Hakone es una de las escapadas más populares tanto para los tokiotas como para los visitantes que se alojan en la metropolis. Y por una buena razón. Con acceso directo con el Odakyu Limited Express Romancecar, esta area cuenta con más de 20 fuentes termales y es conocida por sus icónicas vistas del Monte Fuji. Estas aguas provienen del Monte Hakone y el Lago Ashi, ubicados a la zona del parque nacional Fuji Hakone-Izu, ofreciendo una gran variedad de actividades incluyendo cruceros por el lago y el museo al aire libre. ¡Aquí tienes tu guía definitiva para tu viaje de dos días a Hakone!
Onsen privado en Hakone Yuryo
Viajar allí en invierno ofrece más oportunidades para aquellos que quieran tener una vista clara y nítida del Monte Fuji, ya que es la estación seca y los cielos azules predominan. Yo fui a Hakone en febrero y el día era frío, así que decidí calentarme en un onsen privado.
Desde la estación de Hakone-Yumoto hay una lanzadera gratuita hasta Hakone Yuryo donde podrás remojarte en los cinco onsen públicos y 19 privados. Puedes relajarte en los muchos baños privados al aire libre rodeados de densa vegetación para evitar miradas indiscretas.
Deja que tus preocupaciones se vayan con el agua. No solo sirve para relajar tus músculos, sino también está valorada por sus propiedades terapéuticas. Cada baño privado tiene su propio cambiador e incluso puedes vestir con yukata cuando termines y vayas a disfrutar de un helado, ¡tal y cómo hacen los japoneses! Aparte de los baños, también hay una zona de descanso, un restaurante y, claro, una tienda de helados.
Tras relajarte con esta experiencia onsen, tendrás las pilas cargadas para disfrutar de los aspectos artísticos de la ciudad. Para un amante del arte, Hakone abarca muchos museos interesantes.
Museos en Hakone
El Hakone Museum of Art fue una sorpresa para mí. Conocido por su jardín tradicional japonés de musgo, paseamos por este sitio exuberante disfrutando de un momento de serenidad y calma. El museo incluye una exhibición de cerámica antigua japonesa del período Edo y Jomon (14.000-300 a.C). También ofrece una notable colección permanente junto una exhibición especial que va cambiando.
Después de esta inmersión en el arte tradicional japonés, descubre el arte moderno del Hakone Open Air Museum. Establecido en 1969, es un museo dedicado a esculturas al aire libre en Japón. El sitio tiene unos 70.000 metros cuadrados, enmarcado por las montañas. La colección permanente incluye obras de Rodin, Henry Moore y Picasso. El museo alberga también colecciones temporales de todo el mundo.
Mi favorita fue Symphonic Sculpture, dentro del cual puedes subir una larga escalera de caracol rodeada de vidrieras que cambia de color según la intensidad de la luz solar. ¡Parece que estemos dentro de un caleidoscopio!
Para los viajantes con niños pequeños, visitad la escultura de Toshiko Horiuchi MacAdam, la cual esta construida con madera y tiene una gigante estructura para escalar, tejido a partir de cuerdas de colores brillantes. Prepara tu cámara para capturar la felicidad de tus hijos mientras juegan con esta estructura única. ¡Un país de las maravillas para ellos!
La escultura Symphonic Sculpture Para los viajantes con niños pequeños, visitad la escultura de Toshiko Horiuchi MacAdam.
Owakudani y el lago Ashi
Ninguna visita a Hakone puede terminase antes de vivir la experiencia en una de las maravillas más potentes de la naturaleza, un volcán. En Owakudani podrás disfrutar no solamente de una sorprendente vista del Lago Ashi, también podrás oler los vapores de sulfato del Monte Hakone, ver el agua en ebullición levantando vapor, y maravillarse con el entorno expuesto hace más de 3.000 años cuando el volcán tuvo su última gran erupción. Owakudani es accesible a través del Hakone Ropeway desde la parada de Togendai, un viaje que ofrece unas vistas 360º impresionantes.
No te olvides de probar el kuro-tamago en Owakudani, un huevo hervido en las fuentes termales del volcán. El sulfato del agua convierte las cáscaras en un color negro como el carbón y son exclusivos de allí. Los locales dicen que si te comes un kuro-tamago, te añades 7 años de vida. Después de disfrutar de las vistas del lago Ashi desde arriba, descendemos del humeante volcán hasta el aire fresco del Hakone Sightseeing Cruise, otro símbolo del lugar.
Haz el crucero a través del lago dentro de un barco pirata y disfruta de los 40 minutos de brisa con las vistas panorámicas y siente el viento refrescante aire en tu cara. Si tienes buena suerte, vas a poder ver las mejores vistas de Monte Fuji mientras surcas por las aguas del lago Ashi. Desde el barco, observa el icónico santuario de Hakone, conocido por su impresionante torii rojo que se alza desde el lago.
Bájate Moto Hakone Port y dirígete al santuario, que está a 15 minutos a pie. Tendrás que subir unas cuantas escaleras, alineadas con de enormes cedros, antes de llegar al edificio principal construido en el profundo bosque. Durante más de 1250 años, el santuario de Hakone está dedicado al Hakone Okami (Dioses), que se conocen como Ninigi-no-Mikoto, Konohanasakuya-hime y Hoori-no-Mikoto. Antes de irte, visita el borde del lago para ver la misteriosa atmósfera que emana el torii, que parece que esté flotando en la superficie del lago.
Después de vivir este día tan intenso, es hora de retirarse en uno de los lujosos hoteles por una noche en Hakone.
Hotel en Hakone
El Odayku Highland Hotel, ubicado en una zona conveniente de Hakone, también tiene acceso directo con autobús desde Shinjuku.
Esta espaciosa propiedad está rodeada de grandes jardines, como solía ser cuando funcionaba como residencia familiar.En invierno, probablemente podrás disfrutar de la vista desde los grandes ventanales de la sala de estar mientras te relajas con una bebida caliente. El hotel está equipado con un spa y baños públicos, una tienda de productos locales e incluso encontrarás una pequeña biblioteca.
Las espaciosas habitaciones tienen una magnífica vista del jardín. Si dormir de la forma japonesa no es para ti, puedes obtener una habitación con camas de estilo occidental al Hotel Highland. Un detalle interesante: la refrescante agua del grifo proviene directamente de las fuentes termales de las montañas justo abajo del hotel. Los baños públicos también están suministrados por aguas termales locales, así que sí hueles un poco a sulfato en el agua del baño, relájate y ¡disfruta de sus propiedades terapéuticas!
Para cenar, puedes comer al restaurante francés La Forêt, en una espaciosa sala elegantemente decorada con tonos azules y dorados.
El servicio era «estilo clásico francés»; el personal era muy atento y estaba a disposición para todo aquello que hacía falta, explicando el menú mientras iba llegando. En el menú, se utilizan ingredientes de alta gama, inspirados en la cocina franco-japonesa como vieiras con salsa de vino blanco o terrina con salsa de trufa. Si buscas un buen vino francés para complementar tu comida, puedes tener uno aquí, así como los favoritos autóctonos como el vino de Kobe.
El «menú principal» nos permitió probar distintos sabores, e incluso fue adaptado para mi compañero vegetariano.