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Para una urbanita de piedra picada como servidora, Shinjuku se antoja como el más delicioso de los caos. Cuando visité por primera vez este barrio de Tokio, no entendía nada y me fascinaba todo: cruces de neones desordenados, los carteles que chillaban desde cada esquina, los callejones que parecen salidos de una película de ciencia ficción con resaca de neo noir. Naturalmente, visité los lugares que visita todo el mundo; Kabukicho, Golden Gai, el mirador del Gobierno Metropolitano, etc. Para muchos, ya es lo suficiente para conocer Shinjuku.

Hoy, años después y viviendo aquí, sigo sin entenderlo del todo, aunque no deje de deslumbrarme aún después de recorrerme todas sus esquinas. Pero hay otra cara que también me encanta: la que se esconde en las alturas, detrás de puertas anodinas o entre edificios que no gritan. Espacios tranquilos, con personalidad, que siguen en el centro de todo, pero se mueven a otro ritmo. Y confieso que me lo pensé dos veces antes de escribir esta guía, porque me cuesta un poco compartirlos.

Entiéndase: esta no es una lista de sitios secretos ni una guía para hipsters en busca de rarezas. Lo que quiero es invitaros a redescubrir lo cotidiano, a mirar hacia otro lado cuando el ruido parece decir por dónde ir. Todo lo que aparece aquí está al alcance de cualquier visitante, pero pocos se detienen. Si venís por primera vez y no os sobran los días, entenderé que no os salgáis de lo tópico, pero si podéis dedicar un poco más de tiempo, os invito a valorar Shinjuku más allá de la estridencia.

Tradición viva en Shinjuku

En un barrio que cambia de cara cada pocas manzanas, hay lugares que resisten sin hacer demasiado ruido. El teatro Suehirotei 新宿末廣亭, por ejemplo, lleva más de cien años (el edificio actual data de 1946) ofreciendo principalmente funciones de rakugo 落語, aunque en ocasiones también podemos encontrar actuaciones de música tradicional o manzai 漫才 en su agenda.

Suehirotei, teatro de rakugo en Shinjuku
La fachada de Suehirotei.

No esperéis de traducción ni grandes campañas para turistas: el público es mayoritariamente japonés, y eso es parte de su encanto. Si os decidís a entrar, aunque no entendáis lo que dicen, el ritmo, los silencios y las carcajadas bastan para saber que algo valioso sigue ocurriendo ahí dentro.

  • Suehirotei


    point of interest
  • 3 Chome-6-12 Shinjuku, Shinjuku City, Tokyo 160-0022, Japan

En un registro distinto, pero con parecida vocación de continuidad, está el conjunto de bares y pequeños restaurantes llamado Hobo Shinjuku Norengai ほぼ新宿のれん街. El nombre parece una broma: Hobo viene a decir “casi Shinjuku”, como si reconociera que no entra en la fototípica. Se encuentra a tan solo una parada de tren de distancia desde la monumental estación de Shinjuku, pero también se llega a escasos minutos a pie.

Hobo Shinjuku Norengai

Abierto en 2017 sobre unas viejas casas japonesas al lado de la estación de Yoyogi, y ampliado en 2022 con un antiguo almacén reconvertido, las fachadas emulan, sin caer en el cartón-piedra, la nostálgica estética del Japón de posguerra. Es un clúster relativamente animado, pero tranquilo en comparación con su estridente vecina, donde podéis estar seguros de que se comerá bien, quizá a compartir barra, y a veces conversar por encima del bullicio.

Grandes almacenes, pequeños secretos

Si uno pasea por Shinjuku con algo de prisa, los grandes almacenes se ven todos iguales: muros de cristal o concreto, escaleras mecánicas, música de ascensor y plantas de ropa/accesorios/cosméticos que no se acaban nunca. Ir de compras me da un tedio infinito, así que no es por este motivo por el que deambulo por estos establecimientos. Es porque algunos esconden sorpresas, siempre que sepas a qué planta subir. 

Empezamos por Isetan Shinjuku 伊勢丹 新宿店, cuyo edificio principal es una pequeña joya: su fachada de 1933 se inspira en el art déco y la arquitectura monumental para crear uno de los edificios más interesantes de los alrededores, para quienes disfruten de los elementos menos convencionales de la arquitectura de Tokio.

Isetan Shinjuku

Además, en la segunda planta, hay algo un poco inesperado: isetan the space, una galería de arte de libre acceso que desde 2020 realiza pequeñas exposiciones temporales de arte experimental y multidisciplinario. Es fácil pasarlo por alto entre las secciones de moda y cosmética, pero vale la pena dejarse caer por allí de vez en cuando para ver sus muestras comisariadas con criterio.

  • Isetan Shinjuku


    department store
  • 3 Chome-14-1 Shinjuku, Shinjuku City, Tokyo 160-0022, Japan

Jardines en las alturas

Unos minutos a pie te llevan a la quinta planta del NEWWoMan, donde está Lumine 0. Es un espacio cultural, pero no es por esto que lo menciono, sino por un rincón casi secreto que conecta con un pasaje peatonal ajardinado que lleva a una terraza amplia, silenciosa y con vistas abiertas. Casi nadie llega hasta allí, quizá porque el recorrido es lo bastante confuso como para disuadir al impaciente.

  • Lumine 0


    point of interest
  • Japan, 〒151-0051 Tokyo, Shibuya, Sendagaya, 5 Chome−24−55 NEWoMan Shinjuku 5F

También hay vida en las alturas del Takashimaya Times Square, donde el llamado White Garden ホワイトガーデン en la planta 13 combina cafeterías con parterres cuidados y bancos para sentarse y relajarse un rato sin tener que pedir nada, o dar un paseo disfrutando de las vistas. Y para quien quiera algo, también hay una buena selección de restaurantes, algunos de ellos con una agradable terraza.

White Garden en Takashimaya Times Square
  • White Garden


    park
  • 5 Chome-24 Sendagaya, Shibuya, Tokyo 151-0051, Japan

Y si te queda energía, el Rooftop Garden Q-Court 屋上庭園Q-court del Shinjuku Marui es más discreto, pero ofrece una pausa parecida en menor escala. Ideal si lo que necesitas es desaparecer durante quince minutos antes de enfrentarte de nuevo a la estación.

Espacios para respirar (y para equiparse)

No todo en Shinjuku se consume a galope. Un poco más al oeste, lejos del ruido, pero todavía dentro del perímetro mental que muchos hacen del barrio, hay espacios que no compiten por atención y quizá por eso mismo merecen una visita.

Justo al pie de la torre del Gobierno Metropolitano, Shinjuku Chuo Park 新宿中央公園 se extiende como una desaprovechada pausa visual. Muchos suben al mirador sin mirar lo que tienen a ras de suelo: una amplia masa verde con árboles altos, senderos amplios, bancos y un valioso silencio urbano. Hay oficinistas comiendo, gente que lee, niños corriendo. El contraste con los edificios que lo rodean no podría ser más marcado, y justo por eso funciona.

  • Shinjuku Chuo Park


    park
  • 2 Chome-11 Nishishinjuku, Shinjuku City, Tokyo 160-0023, Japan

Atravesando el parque hasta su esquina suroeste, llama la atención una divertida fachada amarilla con una tortuga gigante. Se trata de Mannen-ya 萬年屋, una singular tienda de uniformes de trabajo fundada en 1958, donde lo práctico y lo estilizado se cruzan sin complejos. Sin sacrificar funcionalidad, sus alegres colores y estampados dan una vuelta de tuerca a la célebre afición japonesa por los uniformes, valiéndoles la atención del mundo de la moda en más de una ocasión.

  • Mannen-ya


    clothing store
  • 3 Chome-8-1 Nishishinjuku, Shinjuku City, Tokyo 160-0023, Japan

Aparte de las alternativas proporcionadas para quienes ya “lo han visto todo” en Shinjuku, me gustaría que os quedaseis con la idea de que hay mucho más allá del topicazo del ruido y las luces de neón. A veces me encuentro con caras de sorpresa cuando hablo de lo relajado que puede ser este barrio, así que espero haber ilustrado con este artículo a lo que me refiero. Shinjuku es un claro ejemplo del valor de explorar Tokio más allá de lo convencional y de cómo cambia la perspectiva en cuanto uno se desvía ligeramente de las rutas turísticas habituales.

Toshiko Sakurai

Toshiko Sakurai

Disparo (¡con mi cámara!), luego existo. Pinto con luz y junto letras como buenamente puedo. Llegué a Tokio desde Barcelona en otoño de 2017 y desde entonces me dedico a capturar rincones de la ciudad a bordo de mi bicicleta. Cuando no llevo la cámara encima, acostumbro desafiar la ortodoxia culinaria mezclando estilos de todos los lugares donde he vivido.