El Museo de Arquitectura al Aire Libre de Tokio, ubicado dentro de uno de los parques más grandes de la capital nipona (el Parque Koganei), contiene una gran exposición de arquitectura clásica de la época Edo de Japón.
Los más de 30 edificios diferentes, reconstruidos dentro de los límites del parque, fueron trasladados de sus ubicaciones originales para su preservación. Ahora nos transportan, con un sentimiento de nostalgia, a una época de antaño prácticamente desconocida a los ojos de occidente.
El parque Koganei, más que un parque, es una zona boscosa inmensa, y una de las grandes favoritas de las familias de Tokio para disfrutar del Hanami (o florecimiento de los cerezos en primavera) y de un día de campo en las vacaciones de verano. Desde 1993, el gobierno metropolitano de Tokio ha dedicado toda un área de este parque a la reconstrucción de diversos edificios de la época Edo en Tokio .
Si se tiene suerte, se puede planear la visita al Museo de Arquitectura al Aire Libre de la época Edo para tener la oportunidad de asistir a eventos especiales, como al que tuve, por casualidad, la suerte de asistir en primavera. De forma gratuita, una escuela de sado (o arte tradicional de la ceremonia del té Japonés) regaló a los visitantes la oportunidad de participar en la ceremonia en los jardines. Los que tuvieron más tiempo pudieron asistir a toda la ceremonia y la preparación del tradicional matcha (polvo refinado de té verde japonés) dentro del tradicional edificio.
En una escena como de película, a la sombra de un árbol shidare sakura (cerezo llorón), pude participar en la ceremonia del té que se lleva a cabo en primavera, donde las maestras y alumnas de la escuela de Sado vestían bellos kimonos tradicionales. Las copas de cerámica de la ceremonia son especiales y únicas en diseño, regalándonos un verdadero sentimiento wabisabi apreciando la buena fortuna de un momento irrepetible.
Dos de las actividades gratuitas que más gusta a los niños se llevan a cabo interior de las casas rurales. Aquí, los guías mostraron a los chicos cómo las mamás de antaño tenían que hacer diariamente todos los preparativos para encender el horno de leña y cocinar el arroz, que se cocía lentamente al vapor en estas grandes ollas de metal. Mi hijo de tres años disfrutó enormemente la oportunidad de alimentar el fuego metiendo leña con una varita de hierro forjado.
Dentro del pueblo Edo, que es toda una calle reconstruida con edificios y negocios de esta antigua época en Japón, los visitantes pudimos admirar los bellos y simples detalles de negocios, como la tienda de abarrotes y la casa de construcción y reparación de paraguas japoneses de papel. Mi hijo de tres años notó que faltaban huevos en la tienda porque ya se habían vendido, y le pidió a los guías en la tienda de paraguas que le explicaran por qué las sombrillas de papel no se rompían con la lluvia. ¡Una experiencia realmente divertida de aprendizaje!
Este antiguo onsen, o típica casa de baños públicos termales, era toda una tradición familiar en la época Edo, ya que las casas particulares no contaban con baños propios. Todos las noches, la familia completa, desde los abuelos hasta los más pequeños, asistían juntos a los baños para asearse y disfrutar de un momento de convivencia familiar y de conversación con los vecinos.
El Museo de Arquitectura al Aire Libre de la época Edo de Tokio, en el Parque Koganei, es una visita muy agradable para realizar con los niños, ya que pueden explorar dentro de los edificios, correr con libertad de un área a otra mientras descubren detalles inusuales y aprender sobre la historia y cultura de Japón. Para los visitantes, el museo es, simplemente, encantador. Ofrece la oportunidad de conocer diferentes aspectos característicos de la cultura Edo y de la vida rural de Japón sin salir de Tokio. Principalmente, sentimos que la imaginación nos transporta en un viaje en el tiempo a un pasado que para nosotros, como extranjeros, siempre resulta misterioso y atractivo.
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