Niigata es famoso por sus numerosas nevadas invernales. Durante el invierno, la nieve cubre cada rincón de las montañas de Murakami. Su naturaleza parece inmaculada, y nuestras huellas se cubren de nuevo a los pocos segundos de pisar la nieve. A su vez, los edificios de Takane se funden perfectamente con el paisaje, ambos cubiertos de una densa capa de nieve.
Se tardan unos 40 minutos en llegar a Takane en autobús desde Murakami Station. Nada más bajar del autobús tuve que abrocharme el abrigo porque nevaba copiosamente, pero en seguida me encontré con la host family que vino a recibirme a la estación. En este pueblo no hay muchos turistas extranjeros, así que no les resultó muy difícil reconocerme entre el resto de viajeros.
Todavía no lo sabía, pero estaba a punto de vivir una experiencia única que se convertiría en uno de mis mejores recuerdos de Japón.
Lo primero que hice al entrar en la granja fue dejar mi maleta en la habitación para poder calzarme unas raquetas de nieve y salir a pasear por el campo. La primera parte del trayecto la hicimos en coche, equipado con cadenas. Más adelante el camino se estrecha, así que nos tocó salir del vehículo para continuar a pie con nuestras raquetas.
Caminata con raquetas de nieve por los campos de arroz
En mi ruta me acompañaron dos ciudadanos de Takane; un antiguo soldado que se conoce la zona como la palma de su mano (a veces incluso camina por aquí él sólo en mitad de la noche, cuando las nubes se disipan, para hacer fotos del cielo estrellado) y una chica de Hokkaido que vive en el pueblo y que habla inglés lo suficientemente bien como para hacer las veces de intérprete cada vez que viene un extranjero.
El paisaje nevado de la zona era espectacular. El guía que nos acompañaba nos iba abriendo el camino por los campos de arroz, en los que no nos encontramos huellas de ningún tipo. Pasear por estos enormes campos cubiertos de nieve fue una experiencia increíble; era como caminar sobre una nube. Las raquetas no se hundían mucho, pero aún así tenía que tener un poco de cuidado. El soldado conocía muy bien el terreno y me obligaba a parar cada vez que llegábamos a un riachuelo sepultado por la nieve. Recordemos que estaba caminando sobre campos de arroz.
Mi guía, un antiguo soldado Mi otra guía, una chica de Hokkaido que es interprete
Nuestra colaboradora Estelle nos mostró esta misma granja de Takane el verano pasado. Ella tuvo la oportunidad de cultivar arroz. Antes de venir a Takane me leí su artículo y me sorprendió darme cuenta de que estaba pisando los mismos campos de arroz en los que había estado ella trabajando.
La nieve cambia el aspecto de la granja por completo y revela otra cara de Takane, aunque de manera temporal.
En mitad del bosque nos encontramos un árbol que había cedido al peso de la nieve y aprovechamos para descansar un rato y tomar un café calentito (que llevamos en un termo). Mi anfitrión también se trajo consigo una botella de amazake; una bebida ligeramente dulce elaborada a base de arroz. Ésta bebida en cuestión tiene también un toque de yuzu; un cítrico japonés delicioso. Nuestro descanso se prolongó un rato más y acabamos tomando sake, servido bien fresquito gracias a la nieve del suelo, donde colocamos nuestras copas. Finalmente pusimos fin a nuestro paseo y nos dirigimos de vuelta al calor del hogar.
La botella de amazake fresca dentro de la nieve
Estancia con granjeros en Takane
Al volver a casa aproveché que mis anfitriones se estaban dando un baño para explorar la habitación y la granja en la que iba a pasar la noche. Los hoteles estilo ryokan son el tipo de alojamiento más cómodo que existe en Japón, pero alojarse en un minshuku (民宿-granja) ofrece al huésped la oportunidad de vivir una experiencia auténtica.
El Minsuku Zaigomon es un verdadero hogar familiar; hay fotos de la familia en las paredes, pisadas por todas partes, niños que van y vienen del colegio… Es como adentrarse, discretamente, en la vida de una familia y descubrir cómo es vivir en las montañas de Japón.
Pero, además, disponía de mi propio espacio ahí dentro. Mi habitación era amplia y de estilo tradicional japonés con suelos de tatami y puertas deslizantes. Enfrente de mi cuarto había una pequeña sala de estar con una mesita de café con un agujero en el centro con brasas para mantener la tetera caliente. Fuera seguía nevando. ¡Qué agradable era estar ahí dentro con el calorcito de la estufa!
En el lavabo me encontré con que la tina estaba lista para un baño aunque, según me informaron, las tuberías se habían congelado y la ducha no funcionaba (en Japón se utilizan más las bañeras que las duchas). En los baños japoneses, antes de sumergirnos en la bañera debemos lavarnos muy bien el cuerpo, incluso podemos utilizar una pequeña pileta para echarnos agua caliente por encima. Una vez hecho esto ya podemos relajarnos en el agua caliente.
Darse un buen baño caliente después de una larga caminata por la nieve es un verdadero placer. ¡No me costó nada relajarme!
Un menú casero en la granja
La hora de la cena era la oportunidad perfecta para interactuar con mis anfitriones y conocerlos. Las dos personas que me guiaron en la caminata por la nieve se unieron a la mesa, y también lo hizo el padre de la familia. La abuela nos preparó un plato delicioso de oden (una especie de estofado japonés con varios ingredientes a los que se añade salsa de soja). El oden se coloca en el centro de la mesa (encima del irori, que lo mantiene caliente durante toda la comida).
El oden Un plato de pescado
Para acompañar el menú nos servimos un poco de sake de Murakami. Era la primera vez que probaba el sake caliente, y la verdad es que está bastante bueno; dulce y calentito, ideal para esta estación del año. Mis anfitriones fueron siempre de lo más atentos y amistosos conmigo; el padre incluso llamó a sus hijos para que le echaran un vistazo al kanji que estaba aprendiendo. Finalmente se disculpó porque se tenía que ir a dormir, ya que se levanta a las 3 de la mañana todos los días para limpiar las carreteras del pueblo.
La abuela ocupó su lugar y la velada continuó unas horas más. Todo el mundo fue muy cordial y me hicieron sentir como en casa en todo momento: me sentí parte de una familia japonesa. Un rato después marché a dormir, arropado por el cariño y bondad que había recibido durante la jornada, y dispuesto a pasar una noche de relax y tranquilidad total.
Desayunando y despidiéndome de Takane
El desayuno fue igual de sustancioso que la cena: ensalada, arroz, pescado… un menú suculento para comenzar el día con energía. El plato fuerte de la mañana fue la especialidad local: el salmón. La abuela de la familia fue quien vino a servirme el desayuno, y aprovechó para explicarme que podía pasar el nori (hojas de alga) por la parrilla irori que hay en el centro de la mesa.
Un suculento desayuno para empezar el día con energía El salmón, plato estrella de Murakami
Antes de marcharme, la abuela me transmitió un mensaje de parte de toda la familia: esperan que vuelva para ver Takane en otra estación distinta. Antes de coger el autobús me di una última vuelta por las calles del pueblo. Había algunas personas quitando nieve en los tejados de sus casas.
La vida en las montañas de Takane durante el invierno parece girar por completo en torno a la nieve. En mi camino hacia la estación de autobús para volver a Murakami Station me encontré con el padre, que estaba montado en su pala mecánica para quitar la nieve de las calles del pueblo. Todo esto a las 10 de la mañana, a sabiendas de que llevaba despierto desde las 3 de la madrugada. La dedicación de estas personas es de admirar. Sin duda, volveré a visitarlos.
Reserva tu estancia en la granja Zaigomon
Las reservas para alojarse en Zaigomon (Takane) se pueden realizar mediante correo electrónico en la siguiente dirección: yumehana.725@zaigomon.com
El precio de una noche para una única persona es de 8000 yenes e incluye desayuno y cena. Si sois dos personas y queréis compartir habitación, entonces el precio sería de 7000 yenes por persona. El precio para tres personas sería de 6500 yenes; y para cuatro, 5000 yenes.
La caminata con raquetas de nieve cuesta 2000 yenes (evidentemente, esta actividad sólo se puede realizar cuando hay nieve). Zaigomon ofrece otras actividades en el resto de épocas del año para poder disfrutar de la naturaleza de Takane en cada estación. ¡No dudes en contactar con ellos por email si necesitas más información!
Patrocinado por la ciudad de Murakami
Traducción por Virginia