Una mañana de principios de noviembre, esperando presenciar mis primeros colores de la tan esperada temporada del las hojas otoñales koyo, subí a uno de los tempranos trenes que partían de la estación de Tokio hacia el norte. Cuando el shinkansen llegaba a la estación de Koriyama, apenas había terminado mi café matutino y había revisado mi itinerario de 3 días centrado en la región de Aizu, en Fukushima, en busca de los colores otoñales y de la cultura samurái.
Este era mi primer viaje a Fukushima, justamente alabada por la belleza de su naturaleza salvaje, y la única prefectura de la región de Tohoku que me quedaba por visitar. Resulta que guardé lo mejor para el final.
Aizu-Wakamatsu: una ciudad histórica llena de vida
En la región de Aizu, en Fukushima, encontré más de lo que yo esperaba. No solamente experimenté los vívidos colores del otoño, sino también los preservados cascos antiguos llenos de cultura samurái, tiendas permitiendo a los visitantes ir más allá de la experiencia museística y poder echar un vistazo a la historia y la cultura de esta región que antaño presenció relevantes acontecimientos históricos.
También me encontré con animados pueblos rurales con unos lugareños dispuestos a compartir su particular historia y la cultura conmigo. No solamente me llamaron la atención los elegantes castillos o la atmósfera divina de los santuarios cargados de espiritualidad, sino que también disfruté de los momentos mundanos en pequeños locales de ramen o restaurantes de soba y de familias y gente mayor del pueblo poniéndose al día con sus amigos.
Con base en Higashiyama Onsen, una ciudad a 15 minutos en coche de Aizu-Wakamatsu que cuenta con alojamientos tradicionales tipo ryokan y hotel, pasé tres días visitando ciudades antiguas, tuve mi primer encuentro con una geisha (o geigi, como las llaman en esta zona), probé el premiado sake de la región, di un paseo en barco por un río de película y me sumergí en los colores del otoño en pintorescos santuarios y parques de los castillos.
La historia de los castillos de Fukushima
Aizu y su región parecen el país de los sueños de cualquier viajero, con lugares culturales, históricos y naturales muy cercanos entre sí.
Breve historia de la Guerra Boshin y la cultura samurái en Fukushima
Aizu y sus alrededores son conocidos por su devoción histórica al Shogunato Tokugawa. Estos fueron el escenario de batallas clave de la Guerra Boshin, que formó parte de la cadena de acontecimientos principales que pusieron fin al período Edo (1603-1868), que dio el puntapié inicial a la Resturación Meiji. La Guerra Boshin (1868-1869) también es conocida como la Guerra de la Restauración, empezando cerca de Kioto por la confrontación entre el shogunato en el poder y los grupos que querían restaurar la monarquía centralizada bajo el gobierno de la Corte Imperial. La guerra terminó en Hokkaido en 1869, cuando los últimos samuráis se rindieron ante el ejército imperial.
Las principales ubicaciones de Fukushima relacionadas con la Guerra Boshin son el castillo de Tsurugajo en la ciudad de Aizu-Wakamatsu, y su compañero menos conocido pero igualmente espléndido, el castillo de Nihonmatsu en la ciudad de Nihonmatsu.
Como cualquier batalla, la Guerra Boshin dio lugar inevitablemente a historias desgarradoras. Mientras que la atmósfera que rodea a los castillos contrasta con la oscuridad de la guerra civil, la serenidad de los parques de los castillos y las casas de té me dieron tiempo y espacio para reflexionar sobre la historia de la región.
El Castillo Nihonmatsu: enmarcado por los colores y las flores del otoño
Las ruinas del castillo Nihonmatsu, también conocido como el castillo Kasumigajo, merece una visita en cualquier estación, pero es particularmente atractivo durante la temporada del koyo y sakura, albergando más de mil cerezos.
El castillo, original del año 1414, está totalmente destruido. Pero la elegante puerta Minowa, construida originalmente con la madera de un bosque sagrado de la aldea de Minowa y reconstruida en 1982, me permitió imaginar la atmósfera de la época cuando el castillo era el hogar del clan Niwa.
Los visitantes de los terrenos del castillo de Nihonmatsu son recibidos por una estatua alzada en honor de los valientes muchachos de la ciudad que lucharon durante la Guerra Boshin. A pesar de los esfuerzos de 62 jóvenes de entre 13 y 17 años, llamados para apoyar las fuerzas limitadas del dominio Nihonmatsu, el castillo cayó en un solo día en 1868. Algunos testimonios señalaron de forma desgarradora que estos chicos, denominados Cuerpo Juvenil de Nihonmatsu, lucharon con espadas más altas que ellos mismos.
Los antiguos terrenos del castillo se han convertido en un parque de la prefectura con un estanque y una pequeña cascada. Senshin Tei es un lugar maravilloso para admirar la atmósfera serena que únicamente se encuentra en las casas de té japonesas.
Durante la estación del koyo, puedes dar con el festival anual Nihonmatsu Mum Festival, celebrado desde principios de octubre hasta mediados de noviembre. Miles de flores de crisantemo se exhiben y decoran muñecos de tamaño real (kiku ningyo), añadiendo un toque a la ya colorida atmósfera otoñal.
Parque del castillo de Nihonmatsu: Abierto siempre, entrada gratuïta, a 20 minutos andando de la estación JR Nihonmatsu. |
Castillo de Tsurugajo: la historia de la Unidad del Tigre Blanco
A pesar de visitar el castillo de Tsurugajo durante un día gris, ese edificio blanco de cinco pisos (originalmente de siete) y su singular tejado rojo, rodeado de árboles otoñales, seguía brillando. Construido originalmente en 1384, presenció una batalla de la Guerra Boshin que duró un mes y fue testigo de otra historia desgarradora relacionada con esos jóvenes escuadrones.
Byakkotai (la Unidad del Tigre Blanco), estaba formada por un grupo de 305 chicos de entre 16 y 17 años, todos hijos de los samuráis de Aizu. Uno de sus escuadrones, formado por 20 muchachos, se separaron del resto de las tropas durante la batalla. Los jóvenes se retiraron a una colina con vistas de la ciudad. Pensaron erróneamente que estaban rodeados por el enemigo por el fuego y el caos que les rodeaba y cometieron seppuku, un ritual suicida, en esta colina para evitar ser capturados y avergonzar al dominio Aizu. Solo uno de ellos sobrevivió para contarlo. La ciudad sigue recordando a sus valientes chicos y los honran con un evento anual celebrado en su cementerio.
Todo el complejo del castillo, compuesto por la estructura del castillo, el parque, un museo que exhibe armaduras de los señores del castillo, la casa de té Rinkaku (donde antaño se celebraran las ceremonias de los señores feudales), merece ser visitado al menos durante medio día.
Castillo de Tsurugajo: La torre del castillo abre todos los días de 8:30 – 17:00, la entrada es de 410 yenes, a 30 minutos a pie de la estación de Aizu-Wakamatsu, o a 10 minutos en autobús hasta la parada de Tsurugajo Kitaguchi. |
El santuario Hanitsu: un santuario de 350 años pintado por los colores otoñales
El santuario Hanitsu, merecidamente conocido como uno de los mejores lugares para experimentar los colores del otoño en Fukushima, es otro de los lugares con una larga historia vinculado a la cultura samurái de Fukushima. El santuario fue construido en 1675 para consagrar al señor feudal Hoshina Masayuki, fundador del dominio Aizu.
Los visitantes del santuario son recibidos por un gran torii blanco. No obstante, a mí me llamó la atención la escalera de piedra que nos dirigía al recinto principal del santuario a través de un pasillo de hojas rojas de otoño. El joven y amable sacerdote del lugar señaló que el santuario atrae a muchos visitantes, especialmente durante la temporada de koyo.
Con el suelo cubierto de hojas, las pintorescas escaleras de piedra y el evento nocturno de iluminaciones durante el otoño, es fácil entender por qué.
Santuario Hanitsu: 10:00 – 16:00 (excepto en la temporada de koyo con el evento de iluminación entre las 17:00 y las 19:00), entrada gratuita, se puede tomar un taxi (5 minutos) desde la estación de Inawashiro (línea JR Ban-Etsu West). |
Experimentar la naturaleza salvaje de Tohoku en Fukushima
Además de los lugares que combinan la historia y cultura samurái de Fukushima con los colores estacionales, la prefectura también alberga muchos sitios salvajes que presentan algunas de las mejores experiencias naturales que Tohoku puede ofrecer.
Mugenkyo no Watashi: el río místico que inspiró una película
Es posible que los aficionados al cine japonés ya conozcan la película Aru Sendou no Hanashi (They Say Nothing Stays the Same), dirigida por Joe Odagiri. La película, que fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 2019, cuenta la historia de un anciano barquero que se gana la vida transportando personas entre las dos orillas del río en su pequeña embarcación. El antihéroe de la película no es una persona, sino un puente, cuya construcción amenaza el sustento del barquero y, consecuentemente, el sentido de su vida.
Mugenkyo, un desfiladero ubicado en el río Tadami (a una hora de Aizu-Wakamatsu), es la localización de la película y ofrece una experiencia maravillosamente aislada para admirar los colores del otoño.
Me alegré de poder visitar el río en un día soleado y sin viento. El río inmóvil servía de espejo, reflejando los colores otoñales. Con tan pocos edificios modernos a su alrededor, puedes imaginarte estar en cualquier época o película que desees.
Mugenkyo no Watashi: Los paseos en barco están disponibles entre abril y noviembre. Información sobre horarios y precios: Mugenkyo no Watashi Boat Tours, a 25 minutos a pie de la estación de Hayato (línea JR Tadami). |
Sabores y experiencias artesanales en Fukushima
Japón es un paraíso culinario para muchos, y los sabores de Aizu-Wakamatsu, conocido como el reino del sake, cumplen las expectativas. La experiencia de comer y beber también complace a los visitantes que, como yo, se interesan por la experiencia visual en general.
A pesar de que normalmente evito utilizar el término «auténtico» para describir mis viajes, mi experiencia general fue realmente auténtica en el sentido de que nada se sintió forzado para atraer a los visitantes, mientras que los sutiles gestos de mi anfitrión marcaron la diferencia.
Shibukawa Donya: cocina local en un entorno fiel a la historia centenaria de la tienda
Shibukawa Donya ocupa una tienda centenaria originalmente utilizada por un mayorista de pescado. El restaurante está ubicado en la histórica calle Nanokamachi, con tiendas de madera de estilo japonés y casas adosadas del Periodo Taisho (1912-1926), alineadas unas con las otras.
Al igual que la calle, el interior de Shibukawa Donya también se mantiene fiel a sus raíces e historia. En el preciso instante que entras en el edificio de madera, te transportas a otra época. La decoración, la iluminación… todo está preservado hasta el más mínimo detalle, y ambientado para que te evadas unas horas del mundo moderno que te espera a fura.
En Shibukawa Donya es donde también tuve mi primera experiencia viendo bailar a una geisha. Mientras que la elegancia de su actuación es algo que recordaré por mucho tiempo, sus historias me hicieron sonreír aún más. Pude escuchar la rutina de preparación diaria de las geishas, mucho más extensa que la mía, y cómo se ayudan entre ellas. Aún me siento un poco avergonzadas mi fuerte, pero sincera risa que salió de mi corazón cuando fingió no dominar el japonés para consolarme cuando le confesé mis (en el mejor de los casos) mediocres conocimientos del idioma.
El sabor único a la vez que atractivo visualmente de la comida servida en Shibukawa Donya fue la combinación perfecta con el elegante espectáculo que presencié. Los platos estaban decorados con tanto estilo que me costó comer el menú del almuerzo con platos locales de Aizu. Cada elemento del menú, incluyendo pescado salado, la tempura, arenque en escabeche y la ternera de Aizu tenían un sabor único y delicioso.
Shibukawa Donya: 11:00 – 21:00. A 20 minutos andando de la estación Aizu-Wakamatsu. |
Suehiro Sake Brewery: degustando el premiado sake de Fukushima
Aunque de que se puede disfrutar de una bebida a tu elección en el Shibukawa Donya, aquellos que quieran entender mejor el proceso que hay detrás del sake premiado de la prefectura, Suehiro Sake Brewery se encuentra a tan solo unos minutos a pie. La fábrica de sake fundada en 1850 es un negocio familiar que abarca ocho generaciones.
El tour de una hora lleva a los visitantes a través del ciclo entero de elaboración del sake, desde la selección del arroz hasta el embotellado. El maestro del sake me explicó, para mi vergonzosa sorpresa, que el arroz que se utiliza para el sake se cultiva por separado del que se utiliza para cocinar.
Aquellos que, como yo, estén igualmente interesados en probar el sake, pueden hacerlo en la degustación de sake y en una pequeña tienda para echar un vistazo a su sake. El maestro comienza con selecciones más ligeras y pasa gradualmente al sake de sabor más intenso. Para los que buscan algo mucho más ligero, el pastel de sake que se sirve en la cafetería adyacente a la fábrica es también una gran opción.
Suehiro Sake Brewery: 10:00 – 17:00, tour de sake gratuito. 19 minutos a pie desde la estación Aizu-Wakamatsu. |
Nagatoya: una innovadora pastelería japonesa
After a filling lunch at Shibukawa Donya and sake tasting at Suehiro Sake, the Nagatoya confectionary store, founded 160 years ago, is located on the same street as Shibukawa Donya and another historical store. The elegant design of the store is also reflected in the design of its mainly Aizu walnut-based sweets.
Después de un buen almuerzo en Shibukawa Donya y la degustación en Suehiro Sake, la pastelería Nagatoya fundada hace 160 años, se encuentra en la misma calle que Shibukawa Donya y otras tiendas históricas. El diseño elegante de la tienda se refleja también en los diseños de sus dulces, principalmente a base de nueces de Aizu.
Lo más destacado de la tienda es su dulce a base de judías dulces con un título ingenioso, Fly Me to the Moon, también conocido como Yokan Fantasia. Cada porción del postre presenta un pájaro volando hacia la luna, y cada trozo ofrece ligeras variaciones de su diseño.
Pastelería Nagatoya: 9:30 – 17:30. 20 minutos andando desde la estación Aizu-Wakamatsu. |
Experiencia con cerámica en Aizu Misato
La histórica región de Aizu es también hogar de la práctica más antigua de alfarería de la región de Tohoku. Se sabe que comenzó en la misma época en que se producían las tejas para la renovación del castillo Tsurugajo durante el siglo XV. La artesanía, conocida como aizu-hongo yaki, fue promovida y patrocinada por el señor del dominio Aizu a principios del periodo Edo. La práctica de cerámica que floreció durante ese periodo pronto se expandió hasta la producción de cerámica de uso diario.
Hoy en día existen muchas tiendas de cerámica en la ciudad Aizu Misato, donde los visitantos pueden probar a dar forma a la arcilla para convertirla en cerámica útil. Nuestro anfitrión en el estudio de alfarería Suigetugama nos guió pacientemente a través del proceso, que implica una breve charla sobre el método, la elección del producto final, el modelado de la arcilla y, finalmente, la aplicación de la pintura. El secado y el proceso de cocción necesarios para los productos finales suelen llevar algunas semanas más. Es una experiencia realmente relajante en la que también se aprende más sobre la historia de la región.
También hay una tienda al lado del estudio con una amplia selección de la famosa cerámica de la región.
Estudio de alfarería Suigetugama: Abre diáriamente (a excepción de los martes) 9:00 – 16:30. 35 minutos a pie desde la estación de tren Minami-Wakamatsu, or 8 minutos a pie desde la estación de autobuses Shikkidanchi Kumiai Mae y 10 minutos en autobús desde Infomeshonsentamae. |
Cómo llegar a los lugares de Fukushima en otoño
La mayoría de los lugares que aparecen en este post están muy cerca unos de otros. Aunque el coche es la forma más fácil de aprovechar la temporada de otoño en Fukushima, la prefectura también está bien comunicada por el transporte público. La manera más fácil de llegar a la zona de Aizu-Wakamatsu desde las principales ciudades de Japón es tomar el Shinkansen hasta la estación de Koriyama (1:20 h a 1:35 h desde la estación de Tokio) y luego tomar la línea local JR Ban-Etsusai (1 h 16 min) hasta Aizu-Wakamatsu.
A menudo oímos hablar de las historias de resistencia de Fukushima, pero este viaje me recordó de que la prefectura también alberga muchas historias y experiencias alegres que se transmiten hoy en día gracias a la admirable devoción de los lugareños por la preservación de su cultura.
Patrocinado por la prefectura de Fukushima
Traducido por Maria Peñascal