En Japón existen dos religiones mayoritarias: el sintoísmo y el budismo. Estas creencias forman parte de la vida cotidiana de los japoneses ya que la espiritualidad ocupa un lugar importante en esta sociedad. Lo podemos ver a través de los matsuri (festivales que están vinculados a muchos aspectos de la cultura japonesa, generalmente la religión), los diversos días festivos que marcan el año o incluso el diseño de las ciudades. No importa dónde estés, ya sea en un vecindario rural tranquilo o en el centro de Tokio, nunca estarás lejos de templos o santuarios, ya sean grandes o pequeños.
Sin embargo, muchos turistas llegan a Japón sin conocer la complejidad y la importancia de la religión en el archipiélago japonés. Después de leer este artículo, entenderás la diferencia entre templos y santuarios y aprenderás algunas nociones relacionadas con estas creencias.
Sintoísmo y budismo: las dos religiones principales en Japón
Para comprender las diferencias entre templos y santuarios, primero tienes que conocer las dos religiones principales que existen en Japón.
La religión mayoritaria en Japón es la religión sintoísta (神道) que significa «camino de los dioses», con más de 90 millones de creyentes entre los 126 millones de habitantes que tiene el país. Esta religión politeísta consagra distintos kami (神 – deidades) relacionados con los elementos y aspectos de la vida (el sol, el viento, el trueno, la cosecha, la fertilidad…). Esta religión se basa en la mitología japonesa contada en el Kojiki (古事記 – «Crónicas de escrituras antiguas»).
El budismo (仏教), «bukkyo» en japonés, llegó a Japón a través China y Corea en los siglos V y VI. Con el tiempo, el budismo se ha integrado en la cultura japonesa y en ocasiones está incluso mezclado con el sintoísmo.
¿Cómo reconocer un santuario?
A pesar de haber estudiado sobre la religión japonesa antes de establecerme en Japón, no fue hasta llegar aquí y visitar los lugares de culto cuando pude entender su importancia y aprender cómo distinguir entre templos y santuarios japoneses.
Los santuarios generalmente se llaman Jinja (神社) o Taisha (大社) en japonés. Son los lugares de culto sintoísta, reconocibles de varias formas. Por ejemplo, la mayoría de los turistas que visitan Tokio van a Meiji Jingu sin saber que han visitado un santuario. Si jingu (神宮), jinja o taisha está en el nombre de un lugar de culto, entonces es un santuario.
Una puerta torii en la entrada de los santuarios
A la entrada de los santuarios siempre hay un torii (鳥居), una puerta que anuncia el acceso a un lugar sagrado. Las puertas torii suelen ser de color bermellón, ya que es el color principal en los santuarios japoneses. Una vez atravesado, nos encontramos en territorio sagrado.
El Haiden, el lugar de las ofrendas en los santuarios
Tras pasar la puerta caminamos por el callejón principal llamado sandō (参道) que nos guía hasta el edificio de la oración llamado haiden (拝殿), donde la gente se reúne para orar y hacer ofrendas.
Shimenawa y Shide: entrada al reino de los dioses
Incluso antes de llegar al haiden, muchas cosas nos dicen que estamos en un santuario. Si ves cuerdas trenzadas con tiras de papel colgando de ellas enganchadas al torii o al haiden significa que estás en un santuario. Estas cuerdas trenzadas están hechas de paja de arroz y se llaman shimenawa (注連縄). Son el vínculo entre nuestro mundo y el reino de los espíritus, el territorio de varios kami. Las tiras de papel que cuelgan del shimenawa se llaman shide (紙垂). Estos adornos están diseñados para repeler los malos espíritus.
Si quieres descubrir un shimenawa fuera de lo común, el Santuario Izumo Taisha posee el shimenawa más grande de Japón. Normalmente se cambia cada 4 a 8 años y su diseño es un verdadero desafío.
Komainu: los perros leones guardianes de los santuarios japoneses
Unos de los elementos más característicos y fotogénicos son los komainu (狛犬). Estas criaturas, similares a los leones de Fu, están ubicadas en la entrada de los santuarios frente a los haiden. Estas majestuosas bestias sirven como guardianes de santuarios y también repelen a los espíritus malignos. A menudo hay dos, uno con la boca abierta y el otro con la boca cerrada.
El komainu con la boca abierta pronuncia el sonido «a», que corresponde a la primera letra del alfabeto sánscrito (lenguaje religioso del budismo y el hinduismo). En contraste, el que tiene la boca cerrada pronuncia el sonido «um», que corresponde a la última letra de este alfabeto. Juntos forman el sonido «aum» (ॐ), una sílaba sagrada en el budismo. Esta combinación significa el principio y el final de todas las cosas. Como expliqué anteriormente, aquí podemos ver claramente la influencia del budismo dentro de un santuario sintoísta.
Los sacerdotes que viven en santuarios
Cuando comencé mis caminatas por Japón noté que la forma más fácil de saber si estaba en un templo o en un santuario era mirar a los sacerdotes. Los sintoístas se llaman kannushi (神主) o shinshoku (神職) y por lo general usan un tocado específico según su atuendo, mientras que los monjes budistas no usan ninguno.
¿Cómo reconocer un templo en Japón?
Los templos japoneses se denominan tera (寺), a veces precedidos por un prefijo honorífico «o» como señal de respeto, una fórmula que se utiliza habitualmente en Japón. El segundo nombre es ji (el kanji es el mismo que en tera). Existe otro kanji que puede referirse a un templo (院). Siguiendo esta explicación, Hozan-ji (宝山寺) en Nara, Yoshimine-dera (善峯寺) en Kyoto y Nanzo-in (南蔵院) en Fukuoka son tres templos, cada uno con un final diferente en su pronunciación.
Manji: el símbolo religioso más importante del budismo
Algo importante que deben saber los occidentales que realmente no conocen el budismo: el manji (卍) es uno de los símbolos religiosos más importantes del budismo. Viajando por Japón verás muchos de ellos, ya sea dentro de los templos o incluso en mapas que indican que el lugar es un templo.
Es importante saber que este es un símbolo antiguo aunque los nazis, desafortunadamente, usaron la versión inversa llamada «gyaku manji» (gyaku 逆 significa «invertido» en japonés) durante la Segunda Guerra Mundial. Así pues, no te asustes si ves ese símbolo durante tu visita en estos lugares sagrados.
Rōmon y Sōmon: Las puertas principales de los templos japoneses
La rōmon (楼門), la puerta de acceso, y la sōmon (総門), la puerta principal, se encuentran a la entrada de los templos y son el acceso para entrar en los terrenos sagrados del lugar.
Bonshō: Las campanas del templo
Las bonshō (梵鐘) son las campanas ubicadas dentro del recinto de los templos. Suelen ser bastante grandes y visibles desde lejos. Estas campanas suenan durante la llamada a la oración y para indicar el tiempo. Son fácilmente reconocibles y siempre tienen características similares en cuanto a sus grabados.
Los guardianes Niō
Es posible que te encuentres con un komainu en la entrada de los templos (haz click aquí para saber por qué es posible que veas un ícono sintoísta en un templo). Pero generalmente son los Guardianes Niō (仁王), también llamados kongō-rikishi (金剛力士), quienes protegen estos lugares sagrados. Tienen el mismo propósito que komainu en los santuarios, pero son mucho más grandes e impresionantes. Júzgalo tú mismo.
Si estás buscando guardianes Niō que sean poco comunes, puedes leer este artículo sobre Futago-ji, un templo ubicado en la prefectura de Oita, rodeado de un paisaje entre montañas único y con muchas estatuas de Niō.
Estatuas budistas
Uno de los elementos esenciales cuando se visita un templo son las estatuas. En mis visitas siempre busco diferentes representaciones de deidades budistas. Las estatuas más comunes que verás representan a Amida nyorai (阿弥陀如来, Buda), Kannon (観音, Bodhisattva de la compassion) o Fudō-myōō (不動明王, uno de los cinco myōō). Como ya te habrás dado cuenta, los templos están llenos de estatuas que representan deidades budistas, lo que le da al lugar una atmósfera especial.
¿Por qué es tan difícil marcar la diferencia entre templos y santuarios?
Después de todas estas explicaciones, probablemente estás pensando que no tendrás ningún problema para reconocer templos y santuarios en tu próximo viaje. Lamentablemente, no estaría tan seguro: como habrás notado al leer el artículo, existen muchas similitudes entre templos y santuarios. Es la consecuencia de la compleja historia de Japón y la mezcla entre las dos religiones a lo largo de los siglos. Esta mezcla tiene un nombre: sincretismo.
El sintoísmo y el budismo se fusionaron a lo largo de los siglos, lo que hoy en día resulta en similitudes religiosas, las creencias y los lugares de culto. Es por eso que algunos lugares son directamente «templos-santuarios» (神宮寺), donde las dos religiones están unidas. Recuerda, no es de extrañar ver un torii, un komainu o un shimenawa frente a los templos. Esta complejidad permite una mejor comprensión de la cultura japonesa y también ayuda a darse cuenta de que algunos aspectos religiosos se volvieron culturales y compartidos por todos los japoneses, sean cuales sean sus creencias.
La próxima vez que visites un templo o santuario tendrás que tener cuidado con todo lo que le rodea. Si ves un torii bermellón en la entrada de un santuario o un manji dentro de un templo, podrás notar la diferencia. A pesar de las similitudes, no será imposible saber si estás en un templo o en un santuario.
Traducido por Maria Peñascal
Viernes, marzo 24 del 2023
Estimados Profesores, muy interesante todo lo relacionado con las dos culturas Religiosas en Japón.
Las religiones Sintoístas y el Budismo aprendo que son las dos mayores Religiones en el Japón.
Muy bien explicado todas las cosas relacionadas con ambas religiones, así como sus Santuarios y Templos.
Es una cultura muy antigua y continuaré buscando Bibliografia sobre las mismas y fotografías, todas muy interesantes y vistas por mi por primera vez en mi vida. Me gustan también los temas, libros y películas sobre los “Samurais y sus Historias”. Soy cubano-Americano y en Cuba hay un Barrio, llamado Barrio Chino, del cual conozco muy poco. Soy médico especialista en Cirugía Vascular y Angiologia, ya estoy “Retirado de la profesión. Tengo 88 años. Actualmente vivo en Miami. Investigaré más sobre estos temas en Miami.
Muchas gracias por vuestra amable atención, Dr. Lázaro B. Curbelo Orozco.
¡Hola Lázaro! Nos encanta leer que estás aprendiendo con nuestros artículos. ¡Un abrazo!