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Cuando las flores de ume(梅 – flores del ciruelo) empiezan a florecer en Japón, el invierno comienza a desaparecer poco a poco para dar paso a la colorida primavera. Sorprendentemente, estas pequeñas flores son un símbolo de resiliencia, puesto que soportan las bajas temperaturas del mes de febrero, e incluso la nieve. Y es por eso que en Voyapon nos encantan estas flores, con un olor inconfundible y unos colores tan brillantes. 

Si visitas Tokio en febrero, añade un toque de color a tu itinerario con algunos lugares donde encontrarás estos árboles. Aquí tienes algunas recomendaciones con nuestras ubicaciones favoritas durante la floración del ciruelo.

¿Flores del ciruelo o del cerezo?

Ambas flores pueden ser muy parecidas, pero no te equivoques: las flores del ciruelo, llamadas ume en japonés, nacen de los árboles que posteriormente dan el fruto de la ciruela. Esta flor invernal de aroma dulce y agradable florece entre principios y mediados de febrero, y durante esta época, su fragancia inconfundible impregna las calles japonesas. Si te gustaría conocer la diferencia entre las flores del ciruelo, cerezo y del melocotón, lee este artículo.

Y ahora, sin más preámbulos, empezamos nuestra lista de lugares que no debes perderte para ver las flores del ciruelo en Tokio.

Jardín Koishikawa Korakuen

Estos polivalentes jardines del siglo XVII, ubicados en el barrio de Bunkyo en el centro de Tokio, se pueden visitar a lo largo de todo el año por su gran variedad de vegetación. Y uno de los momentos clave para visitar el jardín Koishikawa Korakuen (小石川後楽園) es desde principios de febrero hasta principios de marzo, cuando los 150 árboles del ciruelo florecen en sus jardines.

Consejo extra: si te gustan los sellos, no te olvides de traer tu libreta, puesto que en todos los jardines metropolitanos de Tokio encontrarás un sello con el nombre del parque y el día que lo visitas.

Precio de la entrada
300 yenes
Horario9:00 – 17:00
Cómo llegarDesde la estación Korakuen con la línea Marunouchi, Namboku u Oedo o desde la estación Suidobashi con la línea Chuo Sobu

Ushi-Tenjin Kitano Jinja

Si buscas un lugar más tranquilo, a tan solo 5 minutos a pie de estos jardines llegarás al santuario Ushi-Tenjin Kitano (牛天神北野神社), un lugar imperdible para los amantes de esta flor, la cual engalana su escalinata con varios árboles, creando una bella entrada a este recinto sagrado. Su altar central también se encuentra escoltado por varios ciruelos llorones. El santuario está dedicado al buey, el mensajero del dios Tenjin, y en febrero se celebra allí el Ume Matsuri (el festival de los ciruelos), donde podrás probar el amazake 甘酒 (refresco de arroz fermentado).

Precio de la entrada
Gratis
Horario6:00 – 17:00
Cómo llegarDesde la estación Korakuen con la línea Marunouchi, Namboku u Oedo

Santuario Yushima Tenjin

Si quieres completar tu ruta de flores de ume por esa zona, anda media hora dirección Ueno para encontrar este santuario dedicado al estudio. En febrero, el santuario Yushima Tenjin (湯島天満宮) es célebre por sus árboles multicolores del ciruelo y su espectacular goshuin. Dentro del mismo santuario podrás disfrutar de un pequeño festival, el Yushima Tenjin Ume Matsuri, con varias paradas de comida y espectáculos variados como tambores taiko o bailes tradicionales, entre otros. 

Precio de la entrada
Gratis
Horario6:00 – 20:00
Cómo llegarDesde la estación de Yushima con la línea de metro Chiyoda o desde la estación Ueno-Hirokoji con la línea de metro Ginza

El jardín de ciruelos de Ikegami 

Uno de los mejores lugares para ver estas flores en Tokio está en el sur de la ciudad, en Ikegami. En ese barrio, que gira en torno el templo Ikegami Honmonji, encontrarás el Ikegami Baien (池上梅園) en la ladera de una colina con más de 30 tipos de ciruelos rojos y blancos. Gracias a su inclinación, puedes observar el panorama del jardín de ciruelos desde arriba. Además, también lo puedes visitar en otras estaciones del año: el abril hay más de 800 azaleas y en junio florecen las hortensias. 

Precio de la entrada
100 yenes
Horario9:00 – 16:30
Cómo llegarDesde la estación Nishi-Magome con la línea de metro Asakusa o desde la estación de Ikegami con la línea Ikegami

Parque Hanegi

Otro de los grandes lugares para ver ciruelos, pero esta vez en la zona oeste de Tokio, es el parque Hanegi (羽根木公園). Su estación más cercana (Umegaoka) ya te demuestra su relación con los ume, ya que se traduce como «colina de ciruelos» y es precisamente este parque uno de los más populares entre los tokiotas a la hora de hacer un hanami de ciruelos en Tokio, gracias a sus 600 árboles. Su festival se llama Setagaya Ume Matsuri y también podrás disfrutar de comida local en los puestos ubicados en la parte alta del parque.  

Precio de la entrada
Gratis
Horario24 horas
Cómo llegarDesde la estación de Umegaoka con la línea de tren Odakyu y desde la estación de Higashi-Matsubara con la línea Inokashira

Shiba Koen 

Si no tienes tiempo de visitar las zonas más residenciales en Tokio, aquí tienes una opción para disfrutar de estas flores en un punto más céntrico. Y es que cerca de la Torre de Tokio, uno de los iconos más característicos de la ciudad, se encuentra el parque Shiba Koen(芝公園). En uno de los laterales de este inmenso parque está un precioso y poco conocido jardín de ciruelos donde los lugareños van a pasear y a hacer ejercicio durante todo el año. En febrero, las flores del ciruelo florecen y puedes conseguir pintorescas imágenes de los ciruelos con el trasfondo del inconfundible símbolo de Tokio por excelencia.

Precio de la entrada
Gratis
Horario24 horas
Cómo llegarDesde la estación Sibakoen con la línea Mita, desde la estación de Akabanebashi con la línea Oedo

En Voyapon creemos que estas flores merecen más reconocimiento y afecto. Al fin y al cabo, son las primeras que se atreven a florecer cuando aún está el frío invierno, marcando el esperado inicio del clima cálido de la primavera. Así que si viajas a Japón en febrero: ¡recuerda visitas alguno de estos lugares en Tokio para disfrutar de las flores del ciruelo y su inconfundible olor!

Maria Peñascal

Maria Peñascal

Cuando era una niña, soñaba con el país del sol naciente. Así pues, un día, decidí mudarme a Japón para experimentar el país de primera mano. Actualmente, vivo entre España y Japón, y estoy dispuesta a compartir su cultura a través de mi fotografía y escritura.