Skip to main content

Cuando planeamos un viaje a Japón, muchas veces nos sentimos tentados a visitar el trío de Kansai: Kioto, Osaka y Nara. Pero, ¿qué te parecería viajar por otros lugares cautivadores fuera de esta ruta, como la ciudad de Iga?

La historia japonesa conoce muy bien a los ninjas de Iga. Fue en este pueblo, ubicado al noroeste de la prefectura de Mie, donde nació el ninjutsu que imparte la escuela Iga-Ryu. Esta es una de las razones por las que hoy en día es un destino tan popular entre los japoneses de todas las edades, además de ser fácilmente accesible desde las estaciones de Kioto y Osaka. Una excursión a Iga ofrece la oportunidad de visitar multitud de lugares históricos, como el castillo de Iga-Ueno y el monumento al poeta Basho, o aventurarse en la naturaleza circundante desviándose, por ejemplo, hacia las maravillosas cascadas de Akame.

El parque Ueno

La ciudad de Iga nació en 2004 con la fusión de la ciudad de Ueno con otros 5 pueblos vecinos. Hoy en día, la ciudad se llama oficialmente Iga, en referencia a la antigua provincia del mismo nombre. Pero algunos lugares, como el castillo, llevan el nombre de Iga-Ueno. Dependiendo de cuándo se mencione o de dónde se esté visitando, la ciudad puede recibir estos tres nombres (Iga, Ueno e Iga-Ueno).

Vista de un parque durante el otoño en Iga
Vista del parque y el monumento a Haiseiden desde el castillo de Iga-Ueno.

El parque Ueno (上野公園) está ubicado en el corazón de la ciudad. Allí encontrarás, entre otras cosas, los puntos de visita obligada de la ciudad como el Museo Ninja Iga-Ryu, el castillo Iga-Ueno y el monumento Haiseiden dedicado al poeta Basho. Está muy cerca de la estación Uenoshi por donde pasa el ferrocarril Iga (accesible desde la estación Iga-Kambe, a la que llega la línea Kintetsu desde Osaka). Pero ese día, elegí conducir hasta allí para ahorrarme tiempo para visitar Akame por la tarde.

Toriis rojos y niños con gorras amarillas en el fondo
Con gorras amarillas, un grupo de escolares se dirigía, como yo, al museo ninja.

Resérvate toda una mañana para ver el parque entero, ya que el tiempo pasa volando cuando visitas sus diferentes lugares. Personalmente, también me encantó poder caminar tranquilamente por el bosque del parque y aprovechar el buen clima de los primeros días de otoño.

El Museo Ninja Iga-Ryu

Si bien se han otorgado poderes mágicos a los ninjas, en realidad eran mercenarios rigurosamente entrenados que lucharon en múltiples lugares de Japón. En la provincia de Iga, un grupo de ninjas resistió durante mucho tiempo a los poderosos señores de la guerra que querían someter la región. Por esa razón hoy existe un museo allí. Más allá del folclore que envuelve a estos personajes, el Museo Ninja Iga-Ryu (伊賀流忍者博物館) muestra en detalle las prácticas y enseñanzas que se les enseñaron a los ninjas, llamados ninjutsu, dentro de la escuela Iga-Ryu.

Ropa expuesta en el museo de los ninjas
Parte del museo está en el sótano y la entrada está detrás de la casa.

En primer lugar, el museo ofrece una exposición que muestra la historia de la escuela Iga-Ryu en el contexto de la época. Se pueden observar varios centenares de objetos, armas y vestimentas, puestos en situación por vídeos o textos, para descubrir en qué consista la enseñanza del ninjutsu.

A continuación, puedes visitar una casa donde vivían los ninjas, que contiene varias trampas y escondites. Como el ninjutsu es, entre otras cosas, el arte de hacerse invisible, los ninjas eran capaces de utilizar su creatividad para desaparecer en caso de ataque, incluso dentro de su propio hogar.

Un butsudan con un escondite secreto
En esta casa, el butsudan no sirve solamente para meditar, sino también para escapar discretamente en caso de peligro.

Para finalizar la visita, el museo ofrece un espectáculo que tiene lugar entre una y cuatro veces al día. Durante el número, los actores hacen demostraciones y recrean los trucos de disfraces que permitían a los ninjas camuflarse entre la multitud. Por ejemplo, verás a una mujer cuyo paraguas resulta ser mucho más mortífero de lo que parece, o a un flautista que no está dispuesto a entretenerte con una dulce melodía…

Los actores representando a ninjas mientras hacen acrobacias
Durante el espectáculo, los actores realizan todo tipo de acrobacias para ilustrar sus palabras.

El memorial a Haiseiden

Muy cerca del museo hay un edificio con un llamativo tejado redondo asomándose entre los pinos. Se trata del Memorial a Haiseiden (俳聖殿), construido para conmemorar el 300 aniversario del nacimiento del poeta viajero Matsuo Basho. De hecho, el famoso poeta, considerado uno de los padres del haiku, nació en 1644 a unos diez minutos de ese emplazamiento. Se llamaba Haisei, aunque es conocido mundialmente por su seudónimo Basho. 

El momumento memorial en Iga
El techo del monumento que recuerda la silueta del poeta viajero se asoma tras los pinos y el momiji.

Se dice que el techo del edificio tiene forma de paraguas para proteger al poeta y que el resto de la arquitectura recuerdan a sus trajes. Al acercarte a las puertas de madera perforada, podrás ver una estatua del poeta y juzgar la comparación por ti mismo. El edificio está rodeado de momiji, pero ese día, 1 de noviembre, los árboles no se habían pintado aún con los colores del otoño.

El castillo de Iga-Ueno

Aunque ahora se llama «castillo de Iga-Ueno» (伊賀上野城), originalmente era el castillo de Ueno (上野城, Ueno-jo), también conocido como castillo de Hakuho (白鳳城, Hakuho-jo), que significa «fénix blanco», en referencia a su arquitectura y sus muros inmaculados. Se construyó por primera vez en el siglo XVI y se amplió durante el siglo XVII, adquiriendo altos muros de piedra de más de 30 metros que se pueden ver desde el exterior del parque. Estos muros siguen siendo uno de los más altos del país.

Poco después, una tormenta derribó el torreón, que no fue reconstruido entonces. Como la situación política del país era más estable en ese momento, una mazmorra no parecía tan necesaria como antes. No fue hasta más de tres siglos después, en 1935, cuando se recaudaron fondos para su reconstrucción. Y mientras la mayoría de los castillos japoneses renovados en los tiempos modernos están construidos en hormigón, el torreón del castillo de Iga-Ueno fue reconstruido enteramente en madera, lo que lo convierte en uno de los castillos japoneses más bellos y auténticos que se pueden visitar.

Elegí empezar mi visita por el exterior y recorrer las murallas para impresionarme por su tamaño, imaginándome como lo harían los visitantes de la época. De vuelta al parque, comencé a subir las escaleras hacia el bosque y, al cabo de unos minutos, la reconocible fachada del castillo se alzaba tras los árboles. 

El «fénix blanco» reina orgulloso en el parque Ueno.

Para llegar al castillo, tuve que subir los imponentes escalones de piedra de la entrada. Mientras observaba los cerezos junto a la escalera, imaginé el rosa pálido de las flores mezclándose con el gris de las piedras y el blanco de las paredes en primavera. 

Una vez arriba, entré en el torreón que albergaba la parte del museo del castillo. Los techos de madera maciza crean un ambiente cálido y auténtico. Cientos de objetos que pertenecieron a los habitantes del castillo están expuestos en dos plantas. La amplia colección abarca desde armaduras y accesorios de batalla hasta arte y objetos cotidianos. Entre los biombos dorados y las cómodas lacadas, observé la presencia repetitiva del mismo emblema de la flor de paulownia. Podría haber pasado horas observando la delicadeza y la calidad de cada una de estas antigüedades.

En la tercera planta, desde las ventanas podrás tener unas impresionantes vistas del parque, la ciudad de Iga y las montañas de la región que se extienden hasta donde alcanza la vista.

Las 48 cascadas de Akame

Me fui de la ciudad de Iga para ir a Akame, situada a poco más de treinta kilómetros al sur. La montaña de Akame se utilizaba como campo de entrenamiento para los ninjas Iga-Ryu, y es allí donde se encuentra el sendero de las 48 cascadas, que ofrece una magnífica y corta caminata a lo largo del río Taki. La denominación «corta» la atribuyo a que se puede hacer en menos de dos horas y es muy adecuado para niños y excursionistas menos experimentados. 

Durante los últimos 15 minutos de la caminata, antes de subir a las 48 cascadas de Akame (赤目四十八滝), pasarás por muchas atracciones con temática ninja, algunas de las cuales incluso ofrecen probar un entrenamiento ninja. Yo no me detuve porque ese día oscurecía muy rápido en el bosque y quería asegurarme de tener suficiente luz para observar las cascadas.

Al final del camino está la entrada a las cascadas. Tras pasar por la entrada, atravesé la «sala de las salamandras», un acuario que alberga enormes salamandras, una de las especies más grandes de Japón. Estas mismas criaturas viven en el río Taki, pero no son visibles durante el día.

El toro de los ojos rojos

El nombre Akame significa «ojos rojos». Este nombre hace referencia a un episodio de la mitología japonesa. Se dice que el fundador del shugendo, En no Goya, estaba cerca de las cataratas cuando se encontró cara a cara con la deidad Fudo Myoo montada en un toro de ojos rojos.

El toro de ojos rojos en Akame
En medio de las cascadas también te encontrarás con el toro de ojos rojos montado por Fudo Myoo.

Más allá de la belleza del lugar, Akame también está profundamente ligado a antiguas creencias. Por ejemplo, el número de cascadas no es realmente 48 y algunos creen que la elección de este número proviene de las creencias budistas, en referencia a los 48 votos de Buda. Pero no te preocupes, de todos modos, ¡seguro que hay 23 cascadas para ver en el camino!

Siempre más alto, siempre más bello

En la primera parte del paseo, el río está decorado con muchas lámparas de bambú. El personal me aconsejó que me tomara mi tiempo para que estuvieran iluminados cuando pasara de nuevo por allí a la vuelta.

A medida que subía por el río, el paisaje se volvía cada vez más salvaje. Cada cascada era más bella que la anterior. Todas tienen nombres que las describen, como la cascada Fudodaki, «la cascada tranquila» (aunque probablemente deba su nombre a la deidad Fudo Myoo), Senjudaki, «la cascada de las mil manos», o mi favorita, Nunobikidaki, «la cascada de la tela». Esta última parece realmente un tejido de seda suave y brillante que fluye sobre las piedras.

Mientras admiraba la hipnotizante belleza natural de este lugar, pensé que era lógico que cualquier persona de antaño asociase este paraje con alguna de sus creencias. Y tanto si uno abraza estas creencias como si no, este sitio tenía una atmósfera muy fuerte, y las cascadas parecían obras de arte naturales que un coleccionista había reunido allí.

La cascada Nunobikidaki, la última de la ruta
La cascada Nunobikidaki, de 30 metros de altura, te espera en la meta.

Eran las 16:30 cuando llegué a la última cascada Nunobikidaki y el bosque ya había oscurecido. En el camino de vuelta, las linternas iluminaban el río. Detrás de mí, el personal cerró el paso y me explicó que después de esta hora cerraban el acceso a las cascadas que no están iluminadas. Menos mal que no me entretuve al llegar, porque me habría perdido la parte más bonita de la excursión.

Información práctica

Es fácil llegar a Iga desde Kioto, Osaka y Nagoya, tanto en tren como en coche.

Cómo llegar al Parque de Ueno

La estación más cercana es la de Uenoshi del ferrocarril de Iga, a la que se puede acceder desde la estación de Iga-Kambe a través de la línea Kintetsu. Está a unas 2 horas de las estaciones de Kioto, Osaka o Nagoya. Si prefieres viajar en coche desde una de estas ciudades tardarás una hora y media.

Encontrarás información detallada sobre el Museo Ninja Iga-Ryu en su página web en inglés o francés, que también incluye los horarios de las demostraciones de ninjustu (en inglés). También puedes visitar la página del castillo de Iga-Ueno para obtener más información (en inglés).

Cómo llegar a las 48 cascadas de Akame

Desde la estación de Uenoshi, toma la línea Kintetsu hasta la estación de Akameguchi. A continuación, toma el autobús 11 a 赤目滝 (cascadas de Akametaki /Akame) durante 10 minutos. Se tarda aproximadamente 1 hora y media en tren o autobús y unos 45 minutos en coche. En esta ruta no hay autopista.

Para más información visita la página web de las 48 cascadas de Akame (en inglés).

Iga y sus alrededores ofrecen tanto para ver y aprender que si lo eliges como destino, tendrás un viaje emocionante. La riqueza de los lugares históricos se complementa con la belleza de la naturaleza que los rodea. Yo recomiendo este destino a todos los viajeros que deseen descubrir Japón fuera de los caminos habituales, ya sea solos o en familia.

Artículo patrocinado por la prefectura de Mie
Traducido por Maria Peñascal Felís

Clémentine Sandner

Clémentine Sandner

Designeuse d’origine française, installée au Japon depuis 2014. Venue dans l'idée de passer un an à Tokyo... je ne suis jamais repartie depuis ! Je me suis vite passionnée pour les textiles traditionnels japonais, et la beauté des paysages m'émerveille encore chaque jour. Après avoir vécu à Tokyo, Osaka et Miyazaki, je vis maintenant à Arashiyama, à Kyoto. Quand je ne suis pas derrière ma machine à coudre, j’aime prendre la route et parcourir la région à la découverte de l’artisanat local et autres trésors cachés.

www.mikanbags.com

Deje un comentario