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Una de las razones por las cuales he elegido Tokio como mi hogar en Japón es por la gran variedad de barrios que hay. Cualquiera puede encontrar un Tokio a su medida: desde los más alternativos hasta los más clásicos, pasando por los más frikies y los más europeos. Y cuando visité Kagurazaka 神楽坂, me di cuenta de que era un barrio ideal para los amantes de lo tradicionalmente japonés y de la tranquilidad en medio del bullicio, pero con una pizca de elegancia y un toque europeo.

Situada en el conocido barrio de Shinjuku, justo al lado del antiguo foso del castillo Edo, vamos a explorar Kagurazaka, uno de los lugares aún privilegiados por la presencia de geishas y de muchos restaurantes tradicionales japoneses.

Breve historia de Kagurazaka: un mundo de geishas 

Durante el periodo Edo (1603-1868), Kagurazaka estaba dentro de la zona conocida como Ushigome 牛込, con una ubicación excepcional en una pendiente cerca del Palacio Imperial. A finales de dicho periodo, floreció como un distrito de geishas que, junto a los barrios de Akasaka, Asakusa, Shimbashi, Yoshicho y Mukojimaa, fueron eventualmente conocidos como Tokyo Rokkagai, o los Seis distritos de entretenimiento de Tokyo.

La cuesta de Kagurazaka en el siglo XIX, con vistas a la puerta del palacio imperial de Utagawa Hiroshige

El periodo Meiji fue una época de gran esplendor para Kagurazaka como barrio rojo y zona de comerciantes, con cientos de geishas y una gran cantidad de restaurantes japoneses y casas de té. Y tras el gran incendio de Tokio en 1923, este barrio se hizo aún más popular, por ser uno de los lugares que se salvó de las llamas. 

Pero desde finales del periodo Showa, el número de geishas ha ido disminuyendo paulatinamente hasta el punto de contar solamente con unas 30 geishas en la actualidad, a pesar de lo cual Kagurazaka sigue siendo considerada como un hanamachi 花街 (distrito de geisha). En los restaurantes kappo 割烹 de la zona es donde es posible disfrutar de sus servicios.

¿Qué ver en Kagurazaka?

Llegando a Kagurazaka desde la estación de Idabashi, tendrás que cruzar el puente Ushigome. Allí verás el paisaje urbano con los restos del foso del castillo Edo y las vías del tren rodeado de árboles. Tras cruzar el puente, puedes disfrutar de estas vistas desde el Canal Café, una cafetería-restaurante con encanto. Tanto de día como de noche, es un buen lugar para descansar.

Al pasar el puente Ushigome por completo te encontrarás con la Avenida de Kagurazaka, una calle cuesta arriba con varias tiendas y restaurantes. A medida que vas subiendo, te darás cuenta de que desde esta calle principal podrás acceder a varias calles laterales. Algunas de ellas te transportarán a un Japón más antiguo y te recordarán al barrio de Gion en Kioto: ¡te damos la bienvenida al hanamachi de Kagurazaka! 

Las calles con encanto de Kagurazaka

Te recomiendo empezar tu viaje al pasado de Kagurazaka por Atamiyu Onsen 銭湯, el baño público de la zona donde solían ir las geishas y que actualmente sigue ofreciendo baños relajados a cualquier persona que lo desee con vistas a un mural del Monte Fuji. Incluso vale la pena visitar el edificio por fuera, ya que evoca la nostalgia de años pasados. 

Una vez allí, puedes pasar por un callejón muy estrecho (presta atención, ¡yo me lo pasé!) que te llevará a Kenban-Yokocho 見番横丁, una calle con varios centros para aprender el arte de ser geisha y se dice que se puede escuchar el sonido de un shamisen. Yo no escuché ninguno, pero sí que pude ver una aprendiz de geisha dirigiéndose a una de estas casas.

Después de ver esta calle, puedes pasarte por el Zenkoku-ji 善國寺, un antiguo templo que es bastante representativo de la zona de Kagurazaka. Allí habrás vuelto en la Avenida de Kagurazaka y si la cruzas, verás otra calle estrecha. Cuando pases por ella, notarás como te transportas al pasado, puesto que entrarás en la zona con más callejones con encanto, empezando con el Suiseki Yokocho 酔石横丁, dónde hay una casa antigua que me llamó especialmente la atención. 

Sigue todo recto para llegar al Hyogo Yokocho 兵庫横丁, con su calle empedrada, restaurantes tradicionales y mucha calma. Cuando llegues al final, tira hacia la derecha y empieza a pasear por esta zona repleta de restaurantes de todo tipo, incluyendo restaurantes tradicionales japoneses ryotei, que ofrecen comida kaiseki y donde suelen trabajar las geishas de la zona. 

A tan solo unos minutos encontrarás el Kakurenbo Yokocho かくれんぼ横丁, la calle del escondite, que le debe su nombre a sus calles serpenteantes. Disfruta de los detalles que reflejan el pasado de la zona como sus edificios antiguos. ¡Piensa que sigues estando en Shinjuku, el barrio conocido por sus neones y su actividad frenética! Termina tu recorrido por el pasado de Tokio en la Geisha Shindo 芸者新路, una calle donde antiguamente pasaban muchas geishas.

Tiendas en Kagurazaka

¿Quieres comprar objetos tradicionales en Tokio, pero no quieres ir a los barrios más turísticos como Asakusa o Shibuya? La Avenida de Kagurazaka es ideal para ti. Si estás buscando comprar comida, tienes tiendas tradicionales japonesas como Kaikatei Porta Kagurazaka

Si prefieres objetos típicos japoneses, puedes ir a la tienda Noren Kagurazaka con productos de estilo japonés, Toujien 陶柿園 para todo tipo de cerámica japonesa, Miyasaka 宮坂金物店 para papelería clásica y MAKANAI para cosméticos japoneses. Te recomiendo parar en la peculiar tienda de The Story of Europe 欧州航路 神楽坂店, con curiosos productos europeos. A me hizo mucha gracia encontrar unas tote bags con la receta de las patatas bravas, la sangría y la paella. ¡Como en casa!

El «pequeño París» de Japón

Quizás te sorprende este título: ¿no estábamos hablando de geishas, comida japonesa y un barrio muy tradicional? Sí, amigo lector, así es. Pero la magia y el encanto de este barrio que lo hace único es la mezcla tan peculiar de lo moderno y lo tradicional. Puede sonar a cliché, pero a mí me llamó especialmente la atención que pudieran convivir estos dos mundos en la misma zona.

Y es que Kagurazaka tiene una gran influencia europea y sobre todo francesa, con la Escuela Internacional Franco-japonesa y el Lycée Français de Tokio, ubicados en la zona. Es por eso que allí podrás ver una gran variedad de pastelerías francesas y restaurantes franceses. Yo fui a La Bretagne Creperie, en el Suiseki Yokocho, donde podrás comer unas crepes y galettes. Además, justo al lado del restaurante hay una tienda con productos franceses. Un viaje exprés a Francia sin salir de Tokio.

Festival de verano en Kagurazaka

Si visitas Kagurazaka el cuarto viernes y sábado de julio podrás presenciar el Kagurazaka Awa Odori, donde podrás ver a varios grupos bailando este tipo de danza procedente de la prefectura Tokushima por las calles de este pintoresco barrio. Es otro de los grandes festivales de Awa Odori en Tokio, pero suele ser más familiar y menos multitudinario que el festival de Koenji. Durante esa semana, también podrás disfrutar del ambiente festivo y probar las comidas típicas de las ferias japonesas. 

¿Cómo llegar a Kagurazaka?

Es una zona muy bien comunicada con trenes: puedes tomar la línea JR Chuo Sobu, la línea Oedo, la línea Namboku, la línea Tozai y la línea Yurakucho en la estación Idabashi.

Después de todo esto, ya tienes un plan ideal para disfrutar de una de las zonas más interesantes y desconocidas de Shinjuku. Kagurazaka te espera con su enigmático pasado con geishas y su presente multicultural. Y si quieres ver más barrios en Tokio que no son tan conocidos, no te pierdas nuestros artículos de Oji o Asagaya.

Maria Peñascal

Maria Peñascal

Cuando era una niña, soñaba con el país del sol naciente. Así pues, un día, decidí mudarme a Japón para experimentar el país de primera mano. Actualmente, vivo entre España y Japón, y estoy dispuesta a compartir su cultura a través de mi fotografía y escritura.