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La pequeña ciudad costera de Murakami, ubicada al lado del mar de Japón, está a 4 horas de Tokio. Rica en cultura, cocina y historia, esta ciudad es un lugar perfecto para aquellos que quieran alejarse de lo común y ver una parte de Japón que se ha mantenido fuera del radar para la mayoría de los viajeros.
A principios de noviembre partí allí para hacer un viaje de dos días con el objetivo explorar los lugares históricos de Murakami durante la época de los maravillosos colores de otoño. El primer punto de mi visita fue el templo budista Fusai-ji con más de 500 años de historia en las montañas de las afueras de la ciudad. Allí, tenía una cita para almorzar shojin ryori, la cocina tradicional budista cocinada por los monjes del Fusai-ji.
Shojin ryori tiene muchas reglas estrictas que se tienen que seguir, la más importante es que la comida tiene que ser vegetariana, pero tampoco puede incluir ingredientes picantes como las cebollas o el ajo. Se cree que esta alimentación con ingredientes de sabores puros y suaves, junto a los ingredientes de temporada y frescos, es saludable para tu cuerpo y tu alma al mismo tiempo.
Yo no soy vegetariano y estas comidas no suelen hacerme sentir lleno a no ser que tengan carne. Pero para mi sorpresa, disfruté del shojin ryori y me encantó la diversidad de sabores y texturas que probé durante la comida, ya que tuve unos 10 platos distintos. Especialmente me gustó el tofu de sésamo negro y pétalos de crisantemo marinados con vinagre. Si pudiese comer ese tipo de comida cada día, seguramente terminaría dejando la carne.
Nota para veganos: ¡atentos! En algunos templos incluyen dashi, derivado del bonito (pescado), en algunos de sus platos.
Después del almuerzo, me dirigí al segundo piso del templo cerca del jardín japonés, en una sala donde formé parte de la ceremonia del té con gente local de Murakami. Esto incluía té matcha con dulces wagashi en forma de hojas de gingko, haciendo juego con el otoño. La sala de té tiene una vista abierta del jardín japonés, y la mujer encargada fue tan amable que realizó cada paso de la ceremonia del té teniendo en cuenta que no era familiar con ello.
El jardín del Fusai-ji fue construido en la montaña y estaba lleno de colores otoñales durante mi visita. Es una pieza central muy hermosa del templo que se puede observar desde cualquier habitación del edificio. Incluso tenía una cascada a la parte trasera y me dijeron que muchos de los árboles eran sakuras (cerezos). Me encantaría volver en abril para ver su primavera.
De casualidad, ese día en el templo había una feria donde los artesanos locales de la ciudad de Murakami se reunían para montar sus tiendas en los espacios del templo. Me interesó particularmente la tienda de antigüedades que tenía exhibida una sección amplia de arte cultural de Murakami. Allí elegí una taza de té veraniega sumamente exquisita que tenía un color azul intenso y la marca del artesano que la creó en su base. La taza se parece a un bol profundo para que el té se pueda enfriar más rápido durante los meses del cálido verano.
También había otra tienda artesanal con muñecas y ornamentos hechos con tela de kimono creados por unas artesanas muy simpáticas. Conocer locales es una de las mejores experiencias cuando viajas y me encantó conocer los habitantes de Murakami: amigables y tranquilos.
Excursión alrededor de las ruinas del castillo de Murakami
Para la siguiente parte de mi día, visité los restos del castillo de Murakami en el centro de la ciudad. Este fue el antiguo castillo que una vez gobernó los dominios de Murakami hasta la guerra Boshin, en las últimas décadas de 1800. Aunque ya no exista el castillo, podemos ver restos de las vistas de Murakami y sus alrededores a la cima de la zona.
Para recorrer el camino hasta la cima de la montaña necesitarás 20 minutos. Tiene un buen mantenimiento ya que hay escaleras de cemento para casi todo el camino. A pesar de estar a finales de otoño, me sorprendí de ver vegetación tan verde. Igualmente, disfruté mucho de la caminata.
A medida que me acercaba a la cima, empecé a ver antiguos cimientos de lo que anteriormente era los muros de la fortaleza. Tiempo atrás, se decidió vender estas rocas para construcciones nuevas después del gobierno Meiji, pero los descendientes del dominio Murakami pidieron protegerlas. Actualmente el castillo de Murakami está protegido como un lugar histórico Nacional de Japón.
Los cimientos de este castillo eran masivos, y andar por encima me dio la idea de qué tan fortificada estuvo esta fortaleza. Esta región era la puerta de entrada de la provincia norteña de Dewa, lo que la convirtió en un punto de apoyo crítico para que el gobierno de Meiji avanzara hacia la última región en oponerse al gobierno imperial. Los cimientos de piedra en la cima de la montaña tenían aproximadamente dos pisos de altura y actualmente, aún son formidables.
Desde la cima de la montaña pude ver vistas de la ciudad de Murakami y el océano que se extendía ante él. En un día claro también se puede ver Awashima, una isla pequeña accesible desde el puerto de Murakami.
A medida que el sol iba bajando, bajé de la montaña hacia mi alojamiento esa noche, en un hostal especial en la ciudad de Murakami.
Acceso y información práctica
Desde Tokio hasta Niigata puedes tomar el Joetsu Shinkansen. Desde Niigata, puedes llegar hasta la estación de Murakami con la línea JR Uetsu. En total, el viaje son 3 horas y 50 minutos. En todo el trayecto puedes usar el JR Pass.
También puedes encontrar información de la región al Murakami City Tourism Association.
Si quieres saber más sobre la cultura del té de Murakami, y el castillo de Murakami, visita estos artículos de nuestra web.
Descubre la cultura japonesa del té en Murakami
Exposición tradicional de Machiya Byobu en Murakami
Original de Derek Yamashita
Traducido por Maria Peñascal