Quizás el título te haya confundido un poco, ya que puede ser que te preguntes «¿pero, qué es un onsen?» Cuando organizaste tu viaje a Japón probablemente te recomendaron una de las experiencias más tradicionales que puedes vivir en el archipiélago nipón: utilizar los servicios de los baños públicos japoneses.
¿Qué es un onsen?
Cuando hablo de baño, no me refiero a los lavabos que puedes hallar en las estaciones de tren o en los centros comerciales, sino a locales absolutamente tradicionales donde puedes darte una revitalizante ducha y, luego, disfrutar de las cálidas temperaturas de las aguas de las piscinas creadas para relajarse tras un arduo día de trabajo.
Cuando el agua caliente de estas piletas es de origen natural (geotermal) es cuando reciben el nombre de onsen. Y cuando el agua se calienta mediante calderas (o a leña en los casos más tradicionales) se denomina sento. Dependiendo de la ciudad que visites encontrarás más de uno o del otro, pero en las metrópolis siempre hay más sento, y en las áreas más rurales y turísticas hallaras más onsen. Hasta en ocasiones encontrarás todo un complejo construido alrededor de estas fuentes naturales de aguas termales.
Teniendo en cuenta la configuración montañosa de Japón, dichas termas (como se denominan en otros países) abundan, por lo que los habitantes podían disfrutan de los beneficios de estas aguas (que contienen sales y minerales únicos). En tiempos modernos, dichos lugares, que se habían transformado con el paso del tiempo en centros de reunión e intercambio social, comenzaron a escasear, ya que la gente prefería bañarse en la privacidad de sus hogares.
Hoy en día solo quedan alrededor de 3000 de los muchísimos que en épocas pasadas poblaban los rincones de cualquier conglomerado de ciudadanos. Es cierto que los onsen más hermosos siguen operando, aunque se han convertido es especies de hoteles que ofrecen una experiencia más turística que otra cosa. Tras esta introducción, que espero haya aumentado tus deseos de visitar un onsen o sento, tenemos que tener en cuenta algo de preponderante importancia: la etiqueta que se espera de los visitantes en este tipo de establecimientos.
Manual de etiqueta del onsen
Como son lugares muy tradicionales, probablemente no habrá señalizaciones sobre qué hacer y qué no, ya que no son lugares técnicamente pensados para turistas (en especial los que se encuentran en zonas urbanas), por lo que te presento algunas reglas básicas generales. Antes de comenzar con ellas, es bueno saber que algunos establecimientos no se sienten cómodos dejando ingresar a sus instalaciones a personas con tatuajes, por lo que es bueno estar preparado para un rechazo si tu diseño es muy grande o con temáticas tabú en la sociedad japonesa.
Para reconocer estos locales verás, en la entrada, una cortina de mediana longitud con el símbolo especifico ゆ o ♨, que significa «agua caliente». Los baños están separados por sexos, así que en la entrada en la que dejas tu calzado (zona denominada genkan) existen unas taquillas que te separarán de tus acompañantes de otro género. En algunos onsen con la configuración de hotel antes mencionada tendrás la opción de alquilar un baño privado que podrás compartir con quien desees. Al entrar verás un mostrador elevado donde pagarás por el uso del sento (460 yenes, aproximadamente), y allí podrás adquirir los elementos que no hayas llevado (se utiliza una toalla pequeña para frotarse el cuerpo en lugar de una esponja). Luego cruzas otro umbral y allí están los cambiadores donde dejarás tus pertenencias y tu indumentaria.
Es importante entender que dentro de los onsen se está absolutamente desnudo, aunque con la pequeña toalla que te higienizas es buena costumbre taparse las zonas genitales, por lo que, para algunos turistas, es una experiencia un poco desafiante. Una vez dentro de los baños, lo primero que debes hacer y sin excepción es bañarte en las duchas, que te parecerán muy bajas en altura, pero que están ideadas para tomar sentados en unos banquitos de plástico que se depositan junto a los grifos. Al entrar a las piscinas de agua caliente uno debe estar limpio, ya que los comparten varias personas. Por ello, la toalla con la que te frotas no debe tocar el agua de las piletas, y tampoco debe quedar en tu cuerpo ningún rastro de jabón o espuma del champú. En algunos onsen existen piletas de agua fría para que rotes entre las dos temperaturas y beneficies tu sistema circulatorio y cardíaco.
De manera complementaria, algunos sento poseen saunas secas y húmedas para sumar a la relajante experiencia. Si tras utilizarlos deseas volver a las tinas, por favor, date una nueva ducha para no mezclar tu sudor con el agua. Una vez fuera del área de piscinas y duchas (deberás secarte bien para no humedecer el suelo del vestuario, que es de un material llamado tatami), en ocasiones podrás utilizar sillones masajeadores por una pequeña suma de dinero, y también refrescarte con bebidas y snacks variados.
Ahora que conoces la metodología y los comportamientos correctos para visitar uno de estos baños, espero que no te pierdas esta oportunidad única de experimentar una práctica que, lentamente, comienza a desaparecer en el archipiélago nipón. ¡Que lo disfrutes!