Con las gallinas cacareando alrededor de mis pies, veo un limón perfecto colgando de una rama. Me estiro, lo corto con unas tijeras y coloco con cuidado mi primera fruta en la canasta. Estoy recogiendo limones en una pequeña isla en el mar interior de Seto, intercambiando recetas e historias con mis anfitriones; es una tarde de martes perfecta. La vida local aquí es más lenta, más soleada y más amable que la ciudad que dejé. De hecho, desearía no tener que irme. Si bien había planeado ir en bicicleta por la famosa ruta Shimanami Kaido por sus vistas, no esperaba encontrarme con gente tan increíble en el camino.
Esta ruta de 70 km diseñada para viajar a través de las islas de Setouchi se puede hacer en un día con bicicleta. No obstante, en mi opinión, cuanto más tiempo lleve, mejor. Perderse entre las islas y descubrir lo que las hace especiales es mucho mejor que romper un récord de velocidad. Sin lugar a dudas, estas islas tienen mucho que ofrecer. En un mismo día recogía fresas y alimentaba cabras en una isla antes de estirar mi agotado cuerpo en una sesión de sunset yoga en otra isla. Por lo tanto, disminuí la velocidad de viaje y me tomé mi tiempo para disfrutar de cada experiencia, conociendo a los lugareños que conforman las pequeñas pero maravillosas comunidades del Japón rural.
Día 1: estancia en una granja de fresas en la isla de Omishima
Después de empezar mi ruta ciclista en la terminal de alquiler de bicicletas Imabari y cruzar el primer puente colgante triple del mundo Kurushima Kaikyo (来島海峡大橋), me dirigí a una de las primeras islas de mi recorrido, la isla de Oshima, para más tarde pasar la noche en la isla vecina de Omishima. Omishima es la más grande de las islas Geiyo, formada por campos, colinas, bosques y una pequeña población de residentes.
Tras un día entero con la bicicleta logré encontrar mi alojamiento en la granja Shimanami no Chisana ie, una sorprendente casa tradicional japonesa con una maravillosa anfitriona, la señora Inoue. Tan solo con entrar en la casa me recibieron con una taza de té y un sorbete de fresa, un preludio de lo que estaba por venir. «Tenemos nuestra propia granja de fresas«, me explicaba, mientras charlábamos comiendo este delicioso postre. «Después de viajar una vez al Reino Unido, una estancia en un acogedor Bed and Breakfast me inspiró a abrir mi casa a los huéspedes«. Los afortunados que se alojan allí disfrutan de una experiencia de recolección de fresas y de una estancia en una granja con la familia.
Mientras deambulaba por las hileras de fresas maduras, la señora Inoue me enseñaba a recogerlas y, aunque parezca imposible, a comerlas: ¡no sabía que una fresa se empezaba a comer por la parte superior! La señora Inoue me explicó que el clima más frío hace las fresas más dulces. Es por eso que en Japón son un regalo de invierno, mientras que en otros países, como por ejemplo Argentina, se consideran un alimento básico de primavera o verano.
Después de llenar mi estómago, salimos a recoger verduras cultivadas en sus campos para desayunar al día siguiente, y, casualmente, nos encontramos con su marido en el camino. Mi tarea final fue ni más ni menos que dar de comer a las cabras: Kiki (que lleva el nombre del gato de la familia) e Ichigo (que significa fresa en japonés). Después de todo este trabajo fuimos a cenar todos juntos un plato abundante de pulpo local.
Estancia en la granja Shimanami-no-Chisana-Ie y recolección de fresas en la isla Ikuchi |
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Ubicación: 379, Amazaki, Kamiura-cho, Imabari, Ehime 794-1403 |
Teléfono: +81 897-87-4005 |
Precio del alojamiento: 8.000 yenes p.p/por noche. Incluye desayuno y recolección de fresas. La experiencia de las fresas también se puede contratar por separado, haciendo previamente una reserva. |
Precio de la experiencia: Adultos: 1.500 yenes (abril-junio) 1.800 yenes (enero-marzo). Con este precio puedes comer todas las fresas que quieras durante 40 minutos. Horario: 10:00 am – 11:30 am y 1.30 pm – 4.30 pm (2 de enero – principios de junio). |
Día 2: limones y yoga en la isla de Iwagi
La mañana siguiente me desperté con el balido de las cabras. Cuando bajé a desayunar vi un increíble menú que incluía sopa de verduras, batido de fresa, montañas de tostadas con mermeladas caseras y el favorito de la familia Inoue: el sándwich de fresa. Estaba llenísima y no quería irme; mi estadía parecía como si de una visita familiar se tratase. Después de tomarme una selfie con la señora Inoue y de muchas despedidas, me dispuse a visitar el Santuario Oyamazumi antes de dirigirme a la próxima isla.
Cuando me acercaba al conocido puente Tatara, que conecta las islas Omishima e Ikuchi, vi una insólita caravana frente a una vista asombrosa. Después de detenerme para tomar una limonada de Setouchi recién hecha, hablé con la joven propietaria, Nanami, que acababa de regresar de recoger más limones. «Esto es un refugio con vista a las islas«. Me explicó que junto con su esposo Toda, tienen otro café similar al lado de la famosa y pintoresca estación Shimonada en la prefectura de Ehime. El entorno es una hermoso localización para disfrutar los paisajes naturales. Además, ver florecer a una generación más joven con negocios independientes junto con agricultores y restaurantes tradicionales, es verdaderamente inspirador.
Dejé atrás las vistas y a la simpática pareja para subir a un taxi que me esperaba para cruzar el siguiente puente. Después de demorarme un poco con mi descanso era poco probable que llegara al ferry que tenía programado. Mi amable conductor aseguró la bicicleta en el maletero y me dió un par de mikan frescas (una especie de mandarina japonesa), animándome a comérmelas mientras conducía entre los huertos repletos de fruta madura. Pude subir al ferry y nos despedimos mientras él decía que me cuidara y que disfrutara de las frutas. Sin lugar a dudas, aunque el ciclismo puede parecer una experiencia solitaria, me sentía acompañada por algún lugareño simpático en cada paso de mi aventura.
Después de llegar a Iwagi recorrí en bicicleta la pequeña isla. Fui recibida por docenas de jóvenes estudiantes locales en el camino. Cada vez que uno gritaba un «konnichiwa» amistoso al verme, me daba cuenta de que era su hora de regreso a casa. Seguí adelante, ansiosa por no llegar tarde a mi próxima actividad.
De pie junto a la playa, con una esterilla de yoga enrollada debajo de cada brazo, mi maestra Sumire me saludó mientras yo pedaleaba por la colina. El sol se estaba poniendo lentamente detrás de ella, y nuestra sesión de yoga fue diseñada para obtener una relajación perfecta después de un día de ciclismo.
Tras haberse mudado a la isla hace quince años, la maestra Sumire se había acostumbrado al ritmo más lento de la vida en la isla y se había centrado en el yoga, lo que le daba un toque local. Adoptando la flexibilidad del arte, ofrece clases para familias, grupos y parejas, así como opciones para refrescarse o relajarse. Lo más destacado, sin embargo, son las poses locales diseñadas por ella misma, desde la pose del hashi (puente) hasta la pose de la flor de limón, inspiradas en la vida de la isla.
A pesar de no ser nada flexible, hice lo mejor que pude con la ayuda de Sumire para recrear sus poses. La puesta de sol, el sonido de las olas y el aroma del aceite de limón en nuestras muñecas… La combinación fue tan relajante como podía imaginar, con largos estiramientos que permitían que mi cuerpo se relajara junto con mi mente. Mientras el cielo oscurecía y la clase llegaba a su fin charlamos con una limonada caliente entre las manos, discutiendo los pros y los contras de la vida en la isla y los placeres simples que indudablemente trae.
Isla de Iwagi: recogida de limones en la granja Okano
Mi última experiencia en las islas fue aprender el arte de recoger limones en la granja de los Okano, situada en una ladera. Regentada por los encantadores agricultores de tercera generación Hideaki y Kai, la granja Okano ha estado cultivando limones durante décadas. Es más, la isla de Iwagi se conoce como la isla limón verde. «A diferencia de los limones europeos a los que los visitantes pueden estar acostumbrados», explica Hideaki, «estos limones son verdes incluso cuando están maduros». Me enseñaron cómo seleccionar los mejores limones y cómo cortarlos antes de colocar cuidadosamente cada uno en una canasta. Realmente, es difícil sentirse estresado en un lugar tan relajante como este. Pero mi aventura se terminaba y mientras me preparaba para volver a casa me ofrecieron una bolsa de limones y un montón de mikan.
El increíble paisaje, el famoso carril bici y la deliciosa comida son puntos culminantes de mi viaje por las islas de Setouchi. Pero cuando la gente me pregunta sobre este viaje, yo cuento la historia de sus lugareños. Les hago zumo de limón y muestro fotos de mi estadía, junto con historias de las personas que conocí en mis viajes. Desde las largas tardes en las casas familiares hasta viajes cortos en taxi, no recibí nada más que una cálida bienvenida por parte de los residentes de las islas de Setouchi, y no puedo esperar a regresar.
Recogida de limones a la granja Okano, isla de Iwagi |
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Ubicación: 4832, Iwagi, Kamijima-cho, Ochi-gun, Ehime 794-2410 |
Teléfono: +81 897-75-2488 |
Precio: 1.500 yenes por persona |
Disponible desde octubre hasta mayo (depende de las condiciones de cosecha). Se requiere reserva previa con cinco días de antelación. No necesitas traer material, se te proporcionarán guantes y herramientas. |
Los ferries de Shimanami Kaido
Las islas de Setouchi están conectadas por una red de ferries de corta distancia, los cuales no requieren reserva previa. No obstante, si quieres más información, visita la página web de VISIT SHIMANAMI o la página web de Kamijima Town.
Viajando con bici por Shimanami Kaido
El Shimanami Kaido es una ruta para bicicletas popular que conecta la isla principal de Japón con la pequeña isla de Shikoku. Asimismo, la ruta ciclista de 70 km está claramente señalizada y utiliza una combinación de carreteras principales y senderos exclusivos para ofrecer vistas increíbles a medida que cruzas las islas. Además, hay terminales de alquiler de bicicletas en cada extremo de la ruta y 13 puntos de entrega en el camino, conectados con rutas de autobús. Puedes alquilar bicicletas urbanas, bicicletas híbridas, tándems o bicicletas eléctricas.
Terminal de bicicletas Sunrise Itoyama en Imabari
Ubicación: 2-8-1, Sunaba-cho, Imabari, Ehime 794-0001 |
Teléfono: +81 898-41-3196 |
Horas: 8am – 8pm |
Precio: desde 1.100 yenes por día y por adulto, cargo extra por bicis tandem y electricas + 1000 yenes de depósito que se devuelve al devolver la bicicleta en la misma tienda de alquiler. Las bicis de los niños cuestan 300 yenes por día + 500 yenes de depósito. |
Terminal de bicis del puerto de Onomichi
Ubicación: 5-11, Nishigosho-cho, Onomichi, Hiroshima 722-0037 |
Teléfono: +81 848-22-5332 |
Horario: 7am – 7pm (marzo – noviembre), 8am – 6pm (diciembre – febrero) |
Precio esde 1.100 yenes por día y por adulto, cargo extra por bicis tandem y electricas + 1.100 yenes de depósito que se devuelve al devolver la bicicleta en la misma tienda de alquiler. Las bicis de los niños cuestan 300 yenes por día + 500 yenes de depósito. |
Patrocinado por Setouchi Shimanami Kaido Activation executive committee
Traducido por Maria Peñascal