En la parte sudeste de la península de Satsuma se encuentra Ibusuki; un complejo termal muy tranquilo cuya playa contiene una atracción interesantísima: los baños de arenas volcánicas.
Ibusuki: único en Japón por sus propiedades
En realidad, estos no solo son los únicos baños termales naturales de arena volcánica que existen, sino que -según expertos- tiene muchas propiedades beneficiosas para la piel, las reumas, la diabetes, los problemas de articulación y la circulación sanguínea. De hecho, estudios oficiales han comprobado que, tras extraer sangre antes de meterse en las arenas volcánicas, la sangre de color rojo oscuro se volvía de un color rojo intenso al salir de ellas.
¡Hora de enterrarse en la arena!
El procedimiento es el siguiente: uno se pone la yukata (una especie de kimono de verano, que se usa también en un estilo simple como bata), y baja hasta la playa donde se encuentran las arenas y los «paleadores», que se encargan de arrojarle a los clientes la cantidad suficiente de arena para cubrir el cuerpo, pero no demasiada como para provocar quemaduras.
La arena de la playa tiene una temperatura altísima, especialmente cuanto más en profundidad se expone al cuerpo. En general la permanencia allí no pasa los diez o quince minutos, ya que después de un rato uno empieza a transpirar bastante y a sentir mucho el calor.
Al terminar se sube nuevamente al complejo y se va al onsen donde están las aguas termales para relajarse y descansar el tiempo que uno quiera.
Aguas termales a gran profundidad
Cuando uno mira la orilla y ve salir el humo desde el agua piensa que realmente el humo sale del agua. Sin embargo, las termas de Ibusuki provienen desde lo profundo de la tierra; es decir, radican en aguas acumuladas de hace cientos, o miles (!) de años bajo tierra. Los japoneses, por su parte, hace más de trescientos años que visitan esta región en busca de reposo.
Que a los nipones les fascinan las aguas termales, nadie lo cuestiona. Pero lo que sí me llama la atención es ver cómo los japoneses son tan vergonzosos y reservados para muchas cosas pero, cuando se trata de los baños termales, se pasean libremente como Dios los trajo al mundo sin ninguna restricción ni tabú. Todavía recuerdo mi primera experiencia en un baño termal, cuando acababa de llegar a estas tierras y era estudiante de la Universidad de Nara. Todos los estudiantes, los occidentales en particular, manteníamos nuestras toallas atadas a la cintura hasta el último segundo antes de ingresar a las aguas termales (tal vez pensando que a alguien le importaba), pero en realidad, dentro de los onsen, cada uno hace su historia.
En la mayoría de los lugares prohíben el acceso de personas con tatuajes, y por eso temía no poder entrar, pero al final no hubo problema. Es que, en Japón, los tatuajes están relacionados con los Yakuza (la mafia), y no están bien vistos. De todos modos, siempre hay más tolerancia hacia los extranjeros que hacia los locales en estos asuntos, como en muchos otros.
De cualquier manera, Ibusuki fue, con seguridad, una de las experiencias más originales que tuve en este tiempo en Japón. Al que tenga oportunidad de visitar esta zona, se lo recomiendo. No todos los días se tiene la oportunidad de tomar un baño de arenas negras… ¡y bien caliente!
Cómo llegar a Ibusuki
Para llegar a Ibusuki se puede tomar la línea JR desde Kagoshima, y cuesta 1100 yenes (aunque el JR Pass cubre este trayecto también). Desde la estación Ibusuki, los onsen están a 20 minutos a pie.
Esta es la página oficial (en Inglés) de Ibusuki Sunamushi Onsen, probablemente la más popular de todas:
http://sa-raku.sakura.ne.jp/en/index.html
* El sitio oficial recomienda a personas con fiebre, embarazadas, o con presión alta, abstenerse de utilizar estos baños termales.
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