Dormir en un ryokan con onsen privado es una de las experiencias que deberías probar al menos una vez en tu viaje a Japón. Y sin lugar a dudas, dormir una noche en el ryokan con onsen Tensui en Hita , Oita, Japón es toda una vivencia inigualable.
Desde el momento que llegas hasta el momento que te vas, tu experiencia es una completa inmersión con la vegetación, los onsens, la habitación, la comida y la atención por parte de los trabajadores. Es todo un desfile sensaciones positivas que van pasando uno tras otro.
El ryokan con Onsen Tensui
Este ryokan con 19 habitaciones tiene un servicio destacable. Cuando llegué a la estación de Amagase, un coche me estaba esperando para ir hasta el hotel. Tensui está ubicado entre varias montañas, y la única forma de llegar es en transporte privado.
Una vez allí me ayudaron con la maleta y me guiaron hasta la entrada. Está muy bien camuflado entre la vegetación del entorno. Antes de llegar a la puerta del hotel hay una tienda de souvenirs. ¡Te recomiendo los manju (饅頭 – un postre de arroz) de yuzu (柚子)!
Ya hecho el check in, me dieron un pequeño aperitivo en el restaurante. Allí me fijé en la construcción del hotel: muchos elementos de madera y ciertas partes que conserva la roca de la propia montaña. Además está estratégicamente construido al lado del Río Goraku y se puede escuchar la Cascada Sakura desde algunas habitaciones.
La magnífica habitación
Al abrir la puerta de mi habitación tuve que sacarme mis zapatos, ya que en este tipo de alojamientos tradicionales japoneses tienes que seguir las mismas normas que en una casa japonesa: no pisar el suelo de la habitación con los mismos zapatos que usas en la calle y usar unas zapatillas especiales para entrar dentro del WC.
Hablando del baño, una anotación: ¡no hay duchas en las habitaciones! Para bañarte tienes que ir a los baños públicos, que voy a mencionar más adelante.
La habitación estaba dividida en dos partes: la antecámara con un sofá y un brasero pequeño y la habitación principal con tatami (畳 – un suelo tradicional japonés más blando) perfecto para ir descalzo. Otra razón más para no pisar la habitación con zapatos.
El brasero de la antecámara. La vista de la habitación principal desde la antecámara.
Además, la habitación principal era multiusos: comedor por la mañana y dormitorio por la noche. La cama es un futon (布団 – el colchón típico japonés que se estira en el suelo), que está guardado en uno de los armarios de la habitación. Antes de ir a dormir, uno de los camareros te lo preparará. Por la mañana, la misma persona te lo guardará para que puedas disfrutar de la habitación como sala de estar. ¡Todo un lujo!
Otro detalle estaba en el armario: ¡un yukata! Es una prenda de algodón muy cómoda, parecida al kimono, pero más sencillo de poner. En muchos ryokans lo ofrecen como prenda para andar cómodamente por las instalaciones del hotel. Al tener aguas termales cerca, es algo práctico para ponerse y quitarse las veces que haga falta. En invierno también te ofrecen un tanzen (una chaqueta para llevar encima del yukata). Así puedes salir al exterior sin pasar frío.
Los onsens privados del ryokan
Tras acomodarme en la habitación, me vestí con el yukata y me fui a pasear por los exteriores del recinto para llegar a los onsens privados. El paseo es corto pero intenso, con una naturaleza abundante: árboles, musgo, agua, piedras,… todo de ensueño. Yo lo visité en invierno y tenía un encanto al estilo de la escenografía de las películas de Tim Burton.
En total, hay cinco onsen privados que puedes reservar de forma gratuita. En realidad, estos se llaman rotenburo (露天風呂), ya que están al aire libre. Tienes 90 minutos para disfrutar de tu espacio privado rodeado de naturaleza. Yo tuve la oportunidad de visitar tres de los onsen y utilizar uno.
Mi turno fue a las 6 de la tarde. Ya había anochecido y la temperatura exterior era de dos grados. Entré casi a oscuras en una de las salas y cuando abrí la luz, vi ese espacio tan relajante pero… ¡tan frío! ¿Me atrevería a sacarme el yukata?
Tengo que confesar que me costó mucho. Pero tras un golpe de decisión, me saqué rápidamente la ropa y me mojé con agua. Es obligatorio asearte antes de entrar dentro del baño, ya que el agua del onsen es pura y tiene que mantenerse así.
En realidad, mojarme antes en la ducha me ayudó a calentar mi cuerpo. Seguidamente, entré lentamente al onsen. El agua estaba muy caliente pero hacía tanto frío que daba placer. Allí estuve unos 20 minutos y mi cuerpo lo agradeció, ya que el cambio de temperatura relajó mis músculos. Se podía contemplar el río y aparte del murmuro del agua, había mucho silencio.
Los onsens públicos del ryokan
El ryokan Tensui también tienen espacios públicos con aguas termales. Hay tres: dos al aire libre, donde en uno de ellos puedes ver la cascada Sakura, y uno cerrado.
¿Cómo utilizar los baños públicos?
Normalmente, los baños públicos en Japón están divididos entre hombres y mujeres. Primero, tienes que hacerte un baño con jabón. Después, una vez limpio y mojado puedes entrar dentro del onsen. Si no quieres ducharte antes, al menos tienes que mojarte antes de entrar por higiene, ya que es un espacio público.
Esto era un onsen privado. En el público ¡NO se pueden sacar fotografías!
Las normas de los onsens son claras: no bañarse con jabón en el interior, no meter ninguna toalla a dentro, tampoco ropa interior. El agua no puede tocar nada a excepción de tu piel. Y recordad, nada de fotografías en un espacio público, ¡está totalmente prohibido!
La cena del ryokan
Hay el mito que dice que las cenas de los ryokans son extensas,… y yo lo corroboré. La cena duró una hora y media. Yo estaba en mi habitación y me iban trayendo plato por plato, con la explicación de lo que iba a comer. El camarero fue un encanto y a pesar de su dificultad con el idioma, lo intentó hasta más no poder.
¡Creo que una imagen vale más que mil palabras así que aquí os dejo todos los platos que comí esa noche!
El desayuno en el ryokan
A las 8 de la mañana bajé al comedor para ver qué me esperaba de desayuno. Consistía en un buffet libre con huevo, natto ((納豆 – soja fermentada), ensalada y encurtidos. Al mismo tiempo, los camareros servían un surtido de platos tradicionales japoneses, sopa de miso y arroz. El plato estrella, un champiñón hecho en una pequeña parrilla de estilo japonés.
El precio del ryokan incluye una cena y el desayuno. Recordad que en muchos ryokans el precio de la estancia es por persona, no por habitación.
Un ryokan con encanto
Tuve la oportunidad de hablar un par de veces con el director del hotel y estaba muy interesado en saber cómo me sentía allí. Hicieron que pasase unas horas de relax, olvidando el mundo real. Así pues, mi respuesta a ese señor fue de agradecimiento por haber creado ese ryokan con onsen, un paraíso en la tierra.
Si quieres conocer más sobre la prefectura de Oita, te recomiendo los siguientes artículos:
– El pueblo samurai de Kitsuki y la península de Kunisaki
– La ciudad de Oita
– La ciudad onsen de Beppu
– La pequeña Kioto en Oita – Hita
¿Cómo llegar al ryokan Tensui, Oita, Japón?
Desde Tokio o Osaka, puedes tomar un avión hasta Fukuoka. Si tienes el JR Pass activo, también puedes tomar el tren bala. Desde Tokio son unas cinco horas y media y desde Osaka son 2 horas y media tomando Tokaido – Sanyo Shinkansen hasta la estación de Hakata.
Desde Fukuoka hasta Amagase hay 1 hora y media con autobús o tren. Desde la estación de Amagase puedes tomar el coche del ryokan. Tienes que confirmar tu viaje a través de este link.
Patrocinado por Turismo de Oita