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Los yurei: conoce los fantasmas japoneses a través de la historia y la cultura

Cultura Obon Templos y Santuarios

En la cultura japonesa, algunos muertos no desaparecen: permanecen entre nosotros. Al igual que en muchas otras culturas, los espíritus y fantasmas tienen una gran relevancia en Japón, donde la muerte es casi tan importante como la vida misma. Según la creencia tradicional, cuando una persona muere, su espíritu puede emprender un viaje hacia el anoyo あの世, el “otro mundo” o más allá. Pero este viaje no siempre es sencillo.

Cuando un alma encuentra obstáculos en su camino, emociones intensas, asuntos pendientes o muertes trágicas, puede quedarse atrapada entre ambos mundos y transformarse en un yurei 幽霊, un fantasma atormentado.

En este artículo te invitamos a descubrir el mundo de los yurei: su origen, sus características, su papel en la cultura japonesa y cómo han influido en festividades como el festival Obon, uno de los eventos más importantes del calendario nipón, donde las familias recuerdan y honran a sus antepasados.

Prepárate para adentrarte en una dimensión entre la vida y la muerte, donde las leyendas, los rituales y los misterios siguen más vivos que nunca.

La muerte en Japón

Antes de hablar de los yurei, es importante entender cómo se percibe la muerte en Japón.

Según el sintoísmo, todos tenemos un dios interior —similar al alma— que se libera al morir. Este espíritu debe emprender un difícil viaje hacia el más allá, por lo que los vivos lo acompañan a través de rituales funerarios. Si todo va bien, el alma llega al otro mundo y protege a sus descendientes.

Pero si la muerte fue trágica, quedaron asuntos pendientes o los rituales no se realizaron correctamente, el alma puede quedar atrapada entre ambos mundos.

Los yurei son precisamente estos espíritus inquietos, incapaces de encontrar la paz hasta resolver lo que dejaron atrás.

Características de los yurei

La palabra yurei se compone de los kanjis yu 幽, que significa “oscuro”, y rei 霊, “alma”. Estos fantasmas suelen aparecer con forma humana, sin pies y flotando. Tienen el cabello largo y negro, suelto, y visten un kimono blanco funerario. A menudo presentan deformidades, reflejo del estado en que murieron.

Es importante aclarar que un yurei no es lo mismo que un yokai. Los yokai son seres sobrenaturales, pero no están muertos, mientras que los yurei son almas de personas fallecidas.

Existen varios tipos de yurei, clasificados dependiendo de su sufrimiento en vida:

  • Onryo 怨霊: fantasmas vengativos que murieron con rencor.
  • Kosodate yurei 子育て幽霊: madres que fallecieron en el parto y regresan para cuidar a su hijo.
  • Funa yurei 船幽霊: espíritus de personas que murieron en el mar.

Algunos yurei son conscientes de su estado y se les puede ayudar a encontrar la paz. Otros, como los jibakurei 地縛霊, están atados a un lugar específico. Estos últimos son los más peligrosos, ya que suelen ir acompañados de una maldición (tatari 祟り) que puede afectar a cualquiera que entre en su territorio.

Los yurei a través de la historia

La creencia en fantasmas y lo sobrenatural está profundamente arraigada en la cultura japonesa, influida por una mezcla de religiones: el sintoísmo, que sostiene que todo tiene un espíritu (kami 神), y el budismo, que aporta la idea del más allá.

Incluso antes, los pueblos indígenas Ainu ya creían en espíritus llamados takup, considerados la parte maligna del ser humano, capaces de comunicarse con los vivos a través de los sueños.

Temor a los muertos y rituales para apaciguarlos

En Japón siempre se ha temido la ira de los muertos sin descanso. Por eso, cuando un emperador fallecía, a menudo se cambiaba de palacio para evitar ser perseguido por su espíritu.

Desde el periodo Heian, surgieron rituales para calmar a los fantasmas, y se desarrolló incluso una creencia llamada Goryo Shinko, con templos dedicados a estos espíritus. Hoy en día, aún existen espacios sagrados con ese propósito, como el polémico Santuario Yasukuni en Tokio, dedicado a los soldados caídos en guerra.

  • Yasukuni-jinja Shrine


    establishment, place_of_worship, point_of_interest
  • 3-chōme-1-1 Kudankita, Chiyoda City, Tokyo 102-0073, Japan
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También el suicidio ritual del samurái, el harakiri 腹切り o seppuku 切腹, tenía como objetivo evitar que el alma del derrotado se convirtiera en un yurei vengativo, permitiéndole morir con “honor”.

Yurei en tiempos modernos

Incluso en la actualidad, siguen surgiendo historias de yurei. Tras el tsunami de 2011, muchas muertes trágicas dieron lugar a testimonios inquietantes. El periodista Richard Lloyd Parry, corresponsal de The Times en Asia, recogió varios de estos relatos durante su investigación en la zona del desastre: personas que aseguraban ver a sus seres queridos fallecidos o llamadas extrañas a los bomberos desde casas que ya no existían.

Yurei en el arte japonés

La figura de los yurei ha tenido una gran presencia en el arte japonés a lo largo de los siglos. Desde pinturas hasta teatro, estos fantasmas han sido fuente de inspiración constante.

Pintura

Durante el periodo Edo, muchos artistas representaron yurei en grabados ukiyo-e. Uno de los más antiguos es el Fantasma de Oyuki (1750), pintado por Maruyama Okyo tras soñar con su difunta amante, cuya figura plasmó con todos los rasgos típicos de un yurei.

En agosto, el templo Zenshoan 全生庵 en el barrio Yanesen de Tokio expone una colección de unas 50 pinturas de yūrei, disponible al público durante un tiempo limitado.

  • Zenshoan Temple


    establishment, place_of_worship, point_of_interest
  • 5-chōme-4-7 Yanaka, Taito City, Tokyo 110-0001, Japan
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Memorial de la bomba atómica de Hiroshima
El panel de los fantasmas (1950). Imagen: Maruki Gallery

También en el arte contemporáneo aparecen representaciones. Tras la tragedia de Hiroshima, los artistas Maruki Iri y Toshi Maruki crearon una serie de paneles; el primero de ellos se titula Yurei, en honor a las almas que murieron sin poder descansar en paz.

Narrativa y cuentos tradicionales

Desde el Kojiki (siglo IX) hasta obras de autores modernos como Haruki Murakami, los yurei aparecen en todo tipo de relatos. Su auge llegó en el periodo Edo, con la popularización de los kaidan 怪談, historias de terror basadas en leyendas locales.

Entre los fantasmas más conocidos destacan los San O-Yurei, o “tres grandes yurei”:

  • Oiwa お岩: el fantasma del odio, símbolo de traición y venganza.
  • Otsuyu お露: el fantasma del amor, protagonista de una historia trágica, creado para una obra de kabuki.
  • Okiku お菊: el yurei del tormento, famosa por el cuento de Sarayashiki (“la mansión de los platos”).

Este último tiene gran importancia, ya que hay muchas leyendas en todo Japón que hablan del fantasma de Okiku. La historia cuenta que Okiku era una criada de una familia adinerada que poseía una importante colección de diez platos de porcelana. Al desaparecer uno, acusaron a Okiku y ella, desesperada, se arrojó dentro de un pozo. Hay muchas versiones, pero el hilo en común es la desaparición del objeto y su suicidio por desesperación. A pesar de que no hay pruebas evidentes, adjudican el castillo de Himeji 姫路城 como el lugar donde habita el fantasma de Okiku.

Teatro

El yurei es también un personaje recurrente en el noh y, sobre todo, en el kabuki (歌舞伎). Este fue el precursor de muchas historias de fantasmas, ya que este tipo de teatro estaba destinado para un tipo de sociedad más populista donde se trataban temas sin ningún tabú. Es así que se creó un nuevo género de kabuki: kaidan mono 怪談物.

Fue el kabuki quien consolidó la imagen clásica del yurei: piel pálida (lograda con maquillaje aiguma), ojos negros y hundidos, cabello largo suelto y efectos escénicos que simulaban la ausencia de piernas. Esta estética ha influido incluso en el cine de terror japonés contemporáneo, como en el personaje de Ju-On (The Grudge).

Yurei en la actualidad

Aunque los yurei tienen raíces antiguas, siguen muy presentes en la cultura japonesa contemporánea, especialmente a través del cine de terror y las creencias populares.

El auge del J-Horror y los yurei en el cine

El género de terror japonés (J-Horror) dio a conocer a los yurei en Occidente. Una de las películas más icónicas es The Ring (リング, Hideo Nakata, 1998), basada en una cinta de vídeo maldita (tatari) que provoca la aparición de Sadako, una joven que emerge de un pozo. Su estética —cabello largo, rostro cubierto, movimientos lentos— es la imagen clásica de un yurei, y recuerda claramente al fantasma de Okiku.

Otra saga destacada es Ju-On (呪怨, Takashi Shimizu, 2003), donde una casa maldita está habitada por jibakurei, espíritus atrapados que buscan venganza. El niño fantasma que aparece en la película muestra influencias del maquillaje kabuki, con ojos profundos y expresión inquietante.

Las casas malditas: jiko bukken

En Japón, las viviendas con un pasado trágico —suicidios, asesinatos, muertes no naturales— se conocen como jiko bukken 事故物件. También entran en esta categoría aquellas construidas sobre pozos, crematorios o zonas marcadas por desastres.

Estas casas suelen tener precios bajos, ya que muchas personas evitan vivir en lugares donde podrían habitar yurei. El temor a sucesos sobrenaturales aún es fuerte en la sociedad japonesa.

Si tienes curiosidad, puedes consultar la web Oshimaland, un mapa interactivo donde se marcan jiko bukken por todo el mundo, incluyendo Japón.

Aún queda mucho por conocer…

Puede ser que todo lo que he contado parezca una historia ajena, pero para concluir este artículo voy a explicaros un caso personal. Durante uno de mis viajes por Japón compartí habitación en un ryokan antiguo con una persona japonesa. El día siguiente, me confesó que un “fantasma” nos había visitado durante la noche. Una chica con el pelo largo nos miraba y se había ido por la ventana. Y cuando miré, efectivamente, la ventana estaba abierta.

¿Fue real? ¿Una coincidencia? ¿Una manifestación cultural? No tengo respuestas. Pero tras conocer la historia de los yūrei, empiezo a pensar que quizás hay cosas que escapan a toda lógica.

Y tal vez, aún nos queda mucho por descubrir.

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