fbpx Skip to main content

Experimentar la tradición japonesa en propia piel es uno de los sueños más codiciados para cualquier amante de Japón. Durante un viaje por tierras niponas, existen muchas ocasiones donde poder ser testigo de su arraigada cultura como los matsuri o la ceremonia del té. Pero si se quiere disfrutar de varios elementos al mismo tiempo, hay un lugar que no se puede pasar por alto: un ryokan.

Este post contiene enlaces de afiliados. Si los utilizas para comprar, es posible que ganemos una comisión para apoyar nuestro trabajo en Voyapon. Por favor, lee nuestra política de divulgación para más información.

¿Qué es un ryokan?

Un ryokan (旅館) es un alojamiento tradicional japonés con habitaciones que tienen suelos de tatami, puertas correderas (shoji- 障子) y futones para dormir. Además de cumplir los sueños de dormir a la japonesa, es un espacio de tranquilidad y relax para los huéspedes, donde poder olvidarse de las preocupaciones y disfrutar de una experiencia única. 

Alojarse en un ryokan es una actividad interesante tanto para los extranjeros como para los japoneses, así que muchos de estos alojamientos están muy solicitados durante todo el año. Si quieres dormir en un ryokan, te recomendamos hacer una reserva con antelación, sobre todo durante épocas festivas (como la Golden Week o el Año Nuevo) y los fines de semana de los meses de primavera (marzo-abril) y otoño (octubre-diciembre). Además, los precios varían dependiendo del día que te hospedas, así que si tu viaje coincide con alguna celebración japonesa, puede que el ryokan sea más caro.

Una habitación de ryokan
La habitación de un ryokan: suelos de tatami, mesas bajas y puertas correderas| Fotografía: Derek Yamashita

¿Qué tiene de especial alojarse en este tipo de hotel japonés?

Desde mi punto de vista, alojarse en un ryokan es como entrar en un mundo alternativo. Es un lugar para desconectar de todo y disfrutar del entorno, ya sea un bosque, un pequeño pueblo o una ciudad onsen. No es un alojamiento típico para dejar las maletas e irte; un ryokan es una experiencia en sí mismo.

Si hablamos de relax en Japón, no es de extrañar que los onsen (aguas termales) entren en acción. Si te hospedas en un ryokan, un yukata (un kimono de verano) te esperará en tu habitación para que puedas disfrutar de la comodidad japonesa e ir directamente al onsen más cercano y sumergirte en sus calientes aguas. Hay algunos ryokan que incluso tienen su propio onsen o rotenburo (aguas termales al aire libre). Y ya, rizando el rizo, ¡puede que dispongas de un onsen privado! Cada ryokan es una experiencia única e increíble. Eso sí, ten en cuenta que aunque en muchas habitaciones no hay ducha, te debes asear en las duchas del onsen antes de entrar dentro de los baños termales.

rotenburo en el ryokan de Tensui, Yufuin
Un magnífico rotenburo privado en el Tensui Onsen en la prefectura de Oita | Fotografía: Maria Peñascal

Otro elemento característico de los ryokan es su maravillosa gastronomía. En la mayoría de tarifas de alojamiento se incluye una cena y un desayuno, así que podrás deleitarte con estos manjares de estilo japonés (washoku – 和食), preparados con ingredientes locales. Además, no es de extrañar que la cena sea una comida kaiseki (懐石料理), un conjunto de platos variados y elaborados cuidadosamente con la finalidad de transmitir la esencia del lugar y del momento. Y no nos olvidemos del desayuno, también típico japonés, para empezar el día con mucha energía. Definitivamente, si te gusta probar platos en distintos países, comer en un ryokan es algo que necesitas hacer. Como amante de la comida: ¡te lo recomiendo!

Un impresionante tributo a la cocina japonesa
 Una exquisita cena en el ryokan Goushikan Inn en la prefectura de Niigata | Fotografía: Léo.

Finalmente, el último aspecto que mencionaremos (y uno de los más importantes), es la gran hospitalidad (omotenashi – お持て成し) que ofrecen los trabajadores en un ryokan. En Japón, el omotenashi en cualquier establecimiento va más allá de lo que estamos acostumbrados: el objetivo es hacer sentir al huésped como en su casa y mantener una atmósfera de armonía total. La atención de los empleados hacia los clientes es extremadamente elevada, cubriendo todas las necesidades hasta el más mínimo detalle. En un ryokan podría ser la recogida de los clientes en la estación con coche, un pequeño aperitivo justo al llegar al hotel antes del check-in, la explicación de cada plato que estás comiendo durante la cena o simplemente un trato excelente para que no tengas ningún problema durante tu estancia.

Historia de los ryokan: ¿cuáles son sus orígenes?

Los primeros vestigios de unos alojamientos parecidos a los ryokan se ubican en el periodo Nara (710-784). Las fuseya (伏屋) eran unas posadas gratuitas que estaban a disposición de los viajeros para pasar la noche. Viajar entre distintos pueblos en el Japón antiguo era peligroso, y ante un aumento de mortalidad se crearon estos humildes alojamientos que ofrecían un techo para pernoctar y un lugar para comer. Una de las personas más conocidas que se dedicó a construir varios fuseya fue el monje budista Gyoki, quien además construyó puentes y carreteras en ubicaciones peligrosas para mejorar las condiciones del recorrido de los viajeros.

Durante el período Heian (794-1191) aparecieron los shukueki (宿駅), también llamadas shukuba (宿場), áreas de descanso para los peregrinos y viajeros adinerados. Los shukueki solían ser casas privadas de los aristócratas e instituciones religiosas que ofrecían alojamiento y cuidado de los caballos. Más adelante, durante el periodo Kamakura  (1185–1392), aparecieron los kichin-yado, un alojamiento simple donde únicamente se pagaba la leña para preparar la comida.

Preciosas tiendas a lo largo del área descanso
En las antiguas rutas entre Tokyo y Kioto existían alojamientos para viajeros | Fotografía: Léo

Durante el periodo Edo, gracias a una naciente clase de mercaderes, las rutas y los movimientos internos del país aumentaron. Además, también surgieron los viajes terapéuticos a las fuentes termales llamados toji (湯治). Es así como surgió la necesidad de crear más alojamientos para estos viajantes llamados hatago (旅籠). Las posadas de clase alta, designadas por los daimios (los señores feudales), se llamaban honjin (本陣), y eran exclusivamente utilizadas por personas con altos cargos e influencias.

Después de la Restauración Meiji, el uso del hatago y honjin desapareció y la combinación de estos dos tipos de alojamiento dio a pie a la creación de los ryokan.

Futon en una habitación de ryokan en Japon
 Una habitación en el Goushikan Inn con sus futones preparados. | Fotografía: Léo

¿Qué debes tener en cuenta en un ryokan?

Si bien no existen unas normas establecidas en estos alojamientos, ten en cuenta que en Japón hay unas reglas no escritas importantes para generar una mejor relación entre empleados y huéspedes:

La vestimenta

¿Cuándo puedo vestir mi yukata? Dependerá del hotel. Si bien se recomienda llevar el yukata cuando vayas a los onsen para no romper la armonía del lugar, también hay espacios donde no está permitido llevarlo, como por ejemplo en algunos restaurantes donde también tienen acceso clientes que no son huéspedes del hotel.  Normalmente hay un cartel donde dice “yukata ok” en el sitio, así que fíjate antes de entrar en un lugar o pregunta a algún empleado.

Como último apunte, no está permitido llevarte el yukata ni las toallas grandes del ryokan. ¡Pero si que puedes quedarte con la toalla pequeña con el nombre del ryokan!

Un yukata preparado en un ryokan
El yukata preparado con todos sus complementos. | Fotografía: Mika Senda

Las normas del propio hotel

Cada hotel tiene sus normas. Ten en cuenta que muchos ryokan cierran por la noche, así que, si llegas tarde para realizar tu check in o incluso durante tu estancia, avisa antes a recepción para no encontrarte con la puerta cerrada. También es aconsejable preguntar de antemano si tu ryokan acepta tarjeta o solo se paga en efectivo.

Si tu cena o desayuno consiste en un buffet libre, es mejor comer poco y repetir varias veces que dejar comida en el plato. Esto se considera una falta muy descortés hacia el personal. Asimismo, no hace falta dejar ninguna propina a los camareros, pero si puedes decirles unas bonitas palabras como arigatou gozaimashita  (ありがとうございました – Muchas gracias) o gochisosama deshita (ご馳走様でした – Muchas gracias por la comida).

Desayuno del ryokan Tensui
A veces, en los ryokan hay buffet libre. ¡Come todo lo que te pongas en el plato! | Fotografía: Maria Peñascal

Como ya hemos dicho antes, es imprescindible darse una ducha antes de entrar en el onsen (del ryokan o de cualquier lugar). Aunque en occidente las bañeras sirvan para ducharse, los onsen sirven solamente para relajarte. Así que se espera que antes de entrar te limpies tu cuerpo. Además, si tienes el pelo largo, es de buena educación atártelo con una pinza o un gorro para que toque el agua, así puedes evitar que los pelos atasquen la bañera. Y, por supuesto, ¡está totalmente prohibido sacar fotos si es un onsen compartido!

Otra norma posible en los ryokan son los tatuajes. Como muchos ya saben, hay lugares tradicionales donde no permiten la entrada a personas con tatuajes. Si tienes alguno, es mejor consultarlo antes de contratar la habitación y si existe alguna norma, como por ejemplo tenerlo que tapar con alguna banda.

Mika relajándose en un onsen de un ryokan
Nuestra colaboradora Mika disfrutando de un baño relajante | Fotografía: Mika Senda

¿Qué no puedes hacer dentro la habitación?

Normalmente el futón está doblado en el armario y el nakai (el empleado – 仲居) es la persona encargada de montártelo. Pregunta si en tu ryokan realizan este servicio y si está incluido, no prepares el futón ni lo guardes.*

*Actualmente, en medio de la situación de pandemia que vivimos, en los ryokan te preparas tu mismo el futón.

No arrastres tu maleta con ruedas por el tatami, ya que lo puedes dañar. Además, intenta poner tu equipaje en un rincón de la habitación para no molestar a los trabajadores cuando entren a tu habitación. Y ten en cuenta que algunos armarios no se pueden utilizar, ya que están destinados para guardar el futón. Si quieres utilizar el armario, consúltalo antes.

Intenta no llevar nada de comida dentro de tu habitación. Ya que los ryokan suelen incluir cena y desayuno, no es necesario llevarte más comida. De esa forma evitas malos olores o suciedad extra. Si quieres comer alguna cosa, seguramente cerca del ryokan hay alguna tienda o algún combini. Utiliza esos espacios para picotear.

Disfrutando de una cena kaiseki en Sapporo en un ryokan
Disfrutando de un ryokan en Hokkaido | Joachim Ducos

A pesar de que existen más reglas no escritas, lo más importante es saber que para cualquier duda que tengas, los empleados del alojamiento estarán dispuestos a ayudarte si les consultas tu duda (y si no sabes japonés: ¡puedes utilizar inglés, dibujos, señas o el traductor!).

¿Dónde podemos encontrar ryokan en Japón?

Si quieres alojarte en un ryokan durante tu viaje a Japón, no te preocupes: a lo largo y a lo ancho de Japón podrás encontrar muchos y variados. A pesar de que los ryokan suelen ser alojamientos tradicionales, poco a poco se están incorporando más modernos en las ciudades como Tokio. Eso sí, para disfrutar de uno tradicional existe más variedad en las zonas rurales o aisladas de Japón como zonas boscosas.

En Voyapon hemos tenido la suerte de alojarnos en varios ryokan, como por ejemplo en el Tensui Onsen en las montañas de la prefectura Oita, el Santora, el único ryokan en la isla de Manabeshima, el ryokan familiar Arifuku Yoshidaya en la prefectura de Shimane.

También existen zonas onsen con varios ryokan para alojarse y disfrutar de las aguas termales, como por ejemplo Kusatsu Onsen en Gumna,  Yunomine Onsen y Kawayu Onsen a lo largo de la ruta del Kumano Kodo, el famoso Nyuto Onsen en la prefectura de Akita o Kurokawa Onsen en Kumamoto.

¿Es posible alojarse en esos hoteles con un presupuesto bajo?

Los precios de los ryokan pueden ser muy variados. Los más “simples” pueden costar entre 5000 y 10.000 yenes la noche (entre unos 40-80 euros). Estos ryokan de bajo coste son perfectos para aquellos que viajen con un presupuesto bajo, pero aún así quieran vivir la experiencia tradicional japonesa. Igualmente, es posible que no incluya la cena, o que las habitaciones sean pequeñas y sin grandes lujos.

 Un ryokan estándar, con baños termales, habitaciones grandes y comida incluida puede costar mínimamente 20.000-30.000 (entre unos 150 y 250 euros). Y, obviamente, siempre podemos encontrar ryokan de lujo por un precio más elevado.

Un detalle de una habitación de ryokan
Los ryokan pueden variar mucho de precio dependiendo de las comodidades que busques| Fotografía: Marion Pont

La alternativa económica: minshuku

Si tu presupuesto no llega para cubrir los gastos de un ryokan, un minshuku es una buena opción. Es parecido a lo que conocemos como bed and breakfast en occidente con una alta hospitalidad. En un minshuku también tendrás tu propia habitación, pero compartirás el baño y las aguas termales. Al igual que en un ryokan, te puedes vestir con un yukata, tu habitación tendrá el suelo con tatami, puertas correderas y dormirás en un futón. En algunos de ellos también podras elegir la oferta de cena y desayuno. Es como una experiencia más casera (y económica) de un ryokan.

Yo me alojé en un minshuku, el Flora Togari de Iiyama (prefectura de Nagano) y mi experiencia fue excelente. La familia del alojamiento nos trató amablemente y nos mostró una hospitalidad como no habíamos visto en ningún lugar.

Habitación en el Flora Togami, en Iiyama.
La habitación en el Flora Togari en Iiyama, Nagano | Fotografía: Todd Fong.

Uno de mis mejores recuerdos en Japón es en un ryokan, donde pude relajarme, disfrutar de una excelente gastronomía, rodearme de tradición y costumbres japonesas. No dudes ni un segundo en hospedarte en un ryokan, ¡será una experiencia que nunca olvidarás!

Maria Peñascal

Maria Peñascal

Cuando era joven, soñaba con el país del sol naciente. Así pues, un día, decidí mudarme a Japón para experimentar el país de primera mano. Actualmente, vivo entre España y Japón, y estoy dispuesta a compartir su cultura a través de mi fotografía y escritura.

Deje un comentario