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Con poco menos de 600 000 habitantes, la prefectura de Tottori se ubica en el número 47; es decir, última en el ranking de población. Y para ser sincero, tampoco se encuentra en un lugar de privilegio en el listado de destinos turísticos más conocidos, a pesar de su belleza.

 

Viaje en tren a Tottori

Desde que llegó a la plataforma de Osaka, el tren expreso Super Hakuto me pareció un poco «descuidado». Ya al arrancar, el motor comenzó a hacer un ruido molesto que duró todo el viaje, y tanto los asientos como el compartimento para poner la mochila estaban lejos de la pulcritud que caracteriza a los trenes en Japón. Sin embargo, el paisaje campestre que observaba a través de la espaciosa ventana me hacía olvidar del ruido y daba lugar a reflexiones sobre la vida en el campo, y la locura de la metrópolis.

Paisaje de Tottori desde el tren.

Vista desde el autobús llegando a las dunas. De camino a las Dunas de Tottori la belleza agreste nos recompensa durante el viaje.

 

Dunas de Tottori: donde se encuentran el mar y el desierto

Hay un punto de atracción único en Tottori, y este es el sitio obligatorio para visitar si se está cerca del área: las dunas de arena. Con más de treinta kilómetros cuadrados formando estas inmensas dunas, la primera impresión que uno siente al verlas es que esto no es Japón. O, como mínimo, que se está alejado de la concepción popular que hay sobre este país.

Dunas de arena de Tottori.

Las Dunas de Tottori nos dan las sensación de que ya no nos encontramos más en Japón, sino en un paisaje salido de las 1001 noches.

En mi caso, y aún lo sigo lamentando, llegué al mediodía cuando el calor se hace sentir bastante y, más importante todavía, las huellas de los turistas desdibujan las marcas creadas por el viento que le dan ese toque desértico al lugar. Es totalmente recomendable visitarlas durante las primeras horas de la mañana, cuando la experiencia puede ser más auténtica.

Pero hay muchas más actividades que pueden hacer de la visita a las dunas una experiencia realmente original. Como dar un paseo en camello, hacer parapente, sandboarding, o yoga. Todo esto mientras se contempla una fabulosa vista del Mar de Japón.

Dunas de arena y mar de Tottori.

Las Dunas de Tottori se extienden con una fabulosa vista del mar de Japón.

Dunas de arena y mar de Tottori.

Con más de treinta kilómetros cuadrados formando estas inmensas dunas, Tottori forma un paisaje de belleza natural única en Japón.

 

Esculturas de arena

Las dunas en sí valieron la pena recorrer, pero la grata sorpresa que me llevé fue el museo de arena. Ubicado muy cerca de las dunas, y exhibiendo esculturas hechas de arena misma por artistas de todo el mundo, es otro sitio de parada obligatoria. Aparentemente, cada año hay una temática distinta, y la que tuve la fortuna de observar durante mi visita fue la del Sudeste Asiático.

Esculturas de arena en el museo de Tottori.

El museo de arena ubicado muy cerca de las dunas de Tottori es una parada obligatoria para los turistas, pues constantemente cambian las temáticas de su exhibición.

Las reproducciones de Angkor Wat, algunos templos de Tailandia, el Borobudur y la ciudad de Hoi An fueron espectaculares y me llamaron la atención por sus laboriosos detalles. Según la página oficial del museo de arena, la exposición que se estará ofreciendo hasta enero de 2017 es Sudámerica. Así que, por la modesta suma de 600 yenes, ¡no te lo puedes perder!

Esculturas de arena en el museo de Tottori, Japón.

Por la modesta suma de 600 yenes, el museo de arena de Tottori ofrece un espectáculo de arte único en el mundo.

 

Cómo llegar a Tottori

Acceso a Tottori:
Desde la estación JR Osaka, se toma el Super hakuto que va directo hasta JR Tottori. Tarda dos horas y media, y cuesta 6470 yenes.

Acceso a las dunas:
Para llegar a las dunas (y al museo) desde la terminal de autobúses de JR Tottori, se debe tomar el autobus de la línea «Sakkyu sen» (砂丘線) en la plataforma 0, y bajarse en «Suna no bijutsukan mae» (砂の美術館前).
También es posible tomar un taxi desde la estación JR Tottori, y este puede ser conveniente si viajan tres o cuatro personas. Cuesta unos 2500 yenes el viaje de ida.

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Dario Imaz

Dario Imaz

Hace unos siete años arribé a tierras niponas con la ilusión de aprender más sobre su fascinante cultura, y ésta me cautivó de tal manera que decidí dejarlo todo e instalarme aquí definitivamente. En esta serie de encuentros no sólo voy a mostrarte algunos lugares recónditos y otros populares, sino también contarte historias y anécdotas relatadas desde el corazón de este maravilloso país. ¡Bienvenidos a Japón!

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