japón
La carta japonesa de la cadena de restaurantes Denny’s es muy diferente de su contraparte americana.

Pero puede valer la pena como muestra asequible de lo que es la comida yoshoku (洋食) en Japón, que es como se conoce desde el periodo Meiji a la comida japonesa con influencia occidental. En Japón entra dentro de la categoría de los llamados family restaurant, lugares que, sin ser comida rápida, son asequibles y con menús especiales para los más pequeños.

La comida rápida forma parte íntegra de la cultura japonesa

Hoy en día los food trucks parecen el último grito de la moda. No obstante, desde el siglo XVII, los yatai ya eran parte habitual del paisaje urbano japonés, en los cuales se podía encontrar toda clase de comida que pudiera prepararse rápidamente, como sopas de fideos o pinchos yakitori. En este tipo de establecimientos, al igual que en muchos otros locales, era usual comer de pie y seguir con la rutina, por lo que términos como tachigui (立ち食い, comer de pie) ya eran de uso común en la época para referirse tanto a la práctica en sí como a ese tipo de restaurante.

Comida occidental en Japón junto a dibujos del periodo Edo
Los japoneses del periodo Edo no tenían hamburguesas o frapuccinos, pero eso no quiere decir que no contaran con sus propias formas de comida rápida.

Es dentro de este contexto cultural que también se populariza el nigiri sushi, cuyos orígenes se estiman en torno a la década de 1820 en Tokio. Un manjar rápido para obreros y transeúntes que eventualmente se convertiría de forma indiscutible en el más grande embajador culinario japonés. Y puestos a hablar de cadenas de comida rápida 100% japonesas, tenemos el ejemplo de Yoshinoya, una popular cadena especializada en gyudon (boles de arroz cubiertos con ternera) que fue fundada en 1899, lo que de hecho la convierte en la cadena de comida rápida más antigua del mundo.

Por lo tanto, quien piense que la introducción de cadenas o marcas occidentales puede haber afectado de alguna forma la autenticidad de la cultura alimentaria japonesa, difícilmente podría estar más lejos de la realidad. Absorber y transformar las tendencias que vienen de fuera es algo que ya forma parte de esta sociedad. Y en este caso, sería incluso más apropiado decir que la cultura japonesa ha sido precursora de la comida rápida. Así que en tu próximo viaje, no tengas miedo a meterte en puestos de comida rápida o establecimientos aparentemente occidentales. En realidad, también son de comida japonesa.

Varios intentos de hacer dieta acabaron en un sonoro fracaso durante la investigación para este artículo.

Toshiko Sakurai

Toshiko Sakurai

Disparo (¡con mi cámara!), luego existo. Pinto con luz y junto letras como buenamente puedo. Llegué a Tokio desde Barcelona en otoño de 2017 y desde entonces me dedico a capturar rincones de la ciudad a bordo de mi bicicleta. Cuando no llevo la cámara encima, acostumbro desafiar la ortodoxia culinaria mezclando estilos de todos los lugares donde he vivido.

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